Un intelectual y filósofo refinado para muchos, un "mal maestro" para otros. A los 90 años falleció en París Toni Negri, líder histórico de la Autonomía Operaria, uno de los varios grupos de extrema izquierda italianos de los años 70 que incurrieron en la lucha armada. Negri fue por esto una figura simbólica de los "Años de Plomo", el período en el que la lucha armada ensangrentó a Italia. Violencia política que el propio Negri había predicado desde los periódicos de este sector, convirtiéndose en una figura divisiva y afrontando además un largo proceso judicial tras recibir una sentencia de 12 años de prisión.
En total cumplió diez años de prisión, cuatro de los cuales en semilibertad. La noticia de su muerte ha reavivado el debate, a veces el enfrentamiento político, sobre su figura. Para el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, "fue un mal maestro porque, después del 68, la transición del movimiento juvenil a la página oscura de los 'Años de Plomo', con el terrorismo de derechas y de izquierdas, causó muchas víctimas inocentes. En términos jurídicos, entonces, la expresión de ideas es una cosa y la práctica material de la violencia es otra."
Por su parte, el secretario nacional de Izquierda italiana, Nicola Fratoianni, afirma que "hubo un tiempo en el que para participar en el debate del movimiento era necesario haber leído su último libro. Había una generación que leía el mundo con categorías con las que Toni Negri , filósofo y comunista, lo contó. Tuve la suerte y el placer de conocerlo". El democristiano Pier Ferdinando Casini, deseándole "paz", sostiene que "su historia en el Parlamento no fue una buena página".
El caso Moro
Son palabras y opiniones sobre un hombre complejo y culto que a lo largo de su vida estuvo en el centro de polémicas a veces feroces: también fue acusado de ser el líder "oculto" de las Brigadas Rojas y de haber participado en el secuestro de Aldo Moro. Acusaciones siempre rechazadas por Negri, que cumplió 90 años el pasado 1 de agosto. Se lo consideraba el autor de la llamada telefónica realizada el 30 de abril de 1978 a la esposa de Moro. En la que el jefe de las Brigadas Rojas explicaba a la esposa que sólo una intervención "inmediata y esclarecedora" del secretario de la Democracia Cristiana, Zaccagnini, podría haber evitado la ejecución de la pena de muerte del 'preso', de lo contrario 'lo inevitable" pasará'.
Pero quien hablaba por teléfono era el brigadista Mario Moretti, no Negri. Pero cuando lo arrestaron en abril de 1979, el cargo también se refería a esa conversación. Luego cayó, pero haber extendido la acusación al crimen más simbólico y con las consecuencias políticamente más graves cometido por el terrorismo de izquierda en Italia contribuyó sin duda a la gran polémica que estalló después de la operación de Padua apodada "7 de abril" en la que los principales dirigentes de Autonomía Operaria quedaron plenamente incluidos en el organigrama del terrorismo italiano: Negri, Franco Piperno, Oreste Scalzone y otros. Pero sobre todo Negri, por aquella acusación que le había puesto en el papel de estratega secreto de las Brigadas Rojas.
Aparte de este capítulo, las acusaciones restantes no fueron menores: insurrección armada contra el Estado y más, de los cuales lo que quedó una "asociación subversiva" y la "contribución moral" para un robo en 1974 en el que fue asesinado el carabinero Andrea Lombardini. Primero cumplió prisión preventiva (de 1979 a 1983, cuando fue puesto en libertad tras su elección a la Cámara de Diputados en las filas del Partido Radical) y luego entre 1997 y 2003, cuando decidió regresar a Italia desde el exilio francés. Era un fugitivo protegido, como para muchos otros protagonistas de esta época, por la llamada "doctrina Mitterrand", que por deseo del presidente socialista francés protegía a los terroristas italianos exiliados en Francia.
Regresó a Italia porque pensó que podía liderar "una batalla por la amnistía para todos los camaradas de los años setenta", que no condujo a nada. Y salió al final de su condena. Pero más allá de las acusaciones formales y el avance de los juicios, ciertamente existió una conexión entre la experiencia posterior a 1968 del grupo Power Workers, del cual Negri fue uno de los fundadores, y las formaciones armadas clandestinas italianas de la extrema izquierda, que no se limitaban por cierto a las Brigadas Rojas, pero sí las tenían por facción principal. A estas se incorporaron varios militantes del grupo liderado por Negri tras su disolución. Incluidos algunos que participaron en el secuestro de Moro.
Había una "relación dialéctica" entre organizaciones y personas, sobre las diferentes formas de practicar la "violencia revolucionaria": por un lado la idea de que debía ser la expresión de un movimiento "de masas", por el otro que necesitaba una vanguardia que lo transformó en estrategia.
Revistas y debates
Y fueron precisamente algunos escritos aparecidos en la revista "Poder Obrero" y en otros periódicos, como "Rosso", de Negri o en todo caso aprobados por él como editor y director, y atribuidos al profesor, fueron leídos por los partidarios como un intento de combinar los dos caminos. Vale como ejemplo este que se publicó en abril de 1977: "La verdad es que no son las acciones armadas las que desorganizan el movimiento, que por el contrario se fortalece con ellas, conquista nuevos terrenos. Es, en todo caso, la insuficiente organización, el desorden, la falta de impronta partidaria en las acciones militares de los compañeros la que pone al movimiento en serias dificultades. De esto no se sigue que debamos empuñar las armas sino, más simplemente, que debemos aprender a luchar".
Negri nació en Padua y su padre provenía de una familia de clase trabajadora. Entre los estudiosos del pensamiento político de Baruch Spinoza, Negri estuvo entre los teóricos más importantes de la "izquierda extraparlamentaria" y del "marxismo obrerista", a partir de finales de los años sesenta. Dio sus primeros pasos en la sección de Padua del Partido Socialista, pero se distanció y se volvió crítico.
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Toni Negri durante el proceso por terrorismo en 1979. Se le impusieron 12 años de prisión, pero en 1983 logró huir a Francia.
Después de haber creado el movimiento socialista independiente y la publicación mensual Quaderni Rossi, Negri se unió a la revista "Classe Operaia", nacida en enero de 1964 precisamente de una escisión dentro de la revista mensual.
La actividad filosófica, intelectual pero también política de Negri continuó con Power Workers, que surgió en 1973. El mismo año Negri fundó la revista Controformazione, pero sobre todo Autonomia Operaia, de la que fue líder y principal teórico hasta su disolución en 1979.
El 7 de abril de ese año acabó en prisión. Después de más de cuatro años de prisión preventiva, obtuvo la libertad en 1983, disfrutando de inmunidad parlamentaria, tras ser elegido diputado en las filas del Partido Radical de Marco Pannella. Negri abandonó Italia a bordo de un yate hasta llegar a la costa francesa de Niza. Aprovechando la "doctrina Mitterrand", como muchos otros protagonistas de los "Años de Plomo" refugiados en Francia, Negri se instaló en París, donde vivió fugitivo durante unos 14 años durante los cuales trabajó como profesor y escritor. Regresó a Italia en 1997 para terminar de cumplir su condena en la prisión de Rebibbia y luego en semilibertad. En 2003 quedó en libertad una vez cumplida su condena.
En los años 2000 continuó su actividad como ensayista y junto a Michael Hardt escribió "Imperio" y "Multitud", obras que abordaban las transformaciones de la sociedad en la era de la globalización. Un "gran intelectual" que incluso los "enemigos deben recordar", subrayó el filósofo y político Massimo Cacciari: "Empecé a hacer política con él".