La Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados continuó este miércoles el debate sobre el proyecto de ley que incluye la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo nacional. Con la presencia del secretario de Trabajo, Julio Cordero, el funcionario defendió la creación de un nuevo esquema de “salarios dinámicos”, que busca vincular la remuneración de los trabajadores con su productividad individual y no con los convenios colectivos actuales.
Según explicó Cordero, el objetivo de la iniciativa es “modernizar las relaciones laborales” y “dotar al sistema de mayor flexibilidad”, en línea con los compromisos asumidos en el Pacto de Mayo. “Hace dos meses que trabajamos en una reforma junto a los sectores que firmaron el acuerdo. Queremos que los salarios generen un diferencial por mérito, y que las empresas puedan negociar con los sindicatos si la paritaria nacional quedó muy por encima de sus posibilidades”, señaló.
El secretario de Trabajo justificó el esquema al sostener que “al modificarse la matriz económica, con una moneda más estable y sin impuesto inflacionario, cambió la dinámica de las paritarias”. En ese contexto, aseguró que los gremios “deben proteger a las empresas para que sigan abiertas y sean sostenibles en el tiempo”.
Qué propone el sistema de salarios dinámicos
El modelo que impulsa el gobierno —apoyado por legisladores del PRO y la UCR— busca reducir los pisos salariales por convenio y permitir que cada empresa negocie directamente con su representación sindical interna. De esa manera, los valores fijados colectivamente dejarían de ser mínimos garantizados y pasarían a funcionar como techos de referencia, alterando uno de los principios tradicionales del derecho laboral argentino.
El plan también prevé eliminar la indexación automática por inflación, reemplazándola por actualizaciones ligadas a la productividad y a la capacidad económica de cada sector. “Mientras la inflación baja, la negociación es otra cosa. Los empleadores deben pagar más a quienes se destaquen, porque si todo es igual, se apunta hacia abajo”, sostuvo Cordero.
Críticas y respaldo
El debate generó posturas encontradas entre el oficialismo y la oposición. Mientras los bloques aliados destacaron la necesidad de “modernizar la estructura salarial” para alentar la competitividad, desde Unión por la Patria cuestionaron el modelo por considerar que “convierte los convenios en techos y debilita la negociación colectiva”.
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Los sindicatos advirtieron que la medida podría derivar en mayor desigualdad y precarización, ya que las empresas con menor capacidad económica podrían ofrecer sueldos por debajo de los actuales. Por su parte, las cámaras empresariales respaldaron la propuesta y sostuvieron que “la flexibilidad salarial permitirá sostener el empleo en contextos de recesión”.
Una reforma laboral con eje en la "productividad"
El plan oficial también incluye cambios en la vigencia de los convenios colectivos, que deberán renegociarse con mayor frecuencia, y la posibilidad de acuerdos por empresa que contemplen las realidades productivas de cada región.
La Secretaría de Trabajo considera que este modelo permitirá “adaptar los salarios a la realidad de cada unidad productiva” y fomentar el empleo formal. Sin embargo, los analistas advierten que la descentralización podría aumentar la brecha salarial entre sectores y provincias.
Mientras tanto, la discusión sobre los “salarios dinámicos” quedó instalada como uno de los ejes centrales del debate legislativo en torno a la reforma laboral que el gobierno pretende implementar en la segunda mitad del mandato de Javier Milei.