El homicidio de un joven de 20 años ocurrido este lunes en el Fonavi de Rouillón y Seguí puede inscribirse en el dramático historial que reúne a varios chicos asesinados en los últimos años entre aquellas torres de la zona sudoeste. El caso más reciente tiene puntos en común con los crímenes de cuatro amigos, sucedidos entre 2022 y 2023. Todos eran del barrio y habían asistido a la misma escuela, ubicada frente al complejo de viviendas en el que fueron atacados a tiros. También, de acuerdo a los avances en las investigaciones de cada caso, todos los crímenes estuvieron vinculados a conflictos por la venta de drogas.
Maximiliano Nahuel Gómez fue acribillado a las 16 del lunes en Juan XXIII al 5600, a metros de las torres del Fonavi de Rouillón y Seguí. Un rincón del barrio Triángulo que cuenta con varios comercios y movimiento de vecinos que, a su vez, adoptaron nuevas formas de cuidado ante problemas de seguridad que persisten. Desde arrebatos hasta situaciones más complejas como la que se dio este lunes a plena tarde, cuando el joven de 20 años fue baleado en el pecho y la cara.
A los pocos minutos fueron detenidos dos jóvenes apuntados como sospechosos, a quienes les secuestraron droga fraccionada para la venta al menudeo. Detalles que sirvieron para darle un marco, aunque preliminar, al homicidio de Gómez. El contexto se asemeja al que envolvió a los asesinatos de Laureano Pena, Eric Galli, Valentín Solís y Milton Carballo, cuatro amigos víctimas de una saga violenta que hoy permanece en la memoria de los vecinos y en las paredes del barrio con pintadas que los recuerdan.
Los jóvenes y la escuela
La zona del Fonavi de Rouillón y Seguí presenta características particulares, típicas de los complejos de viviendas sociales. Entre las torres se forman pasillos que algunos vecinos eligen esquivar y que también se consolidaron como espacios propicios para la venta de drogas. Lo mismo ocurre con el Playón del Encuentro, un espacio municipal que incluso fue escenario de uno de los asesinatos de esta saga. En frente, sobre el pasaje Sanguinetti que atraviesa el Fonavi, está la escuela Lola Mora a la que habían asistido los cinco chicos.
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Este lunes, tras el asesinato de Maximiliano Gómez, el docente y delegado de Amsafe Rosario, Juan Pablo Casiello, publicó en sus redes sociales una reflexión vinculada a la muerte de jóvenes en Rosario. “Para los profesores de la escuela Lola Mora era Maxi, uno de sus alumnos que tuvo que dejar la escuela. Otro más que cae bajo las balas de la violencia narco. Otro pibe al que le arrebataron el presente y el futuro. Más allá de los discursos oficiales, la pobreza y la violencia siguen haciendo estragos en las barriadas rosarinas”, decía parte del descargo que finaliza con una consigna con más de diez años y ya histórica: “Basta de matar a nuestros alumnos”.
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El Playón del Encuentro, frente a la escuela Lola Mora
Diario La Capital / Virginia Benedetto
La comunidad educativa de la escuela Lola Mora, y de otros establecimientos de la zona, siempre se conmovió ante la muerte violenta de sus alumnos. En noviembre de 2022, cuando fueron asesinados Eric Galli y Valentín Solís, cerraron por duelo y después se realizaron asambleas para indagar en una problemática que públicamente se resumía en un conflicto entre bandas. En las historias de esos alumnos aparecían las complejidades de esas tramas, en la que no siempre los chicos asesinados estaban relacionados directamente al delito. Un vínculo de amistad o familiar podía alcanzar para que estos jóvenes terminaran expuestos a la violencia, como de hecho pasó en algunos de estos casos.
Violencia y crímenes en el Fonavi
Todavía hoy permanece entre los vecinos del Fonavi aquella saga entre 2022 y 2023 dejó a cuatro amigos asesinados. El primero fue el 12 de octubre de 2022, cuando al anochecer Laureano Lionel Pena, de 16 años, fue asesinado a tiros cuando estaba sentado en un banco del Playón del Encuentro. Tiempo después un grupo de amigos del chico contaron a La Capital que aquella noche era la primera en la que Laureano se había puesto a vender drogas en ese lugar.
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El derrotero continuó el 23 de noviembre de 2022 a las 21, cuando una chica de 15 años y un chico de 14 años sobrevivieron a un ataque a tiros desde una moto. Horas después, ya el 24 de noviembre por la tarde, a unos cincuenta metros del Playón del Encuentro fueron asesinados Eric Galli y Valentín Solís, de 15 y 14 años. Eran amigos de Laureano y, como también había ocurrido con él, al ser atacado estaban con Dante R. Un pibe de 15 años que en las investigaciones judiciales aparecía en el centro del conflicto por venta de drogas en el Fonavi. Casi un año después, en agosto de 2023, la madre de Dante fue asesinada a tiros cuando estaba junto a su pareja dentro de un auto en una calle cortada de la villa La Boca.
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Laureano, Valentín, Eric y Milton, amigos asesinados en los Fonavi de Rouillón y Seguí entre octubre de 2022 y septiembre de 2023.
Cuando ocurrió el doble crimen de Eric y Valentín, el primero en llegar al lugar fue su amigo Milton Luis Carballo, de 15 años. El 11 septiembre de 2023 fue asesinado a tiros a los pies de la escalera 14 del Fonavi, al igual que los otros dos. Sus familiares, en aquel entonces, contaron a La Capital que luego de lo que pasó con sus amigos, y por el impacto de verlos morir, Milton había tenido un cambio rotundo en su comportamiento. Enmarcaron esa situación en una problemática de salud mental que no fue atendida con la complejidad que ameritaba, a pesar de los reiterados pedidos de su madre y de un oficio del Tribunal Colegiado en Familia Nº 3 para que la policía lo trasladara a un centro de salud.
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Entre aquellos crímenes y el asesinato de este lunes pasaron más de dos años y una reconfiguración en el esquema de delito complejo en Rosario. Algo de eso se tradujo en las primeras versiones tras el asesinato de Maximiliano Gómez. Dylan F., uno de los detenidos tras el crimen, aparece en investigaciones judiciales por su posible vínculo con la organización conocida como la banda de Los Menores, de renombre en los últimos dos años por su precipitado crecimiento. En abril pasado fue uno de los 34 jóvenes demorados en una requisa realizada en una cancha de fútbol del barrio 7 de Septiembre, epicentro del grupo. Mientras se analiza su presunta vinculación en el asesinato de Gómez, los investigadores buscan establecer si también participó otro joven que está prófugo y relacionado a la misma banda.