Según un estudio realizado entre 52.588 adultos en Estados Unidos, "en las relaciones heterosexuales, los varones logran alcanzar el clímax en casi la totalidad de los encuentros, mientras sólo dos tercios de las mujeres lo logran". La brecha de goce no es el único dato que sobrevuela en este martes 8 de agosto en que se conmemora el Día Internacional del Orgasmo Femenino. Hay más y nada es bueno.
Especialistas en Sexología de la división Ginecología del Hospital de Clínicas de la UBA recordaron que el 30% de las mujeres tienen trastornos orgásmicos y que el 12% nunca llegó al clímax en sus relaciones sexuales, incluso entre aquellas que han parido hijos. Hace tiempo ya que el goce del cuerpo fue nombrado por Freud y por Lacan. Pero aún muchas y muchos no tienen mucha idea de qué se trata y menos cómo se logra. Y hace unos meses nomás, Lali Espósito confesó que lleva en un cartera un succionador de clítoris (satisfyer) y estalló la demanda en los sex shops. No hay con que darle, el orgasmo femenino, acompañada o no, sigue dando que hablar.
Para la psicóloga, sexóloga y profesora de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Silvana Savoini, "afortunadamente en la actualidad, el derecho al placer, un derecho sexual, y en particular el femenino tiene más vigencia y más información. Las mujeres se atreven en la clínica a preguntarse más si lo que sienten es placer y es orgasmo. Sobre todo lo preguntan las más jóvenes y no porque tengan más problemas sino porque se animan".
Para Savoini, las mujeres llegan con un autodiagnóstico erróneo de "anorgasmia" y esa es la posibilidad de explicar que "son mínimos los casos que la mujer no puede tener orgasmos" por cuestiones físicas. "En general -explica en diálogo con La Capital- preferimos hablar de 'preorgasmia': falta de conocimiento del propio cuerpo, de inhibiciones morales sobre el goce y el deseo, falta de estimulación o prácticas autoeróticas". Es aquí que para la profesional aparece un interesante enfoque de género "imprescindible".
"La masturbación de la mujer nunca estuvo habilitada, ni en educación sexual porque si no estaba ligada a la procreación se la veía como un plus innecesario. Y la mujer que la experimentara o defendiera podía ser tratada de ninfómana, puta, yiro. Entonces decimos, es difícil experimentar placer si no se conoce el propio cuerpo y no se da libertad a la fantasía", remarca.
También el superyó mortifica a las mujeres. "Aparece la propia culpa y censura como cuestión cultural, y no solo si se experiementa placer, también si no se lo experimenta como lo instala la industria pornográfica. Freud tampoco ayudó mucho, claro que lo dijo en un escrito de 1905: señaló que la mujer estaba sexualmente madura, hay que pasar del clítoris a la vagina. Entonces si el goce no se lograba en el coito había un problema y, ojo, sigo escuchando esto del coitocentrismo en la Facultad de Psicología. Luego, Lacan hizo la diferencia entre el goce femenino y el fálico. Pero lo cierto es que hoy podemos decir que solo el 20 por ciento de las mujeres logran el orgasmo en el coito, la mayoría lo logra a través del clítoris", sostiene.
Estudio en Buenos Aires
“Todas tenemos la capacidad para tener un orgasmo, es cuestión de reconocimiento y aprendizaje. Observamos que aumenta el interés de las propias mujeres en el tema”, dijo la médica especialista Silvina Valente, de la Sección Sexología perteneciente a la División Ginecología del Hospital de Clínicas.
En ese sentido, la especialista consideró que “es clave conocer la propia respuesta sexual, permitírsela y no demandarla en otra persona”, en el sentido de no hacer depender las expectativas de llegar al éxtasis de “lo que el otro haga”.
Según el estudio de 2018 basado en entrevistas a 150 mujeres de entre 18 y 70 años que concurrieron a los Consultorios Externos de Ginecología, “el 30% no experimentan orgasmos y el 12% nunca tuvo uno, ni sola, ni con sus parejas”.
“Si hay muchas que dudan sobre si alguna vez tuvieron un orgasmo eso es por el significado que nosotros le damos al placer y por la imposibilidad de transmitir una experiencia. Muchas mujeres tienen orgasmos y no se dan cuenta, porque infravaloran estas sensaciones orgásmicas que para ellas están desprovistas de un significado mental de placer”, dijo.
La especialista explicó que “el orgasmo es la consecuencia del encuentro entre dos o más personas dispuestas a abandonarse a sus sensaciones, a sentir placer, a encontrarse y a conocerse sin tabúes, sin vergüenza y sin temores”, sobre todo “sin miedo a hacer el ridículo”. Porque, agregó, en el sexo, tenemos que estar dispuestos a pedir lo que nos gusta, a liberar nuestras fantasías y a vivir un momento agradable”.
Según puntualizó la especialista, “algunas mujeres lo confunden con la excitación o con la sensación de intimidad con su pareja” y muchas aún creen que “el encuentro sexual finaliza cuando el hombre eyacula y que por múltiples razones no continúan en búsqueda de su placer”.
“Es importante saber que una relación sexual no es sinónimo de coito vaginal o penetración vaginal”, aclaró.
Por otro lado, la especialista explicó que “no hay enfermedades de la vulva que impidan tener un orgasmo” pero sí hay dolencias que “puedan llegar a ocasionar molestias o dolor" como el síndrome excitación persistente o disestesia vulvar "que hace que las sensaciones excitantes sean dolorosas o molestas” durante los encuentros sexuales.
El bolso de Lali
¿Qué hay en el bolso de Lali Espósito? | VOGUE España
Lali dijo en el video: “Pieza fundamental en la salud sexual de cualquier mujer, y sobre todo cuando viajás muchísimo, es un satisfyer. Como dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, este es el mejor amigo de la mujer. Charlas enteras de horas con mis amigas respecto a lo que sentimos por él, es una historia de amor que una tiene con su intimidad”.
El tema se habló con un desparpajo que en general desconocen las generaciones que hoy tienen 50 años o más. Que Espósito sea un personaje tan popular abre puertas y cabezas. Pero, a no engañarse, no se trata solo de tener este aparatito u otros, los y las especialista señalan como importante problematizar de qué se trata hoy el placer y el autoconocimiento, derribar mitos y tabúes que a muchas les han quitado placer y ganas de recuperarlo o tenerlo alguna vez.
Basta oír charlas de mujeres y saber cómo gozaban antes y ahora, ¿solas? ¿Con varones? ¿Con mujeres? ¿Cómo fueron sus primeros goces adolescentes? ¿Y en pareja? ¿Y en matrimonio? Es un día propicio para repensarse y dejar de fingir.