Una serie de análisis llevado a cabo por el Centro de Investigaciones del Medio Ambiente del Conicet y la Autoridad del Agua (ADA) de la Provincia de Buenos Aires determinaron que en el arroyo Yaguarón, uno de los enclaves naturales icónicos de San Nicolás, se encontraron restos de pesticidas prohibidos y tóxicos que concuerdan con componentes químicos hallados anteriormente en pozos de los que la empresa Atanor extraía agua para sus operaciones.
Las muestras fueron tomadas frente a donde todavía se encuentra la planta de Atanor, donde está la laguna El Saco que forma parte del cauce del arroyo Yaguarón.
"Se detectaron plaguicidas organoclorados, que están todos prohibidos y en desuso", explicó a La Capital el abogado Fabián Maggi, representante legal de la ONG Foro Medio Ambiental San Nicolás (Fomea). En ese sentido, los especialistas que participaron de los estudios marcaron que la dinámica que comparten el cauce del curso de agua y el acuífero Puelche, de donde la empresa tomaba agua para sus operaciones y que también se confirmó que fue contaminado, se retroalimentan de manera constante. Sus pulsos de agua cambian de dirección según el nivel del río Paraná: cuando hay bajante, el acuífero abastece el caudal principal del río y cuando hay creciente, éste aporta volumen al acuífero.
A ello, la especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina, Agostina Rossi Serra, agregó: “Se detectaron agrotóxicos prohibidos hace décadas por su alta peligrosidad para la salud y por su persistencia en el ambiente. Los niveles hallados confirman una contaminación profunda del río Paraná, al superar los límites legales para la protección de los ecosistemas”.
En tanto, Maggi amplió que si bien la planta industrial ya fue clausurada y sus operaciones se relocalizarán, "los residuos tóxicos que generó Atanor siguen presentes en el ambiente. Tanto el río Paraná como el acuífero Puelche se utilizan para abastecer de agua potable a la población. La comunidad de San Nicolás continúa pagando las consecuencias de una contaminación que no se borra con el cierre de la producción de la empresa”.
Desde Greenpeace señalaron a este medio que la ADA ya reconoció la contaminación por agroquímicos en el Paraná y que, además, planteó la necesidad de desarrollar un estudio integral de toda la cuenca.
La clausura de Atanor
Tras conocerse que una inspección por parte de la Autoridad del Agua (ADA) de Buenos Aires detectó en la planta que Atanor tiene en San Nicolás el vertido clandestino de efluentes industriales en un lugar cercano a la barranca del río Paraná, desde el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense decidieron clausurar la fábrica de agroquímicos en julio pasado luego de que resultados de laboratorio encargados por la Justicia arrojaran altos niveles de contaminación provenientes de esos efluentes, entre los que se detectaron desde metales pesados hasta plaguicidas. Esto motivó que la firma decidiera relocalizar las operaciones, aunque informaron que seguirán operando en el predio, que se reconvertirá a un centro de logística de la empresa.
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La fábrica de Atanor y, de fondo, la laguna El Saco, que forma parte del cauce del arroyo Yaguarón.
Foto: Greenpeace
La irregularidad surgió de un informe tras una inspección hecha el 9 de junio por agentes de la ADA, que depende del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense. La exposición del mismo tuvo lugar cuatro días después en una audiencia en la que participaron ocho funcionarios de la ADA junto a la jueza que entiende en la causa, Luciana Díaz Bancalari.
El informe, al que tuvo acceso La Capital, constató la existencia de una bomba que evacuaba líquidos al “suelo natural”. Y según se desprende del acta de la audiencia mencionada, los representantes de la ADA detallaron la existencia de una “conexión clandestina” que volcaba efluentes industriales al referido suelo.
El acta que hicieron los inspectores dio cuenta de la existencia de “encharcamientos en el suelo natural” y “líquidos acumulados” que, con la bomba mencionada, se expulsaban hacia el exterior desde el sistema de tratamientos de efluentes industriales de Atanor. “Esto incumple la prohibición expresa de vuelcos que pesaba sobre la empresa”, señalaron desde Greenpeace, denunciante de las operaciones de la empresa en San Nicolás.
Contaminación
Desde Greenpeace informaron que los resultados de las muestras tomadas por agentes de la ADA arrojaron "niveles elevados de glifosato, ampa (ácido aminometilfosfónico, un derivado del glifosato), atrazina, metolacloro, imazetapir y sustancias expresamente prohibidas por orden judicial, como el clorpirifos, entre otros herbicidas de uso agrícola".
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"También se hallaron compuestos altamente contaminantes, como fenoles, sustancias solubles en éter etílico (Ssee) y sustancias activadas al azul de metileno (Saam). Además, se identificaron metales pesados como arsénico, plomo, cromo, selenio, manganeso y zinc en el líquido vertido por la empresa, que no contaba con autorización para el vuelco de efluentes industriales, sino únicamente para efluentes cloacales. Varias de las sustancias detectadas se encuentran por sobre los parámetros legales según la resolución 336 de ADA y de la Ley Nacional de Residuos Peligrosos, Nº 24.051", agregaron.