La noche del 14 de agosto en Candioti, un pequeño pueblo agrícola del departamento La Capital de la provincia de Santa Fe, se tiñó de misterio. Lo que comenzó como un aviso vecinal por “luces raras” terminó con una denuncia oficial, un parte policial, y ahora, dos meses después, con un expediente reservado por razones de seguridad nacional.
Todo empezó pasadas las 22, cuando el presidente comunal, Sergio Oreggioni, llamó a la Comisaría 22. Vecinos habían visto algo extraño sobre un campo al norte del pueblo: una luz blanca con destellos violetas que parecía flotar a pocos metros del suelo.
Un subinspector salió a recorrer la zona. En el camino, el cuidador de un establecimiento ganadero le hizo señas desesperado. Le dijo que los animales estaban fuera de sí. Al llegar, el agente se encontró con una escena difícil de explicar: las vacas giraban en círculo alrededor de la luz, como hipnotizadas, mientras los caballos corrían desbocados, relinchando y chocando contra los alambrados.
La luz —según el parte oficial— permaneció inmóvil apenas unos minutos. Luego se apagó sin dejar rastro. De inmediato, los animales se calmaron y volvieron al establo. No hubo daños. No hubo fuego. Tampoco ruido. Solo el desconcierto y el silencio de una noche que, en Candioti, nadie olvida.
Del campo al expediente reservado
El hecho se incorporó al informe policial de rutina, pero al poco tiempo trascendió entre vecinos y productores. La noticia llegó a la investigadora Andrea Pérez Simondini, una de las referentes nacionales en el estudio de fenómenos aéreos anómalos, quien decidió pedir formalmente acceso al documento.
La solicitud —presentada ante el gobierno provincial bajo la Ley de Acceso a la Información— se registró con el expediente N° 00101-0333678-6. Lo que vino después sorprendió incluso a quienes llevan años siguiendo estos temas: “La información no puede ser proporcionada porque se encuentra dentro de las excepciones previstas por razones de seguridad pública y nacional”, respondieron las autoridades.
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La notificación, firmada el 14 de octubre, citó tres normas: la ley nacional 27.275, la ley provincial 14.256 y el decreto 692/2009, todas vinculadas a seguridad e inteligencia del Estado. Se trata de un llamativo caso en el que un fenómeno de este tipo queda oficialmente clasificado como reservado por motivos de seguridad nacional.
Entre el misterio y la burocracia
El caso de Candioti se suma a una larga lista de avistamientos rurales en el centro-norte santafesino: luces que se encienden y apagan sobre los campos, animales inquietos, testimonios que se repiten entre Laguna Paiva, Nelson y Recreo.
Pero esta vez hay algo distinto: un documento oficial sellado, una investigación interna y una clasificación de seguridad. En Candioti, mientras el expediente duerme bajo llave, la historia de la luz blanca que hipnotizó a las vacas sigue corriendo de boca en boca.