Al cumplirse un mes de las nuevas restricciones a la nocturnidad, que comenzaron a regir el 9 de abril y se endurecieron esta semana, el balance que hacen los funcionarios del municipio y de la provincia encargados de los controles es positivo: aseguran que bajó la circulación de vehículos y personas, en rigor la meta del último decreto del gobernador Omar Perotti para atenuar los contagios de coronavirus. Si bien la mayoría de la población acata las medidas, un porcentaje de rosarinos las desafía al moverse sin autorización o participar de reuniones y fiestas clandestinas: sólo durante la noche del jueves se labraron 69 actas de infracción al artículo Nº 205 del Código Penal, revelaron desde la Unidad Regional II.
En la ciudad funcionan en total 54 puntos de control (los 32 corredores Covid de la policía provincial, más los puestos que se cubren en conjunto con personal del municipio y agentes de fuerzas de seguridad nacionales como Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y de Seguridad Aeroportuaria). Se encuentran distribuidos en lugares estratégicos que se consensuaron oportunamente en una mesa de diálogo interinstitucional, contó el subjefe de la UR II, Natalio Marciani. El funcionario policial describió un panorama de reducción de los movimientos en el ejido urbano, con procedimientos de fiscalización sin conflicto porque la gente por la noche no sale a la calle y si detecta una reunión no permitida en casas cercanas tiende a alertar al 911, lo que habilita una rápida intervención de la fuerza.
Una apreciación semejante tuvo la secretaria de Control y Convivencia de la Municipalidad, Carolina Labayru. “Notamos una merma significativa en la circulación, un alto cumplimiento de las medidas”, analizó, y agregó que esto se aprecia más desde el lunes 3 de mayo, cuando se amplió la restricción del horario máximo de ingreso a los locales gastronómicos (los clientes pueden entrar hasta las 19 y como mucho a las 20 deben retirarse). El negocio tiene la posibilidad de funcionar hasta la medianoche con la modalidad de entregas a domicilio o delivery, para luego a las cero cerrar definitivamente sus puertas.
“Los puntos fijos son muy tranquilos, se ven pasar taxis y algún médico que puede acreditar su condición de esencial”, reveló Labayru y recordó que desde la medianoche a las seis de la mañana no solo rige una prohibición de usar vehículos particulares sino que tampoco pueden desplazarse las personas (salvo los trabajadores esenciales, con un certificado expedido vía web por el gobierno nacional).
La reducción horaria que se impuso en los días hábiles de esta semana facilitó los controles, dijo en tanto el comisario Marciani. “La gente acompaña y ayuda, no tenemos problemas. Se nota más conciencia que al inicio de la pandemia (en marzo de 2020), aunque siempre hay una minoría que no entiende”, añadió, y reveló que sólo durante la noche del jueves se labraron 69 actas de infracción al artículo Nº 205 del Código Penal. Incluso donde se advierten infracciones, no se verifica resistencia -lo cual de por sí es un delito- y muchas veces los episodios se desactivan a través del diálogo y la disuasión, sin necesidad de cursar una consulta a la Fiscalía de Flagrancia.
Se sabe que las reuniones sociales de más de diez personas están prohibidas tanto de noche como de día (aunque ocurren sobre todo cuando baja el sol). Las que merecen mayor atención de las autoridades son las llamadas fiestas clandestinas, en las que un organizador cobra entrada y los lugares no están siquiera habilitados, con el consiguiente riesgo adicional para los asistentes. En caso de ser descubierto, quien cumple el rol de organizador tendrá mayor sanción, explicó la secretaria de Control y Convivencia de la Municipalidad. Asimismo contó que en el transcurso de este mes detectaron desde casamientos y cumpleaños a juntadas de amigos. Las fiestas más multitudinarias tuvieron lugar en los barrios, mientras que en el centro se encontraron con reuniones de 15 o 20 personas.
La forma que tienen de enterarse de estos eventos es a través de denuncias por ruidos molestos, lo que deriva en la presencia de un móvil de la Guardia Urbana en el lugar. La policía tambièn es alertada por llamados que ingresan a la central del 911.Toda la experiencia que van acumulando en los puestos callejeros y en las inspecciones domiciliarias las vuelcan en mesas de coordinación que se celebran periódicamente y en las que participan representantes del Ministerio Público de la Acusación, de la Municipalidad, y de los ministerios de Seguridad de la provincia y de la Nación, además de los jefes policiales.
La mirada está puesta ahora en la decisión que tome el gobernador el fin de semana, concretamente para ver si las disposiciones continúan por unos días más tal como hasta ahora o se endurecen de cara a evitar el ascenso de la segunda ola.
Altas multas en Santa Fe
Este jueves el Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe aprobó de manera unánime una ordenanza de concejales del interbloque de Juntos Por el Cambio que propone un paquete de sanciones para aquellas personas que organicen fiestas clandestinas en el marco de la pandemia, elevando aún más el monto de multas y otras accesorias. Tanto los propietarios del inmueble como los organizadores serán sancionados con una multa que podrá variar entre 15 mil a 25 mil Unidades Fijas (UF), lo que a valores actuales ronda el millón de pesos.
Mientras dure la situación de emergencia, serán consideradas “clandestinas” aquellas reuniones de personas que se realicen tanto al aire libre o en espacios cerrados y sean contrarias a las disposiciones vigentes. El dinero recaudado será destinado a políticas sanitarias.