La pandemia les hizo cerrar sus puertas y esa situación empujó a muchos espacios culturales independientes al cierre definitivo. El retorno de las actividades e incluso la liberación de los aforos que ponía un límite al público significó la vuelta a las clausuras y a una actividad que, por no estar regulada, los hace ilegales.
En ese contexto e insistiendo en el reclamo de “poder trabajar”, el colectivo que nuclea esos proyectos artísticos reclamó al Concejo Municipal el tratamiento de la iniciativa de regulación de los lugares donde no solo se ofrecen espectáculos, sino además se dictan talleres y se sostienen proyectos de aprendizajes y capacitaciones. Y exigieron una reunión conjunta entre el Palacio Vasallo y el Ejecutivo que estaba prevista y nunca se realizó. Además, recalcaron la urgencia, porque “los espacios siguen cerrando”.
“Poder trabajar sin miedo. Que la ciudad pueda contener a los artistas locales. Generar un mercado cultural local. Trabajar dignamente. Sostener nuestros espacios. Que no sigan desapareciendo lugares. Que haya escenario para todes. Ser legítimos y ser legales”, es la enumeración de reivindicaciones que sostuvieron en un comunicado puesto a circular en las últimas horas y donde dejaron en claro que el proyecto de ordenanza para poder lograr su ordenamiento lleva un año y medio presentado.
La apuesta involucra “a cientos de trabajadores de la cultura, pertenecientes a diversas comunidades de la escena artística rosarina: colectivos de teatro, danza, música, técnica, circo, producción y otros lenguajes”. Y aunque reconocen haber mantenido reuniones con diferentes bloques del Concejo e incluso con funcionarios de Cultura, señalan que hace más de dos meses que está pendiente una reunión.
>> Leer más: Crisis: cerraron más de 20 espacios culturales autogestivos
“Hace más de dos meses se pactó entre el Ejecutivo y el Concejo una reunión conjunta que involucraría las comisiones asignadas al proyecto y las secretarías de Cultura y de Gobierno, la cual nunca se a concretó. Esta reunión es fundamental para el acuerdo y garantizar la aprobación de la ordenanza, su reglamentación y posterior aplicación”, señalaron.
Las urgencias
El planteo no llega casualmente en estos días. Es que con el retorno de las actividades de entretenimiento a su pleno funcionamiento tanto en horario como en cantidad de público autorizado para muchos de estos espacios, este dejó de ser una buena noticia cuando volvieron a sufrir las clausuras, que los llevaron a impulsar el proyecto de regulación de su trabajo.
“Volvieron las actividades, volvieron las clausuras”, afirmaron sin medias tintas y agregaron la necesidad de que “las actividades culturales cuenten con políticas claras que impacten en la sostenibilidad y el desarrollo de los espacios culturales y sus trabajadores; o como mínimo, una legislación que defina el marco sobre el cual se regulan los llamados centros culturales independientes”.
Como contracara, señalaron el trabajo hecho para la aprobación la semana pasada del nuevo Código de Convivencia de la ciudad, al que señalaron como “una ordenanza histórica que llevó dos años de debate pensando en nuevas restricciones y prohibiciones; y no hay tiempo de reunirse para pensar el modo de habilitar y desarrollar actividades que favorezcan a uno de los sectores que fue precarizado y vulnerado en la pandemia”.
El proyecto en detalle
La propuesta que llegó a los concejales fue trabajada desde marzo de 2020, incluso tuvo en cuenta los antecedentes de otras ciudades del país que tienen legislaciones que reconocen estos espacios.
El primer eje de la iniciativa es el establecimiento de un rubro específico que es el de Espacio de Trabajo Cultural Independiente, que sobre todo los diferencie de los locales que tienen como eje la gastronomía y la nocturnidad y que contemple la actividad de manera permanente, ya sea en momentos de presentaciones, producción, talleres y gestión.
A eso suman la creación de un registro municipal de estos espacios que les permita no solo tener certeza del universo actual, sino además “generar nexos y vínculos” entre unos y otros. Y finalmente añade la puesta en marcha de una Comisión de Desarrollo para el sector que permita “acompañar a esos espacios en los procesos de habilitación, promoción y difusión de las actividades”.