Una nave espacial de la era soviética que debía a aterrizar en Venus en la década de 1970 pronto regresará a la Tierra cayendo desde el cielo de manera descontrolada.
La sonda Kosmos 482 estuvo orbitando el planeta desde 1972, descendiendo gradualmente en altitud. Caerá el 10 de mayo pero aún no se sabe dónde
Una nave espacial de la era soviética que debía a aterrizar en Venus en la década de 1970 pronto regresará a la Tierra cayendo desde el cielo de manera descontrolada.
La sonda Kosmos 482, lanzada el 31 de marzo de 1972, no logró escapar de la órbita baja terrestre y se espera que se estrelle de regreso a la Tierra entre el viernes 9 de mayo y el sábado 10.
Según los expertos, es demasiado pronto para saber dónde caerá la masa de metal de media tonelada o cuánto de ella sobrevivirá el reingreso.
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El científico holandés Marco Langbroek predijo que la fallida sonda se estrellará a 242 kilómetros por hora, si permanece intacta. “Aunque no está exento de riesgos, no deberíamos preocuparnos demasiado”, dijo.
El objeto es relativamente pequeño e, incluso si no se desintegra, “el riesgo es similar al de la caída aleatoria de un meteorito, varios de los cuales ocurren cada año. Hay más riesgo de ser alcanzado por un rayo en tu vida”, expresó.
Agregó que la posibilidad de que la nave espacial realmente golpee a alguien o algo es pequeña, “pero no se puede excluir completamente”.
La mayor parte de la sonda Kosmos cayó en menos de una década. Pero Langbroek y otros creen que la cápsula de aterrizaje en sí, un objeto esférico de aproximadamente 1 metro de diámetro, estuvo orbitando el mundo durante los últimos 53 años, descendiendo gradualmente en altitud.
Es bastante posible que la nave espacial de casi 500 kilogramos sobreviva al reingreso. Fue construida para soportar un descenso a través de la atmósfera densa en dióxido de carbono de Venus, dijo el científico de la Universidad Tecnológica de Delft, en Holanda.
Los expertos dudan que el sistema de paracaídas funcione después de tantos años. El escudo térmico también podría estar comprometido después de cinco décadas en órbita.
Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, señaló que sería mejor si el escudo térmico fallara, lo que haría que la nave se quemara durante su inmersión a través de la atmósfera. Pero si el escudo térmico se mantiene, “reingresará intacto y habrá un objeto de metal de media tonelada cayendo del cielo”.
La nave espacial podría reingresar en una muy amplia franja entre 51,7 grados de latitud norte y sur, equivalente a Londres en el norte o Tierra del Fuego, en Argentina, al sur. Pero dado que la mayor parte del planeta es agua, “las probabilidades son buenas de que termine en algún océano”, dijo Langbroek.