Ossola y Torres se casaron en "un discreto matrimonio civil", de acuerdo a lo explicado por el joven abogado, quien sostuvo que su casamiento "fue una decisión noble y legítima".
"Ella fue un sostén importante en mi vida y esa fue su última voluntad", reconoció el abogado.
Ossola vivía desde 2009, cuando se separaron sus padres en la casa de la localidad de Tres Cerritos con su madre, su hermano, su abuela y la hermana de ésta, Yolanda, con quien finalmente se casó.
A mediados de 2016, tras enviudar, el joven abogado comenzó a tramitar la pensión ante la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y el organismo, a su vez, envió técnicos a su barrio para realizar un informe socio ambiental que, entre otras cosas, determinó que los vecinos no tenían conocimiento del enlace.
Ante ello, área de Asesoría Jurídica rechazó la petición.
Ossola dijo que aún no se notificó "de esa resolución pero voy a recurrirla y llegaré, de ser necesario, hasta las últimas instancias de la Justicia Federal para defender ese derecho".
"Si tengo que ir hasta la Corte Suprema, lo haré, porque el rechazo a mi petición es infundado y no traicionaré la última voluntad de Yolanda ni el juramento que le hice", acotó.
Además, señaló: "Cuando comencé a gestionar la pensión, a mediados de 2016, presenté todos los papeles y acredité todos los extremos fácticos que la ley me pedía".
Y, recordó que su tía y esposa "con más de 90 años tenía una lucidez asombrosa pero ignoraba las cuestiones de derecho y quería estar completamente segura de que nuestro matrimonio no tendría ningún vicio de ilegalidad".
Ossola también señaló que tras su caso no cree "que pudiera llegar a darse un efecto dominó pero comparto que el Congreso siempre puede, si quiere, mejorar las leyes".