Una investigación científica de la Universidad de Otawa (Canadá) arrojó que los fumadores de marihuana sufren tasas más altas de efectos adversos en las vías aéreas que los que fuman tabaco o aquellos que no fuman. Liderado por Luke Murtha, del Ottawa Hospital General Campus, el estudio incluyó 56 fumadores de marihuana, 57 no fumadores y 33 fumadores de tabaco, todos ellos hombres, por un periodo de más de 25 años.
A través de la tomografía computarizada del tórax utilizada para investigar los efectos, la conclusión fue que el enfisema resulta más común en los fumadores de marihuana que en los no fumadores, en una proporción de 75% a 5%. Comparados con los fumadores de tabaco resultó 75% a 67%.
El subtipo de enfisema predominante en los fumadores de marihuana fue el paraseptal, también conocido como enfisema subpleural, caracterizado por la ruptura de pequeños sacos de aire en los pulmones.
La médica Giselle Revah, coautora del estudio, dijo que lo encontrado sugiere que la marihuana tiene efectos adicionales en los pulmones más allá del los que produce por sí solo el tabaco. Y que una preocupación adicional que debe considerarse es que muchos de los fumadores de la hierba que integraron el estudio contaban con menos de 50 años; y aunque en teoría tuvieron menor tiempo de exposición al humo de la marihuana, se observó que se enferman más gravemente de los pulmones que los que fuman tabaco por mucho más tiempo.
A medida que la legalización de la marihuana se hace común en varios países, la ciencia parece estar sacando a la luz que el cannabis es más ofensivo para la salud de lo que se suponía.
EEUU
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (organismo sanitario rector estatal) señalan que aunque la marihuana se fuma en distintas formas (porros, pipas, tazas) independientemente de cómo se lo haga hiere los tejidos de los pulmones, produce cicatrices y daña los vasos sanguíneos; lo que a la larga aumenta el riesgo de padecer bronquitis, tos o tener una mayor producción de moco.
Una nueva investigación de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) también probó que el fumar cannabis conlleva daño pulmonar aunque lo hace de una forma distinta. El coautor del estudio Bob Hancox observó que el consumo prolongado provoca que los pulmones se inflen en exceso lo que aumenta la resistencia al flujo de aire en mayor medida que sucede con el tabaco. También se evidenció que suele afectar la capacidad de los pulmones para extraer oxígeno de la respiración, cuestión ya demostrada con el tabaco.
Otro estudio publicado en la BMJ Open Respiratory Research (Reino Unido) evaluó la asociación entre el uso del cannabis y las visitas u hospitalizaciones en las salas de emergencias debido a eventos respiratorios, de alrededor de 30 mil datos de residentes canadienses entre los 12 y los 65 años por un periodo de más de 6 años. Aunque no se encontró inicialmente una asociación significativa entre su consumo y las visitas o las hospitalizaciones, después de ajustar las variables sí hubo un riesgo incrementado significativo de morbilidad en los consumidores.
Es decir, los efectos adversos graves a la salud resultaron probados.