Miguel Angel De Marco (h) lleva "toda la vida" mirando, estudiando y difundiendo la historia de la ciudad. Historiador e investigador del Instituto de Estudios Históricos, Económicos Sociales e Internacionales (Idehsi), pisaba apenas los 20 años cuando se sumó a la Redacción de La Capital y a partir de ahora lo hará también desde la Academia Nacional de Historia (ANH), un espacio que ocupará como miembro de número.
Rosario, su origen de puerto de ultramar y un desarrollo institucional que no acompañó la dinámica de ese crecimiento, serán uno de los ejes de la conferencia que dará este martes, a las 18, para abrirse las puertas en el espacio. Una mirada sobre la historia que afirma sin dudar que "se ve aún hoy en los problemas que nos aquejan como ciudad".
La sesión pública en que el rosarino será incorporado a la ANH se llevará a cabo en su sede de Balcarce 139, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), en el que fuera el antiguo recinto del Congreso de la Nación. Sin embargo, quienes quieran hacerlo, podrán seguir en vivo la transmisión a través del sitio web de la academia.
En esa ceremonia lo recibirá el presidente de la ANH, Natalio Botana, y el académico convocado a participar de su incorporación a ese ámbito será nada menos que su propio padre y homónimo, Miguel De Marco. "Es una rareza y algo muy emotivo que se da por segunda vez en la historia de la Academia", reconoce el propio De Marco.
La historia desde el interior
Como miembro de número, ocupará a partir de este martes el sitial 17, por el que pasaron Vicente Quesada sobre finales del siglo XIX y principios del siglo XX y Ricardo Ledesma después.
"Hay toda una tradición en la Academia de la que uno se siente responsable, pero a sabiendas que somos una nueva generación que debe impulsar que la ANH no quede al margen de los procesos de innovación que se están dando en materia de historiografía y del tratamiento de la historia", reconoce.
Sin dejar de lado "el orgullo" que siente por la designación, De Marco deja en claro que se trata de "continuar esa tarea fundamentalmente de difusión que comencé con la labor periodística a los 20 años en el Diario La Capital" y recalcó que como viene haciéndolo como investigador de Conicet, "es una apuesta a la función social de la historia, a que esté cerca de la gente y que contribuya a la identidad de la ciudad".
El ayer en la actualidad
La historia de Rosario concebida como ciudad portuaria de ultramar cuando apenas tenía unos 3 mil habitantes es bien conocida y citada. También que esa villa que creció rápidamente debería afrontar cuestiones propias de esa condición, lo que hizo que pese a no ser la capital de provincia contara para 1869 con el primer Juzgado Federal, algo que sucedió en Santa Fe recién en 1902.
"Eso ya se pensó cuando Rosario tenía 10 mil habitantes y si pensamos que hoy, con más de 1 millón en la ciudad y 1,5 millón en la región tenemos apenas 4 juzgados federales, vemos que estamos frente a una dinámica institucional que no acompañó el desarrollo de la ciudad, una falla de la cual hoy estamos viendo las falencias", explicó De Marco, anticipando parte del contenido de su conferencia de ingreso a la ANH, "Dinámica histórica e institucionalidad de Rosario como ciudad portuaria regional".
Sin embargo, no es solo en el Poder Judicial donde el historiador local marcará ese déficit. "Desde el punto de vista político y de su autonomía, Rosario recién comenzó a elegir a sus intendentes a partir de 1983, primero por las constituciones conservadoras de Santa Fe y después porque cuando la reforma de 1962 lo permitió, los golpes de Estado lo impidieron. Todo eso hace que nuestra historia como ciudadanos en las gestiones locales sea sumamente recientes en comparación a los 170 años que la ciudad tiene de historia", recalcó De Marco.
"Hay una fuerte asimetría entre el desarrollo de la ciudad, su crecimiento demográfico, social y económico con la evolución institucional y política que le permita tener los resortes necesarios para atender sus urgencias", agregó.
Sin dejar de remarcar que fue "el veto del Congreso de la Nación a que Rosario fuera la capital de la república, proyectos impulsados en 1868 primero y en 1873 después, lo que la dejó como una ciudad subordinada a otra ciudad de provincia (Santa Fe)". Y aunque reconoce "las fortalezas" que surgieron de esa misma condición, como el protagonismo ciudadano, el asociacionismo y las redes de solidaridad comunitaria, está convencido que esa debilidad en el desarrollo institucional de entonces, "pesa y tiene sus efectos en los conflictos del hoy".