Unos 200 estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) está realizando una encuesta en distintos puntos de la ciudad en busca de determinar qué porcentaje de la población tiene probabilidad de ser alérgico, y por lo tanto puede sufrir consecuencias más severas en su organismo a causa de la frecuente inhalación de humo proveniente de la quema en las islas.
El trabajo, que continuará hasta fin, de mes ya arrojó los primeros resultados: alrededor del 25% de los consultados, de todas las edades, dijo tener síntomas alérgicos, de asma o rinoconjuntivitis en el último año, y un 10%, en este caso mayores de 50 años, características compatibles con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc).
La consulta popular incluye la realización de lo que se denomina pico flujo respiratorio, un examen sencillo que mide cuán rápido se puede expulsar el aire de los pulmones luego de una inspiración completa.
La tarea de relevamiento continuará hasta fin de mes y, por lo tanto, los resultados estarán en un par de semanas, pero los estudiantes de los años superiores de las carreras de medicina, fonoaudiología y enfermería, que están haciendo el trabajo de campo, están sorprendidos por los primeros resultados.
Si bien la tarea no permite dar un diagnóstico certero, el método utilizado ofrece una aproximación importante a la realidad.
Por eso, a ese 25% de los encuestados que dijo tener síntomas alérgicos ya se le sugirió que haga una consulta con un especialista para un examen médico detallado y un seguimiento en el caso de que se confirme que es alérgico.
Lo mismo con ese 10% de adultos que manifestó tener síntomas compatibles con Epoc, una enfermedad muy común entre los fumadores y que necesita tratamiento.
Jorge Molinas, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, junto a Pablo Arias, jefe de la cátedra de Fisiología Humana (en la que también es profesor Molinas) son los encargados de coordinar esta propuesta que surge de la carrera ante la imparable invasión de humo y sus consecuencias en la salud de los habitantes de la ciudad.
La Universidad viene tomando distintas iniciativas para acompañar los reclamos para que cese el fuego que azota a Rosario, especialmente desde hace tres años, y que se recrudeció en los últimos días.
Ya en 2020, la Facultad de Medicina presentó un detallado informe en el Ministerio Público de la Acusación (que luego se presentó en un juzgado federal) sobre las consecuencias del humo en la salud de las personas, de acuerdo a una cuidadosa revisión bibliográfica que hicieron recopilando los principales estudios mundiales sobre el tema.
En diálogo con La Capital, Molinas, señaló que “no existen dudas sobre cómo afecta el humo de las quemas de origen vegetal, como el proveniente de las islas, a la salud de la población y especialmente a los más vulnerables, entre ellos las personas alérgicas, asmáticas o con Epoc”.
“Las primeras investigaciones se realizaron en la década del 50 en Inglaterra a partir de la problemática de las nubes de carbón, y desde entonces, a nivel científico, hay mucha evidencia del daño que produce el humo en el aparato respiratorio, en el cardiovascular, en el sistema endócrino, a nivel pancreático y también está confirmado el riesgo de incremento de distintos tipos de cáncer. Esto afecta a cualquier persona, pero es mayor el impacto en quienes tienen patologías previas”.
Preocupación
Molinas señaló que a quienes se les ofrece la encuesta (los estudiantes están con pecheras blancas y con letras azules que los identifican) aceptan de inmediato sumarse a la propuesta de la facultad.
Además de responder a las preguntas, les piden recomendaciones a los encuestadores para saber cómo actuar frente a la humareda y también manifiestan angustia y enojo por lo que se está viviendo en Rosario.
“También hacemos una tarea de concientización por la que le sugerimos a la gente que se sume, de la manera que crea conveniente, a manifestar su malestar: en las marchas, en las redes sociales. Acá tenemos que involucrarnos todos porque la salud de la población está en juego”, enfatizó el decano de Medicina.
“El problema se hizo más grande este año. Por eso iniciamos esta tarea de extensión (con el apoyo de los secretarios Rafel Zamarguilea y Mariana Leidi), aunque la facultad está comprometida desde hace años en esto”, destacó Molinas.
“Utilizamos un cuestionario tradicional para estimar el riesgo de padecer alergia y otro que se denomina Isaac, para Epoc. Elegimos estos formatos porque nos permiten saber de manera aproximada cuánta gente tiene mayor riesgo de padecer problemas serios a causa de las quemas. Lo que estamos viendo es que se acerca al 25% en el caso de la alergia, un número comparable con lo que sucede en otros lugares del mundo, pero que en nuestro caso, por el humo casi constante, los hace mucho más vulnerables aún a tener complicaciones”, señaló el médico.
El especialista y profesor remarcó que es “muy importante hacer una consulta profesional y no automedicarse ante la aparición de síntomas respiratorios, oculares y hasta digestivos”.