La distribución de implantes subdérmicos en los últimos ocho años aumentó 1.563% en el sistema público de salud. Producto del crecimiento de este método anticonceptivo de larga duración junto a otras estrategias de prevención, la tasa de embarazo no intencional en la adolescencia muestra un descenso sostenido y marcado en Argentina desde 2015, explicaron especialistas a la agencia oficial de noticias Télam, al conmemorarse este martes el Día Mundial de la Anticoncepción en coincidencia con el Día Mundial de Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes.
Según datos de la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud, en 2014 se incorporó al implante subdérmico como uno de los métodos anticonceptivos hormonales que se ofrecen gratuitamente en hospitales y centros de atención primaria con una cantidad inicial de 12.420 unidades, mientras que en 2022 esa cifra se elevó a 206.524 implantes distribuidos en el año, representando un aumento del 1.563% en ocho años.
“La reducción del embarazo no intencional en adolescentes, entre otras cosas, se logra gracias a la anticoncepción de larga duración. También al Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (Plan Enia) y al acceso al aborto seguro”, aseguró a Télam la médica, Marisa Labovsky, presidenta de la Federación Internacional de Ginecología Infanto Juvenil (FIGIJ).
Conocido entre las pacientes como “chip”, el implante subdérmico contiene una o más varillas pequeñas, finitas y flexibles que se colocan en el brazo, debajo de la piel, con anestesia local y liberan las hormonas denominadas progestágenos en forma continua para inhibir la ovulación.
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“En el subsistema público de salud, el método anticonceptivo que más incrementó su uso en los últimos años es el implante subdérmico. Realmente fue un método que vino a cambiar las estadísticas, incluso de las tasas de natalidad y de fecundidad en adolescencia que las ha mejorado”, remarcó por su parte Daniela Faranna, ginecóloga del Hospital Santojanni y miembro directivo de la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (AMAdA).
El “chip” brinda protección durante 3 años y puede retirarse en cualquier momento por ser un método reversible, a la vez que pueden usarlo la mayoría de las personas, incluso quienes están amamantando.
Sin embargo, como no protege del VIH/Sida ni de otras infecciones de transmisión sexual, se recomienda la doble protección con el uso de preservativo.
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Este año, la campaña de AMAdA para el Día Mundial de la Anticoncepción, que se celebra cada 26 de septiembre, lleva el lema de “Doble protección, menos preocupación”, con el objetivo de concientizar de que el preservativo, más otro método anticonceptivo a elección (de corta o larga duración), brinda la mayor efectividad.
En los últimos años, la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva (Dnssr), presidida por Valeria Isla se propuso “incrementar la oferta de métodos anticonceptivos de larga duración, ya que estos son más eficaces en la prevención del embarazo no planificado y constituyen una mejor asignación de gasto beneficio”, se informó desde esa área a Télam.
La primera canasta de métodos anticonceptivos incluía solo al dispositivo intrauterino DIU “t”, como opción de larga duración, mientras que con el paso del tiempo se fueron incorporando otros productos, como el implante subdérmico de 1 varilla en 2014 y el de 2 varillas en 2022.
De la mano del aumento de la distribución del implante subdérmico, la tasa de fecundidad adolescente en Argentina muestra un sostenido y marcado descenso desde 2015.
Por ejemplo, en 2019 la tasa de fecundidad adolescente tardía estaba en 40.7 nacimientos por mil mujeres entre 15 y 19 años, y en el 2021 bajó a 27 nacimientos por mil adolescentes, según datos de la Dnssr.
Respecto a las causas de la alta adherencia del implante subdérmico en adolescentes, Faranna apuntó que tiene que ver con que es “práctico y cómodo, y no depende de estar todos los días tomando algo ni de estar recambiando ningún dispositivo”.
Asimismo, destacó que “es el método más eficaz que existe en el mercado con una eficacia altísima de más del 99%”.
Por otro lado, reconoció que las adolescentes prefieren el implante frente a otros métodos de larga duración como el DIU porque “tal vez le tienen temor a todo lo que sea algo intrauterino o genital, entonces les es más amigable un método que vaya en el brazo”.