Un ex diplomático salvadoreño que durante la Segunda Guerra Mundial salvó la
vida de miles de judíos en los campos de concentración nazis, y murió hace 31 años en la pobreza y
el olvido, es rescatado ahora por una comisión del gobierno de El Salvador.
Se trata del coronel José Arturo Castellanos, quien fue destacado en el
consulado de Ginebra, Suiza, entre 1942 y 1945, cargo desde el cual ayudó a judíos a escapar de los
campos de exterminio dándoles certificados de nacionalidad salvadoreña.
La obra de Castellanos salió a la luz tras una serie de circunstancias, entre
ellas el hallazgo realizado por un historiador y miembros del cuerpo diplomático, según reseñó ayer
la BBC Mundo en su página web.
La cancillería salvadoreña nombró una comisión especial para investigar el caso
y solicitar el reconocimiento ante el tribunal israelí del Museo del Holocausto Yad Vashem, que
tiene su sede en Jerusalén.
Castellanos estudió en la Escuela de Guerra de Turín, Italia, en los años 30, y
ocupó una de las jefaturas del Estado Mayor salvadoreño hasta que el gobierno de Maximiliano
Hernández Martínez lo envió a Europa con la misión de comprar armas.
De aquel viaje no regresó porque Hernández Martínez veía en él a un rival
político y prefirió nombrarlo cónsul general en Liverpool, Inglaterra. Luego, el militar fue
designado diplomático en Hamburgo y finalmente en Ginebra, donde entabló amistad con el empresario
rumano Gyorgy Mandl.
Mandl, que adoptó el nombre de George Mandel-Mantello, le pidió ayuda a
Castellanos para salvar a su familia de la deportación a los campos de concentración nazis.
De acuerdo con los archivos nacionales, Castellanos creó el cargo ficticio de
primer secretario en el consulado de Ginebra para proteger a Mandel-Mantello, quien le propuso
salvar la vida de otras familias judías en la Europa oriental.
"Y así fue como Castellanos empezó a emitir certificados de nacionalidad
salvadoreña para salvar a unos y luego a otros, y otros", relató el diplomático Ernesto Arrieta
Peralta, miembro de la comisión especial investigadora.
Los certificados de nacionalidad salvadoreña, ahora llamados Papeles de la
Libertad, fueron emitidos a favor de grupos familiares, pero pocos sabían de su existencia hasta
que el historiador Carlos Cañas-Dinarte encontró copia de los documentos en los archivos nacionales
en San Salvador.
"En 1999 consulté un archivo denominado Migración 1942 y, en medio de documentos
de gente que había emigrado a Centroamérica, empezaron a aparecer estos expedientes de judíos de
origen polaco, búlgaro, rumano, que solicitaban ser reconocidos como salvadoreños", recordó
Cañas.
Acerca de la saga de Castellanos poco se sabe, salvo que en 1972 el escritor
León Uris visitó El Salvador en busca del hombre que rescató judíos en la Segunda Guerra Mundial.
Aquella visita del investigador conmocionó a la sociedad salvadoreña de la época.
El coronel Castellanos ofreció una pequeña entrevista a Radio Nacional de su
país en 1976, un año antes de su muerte, donde reveló la operación que montó en Europa, pero el
caso pronto volvió al olvido.
Años más tarde, de forma aislada, aparecieron sobrevivientes del holocausto en
la embajada salvadoreña en Israel para agradecer por la emisión de los providenciales certificados
de nacionalidad.
El ex embajador en Israel, Ernesto Arrieta Peralta, recordó que así empezó a
documentar el caso de Castellanos y después se enteró de la investigación de Cañas-Dinarte, con
quien unió esfuerzos para reconstruir la vida del coronel Castellanos.
Un museo con su nombre. El presidente honorario de la comunidad judía en El
Salvador, Claudio Kahn, es uno de los principales promotores para incorporar el nombre del
salvadoreño en el Museo Yad Vashem.
Kahn está radicado en el país desde 1964 y ha financiado los viajes de
investigadores a Europa y Estados Unidos, más la publicación de un libro que reseña la vida de este
diplomático.
Bajo el nombre "Coronel José Arturo Castellanos: Héroe del Holocausto", en la
capital salvadoreña se exponen ampliaciones de los documentos para las familias de origen judío de
Hungría, Polonia, Rumania y Alemania, que eran buscadas por las tropas nazis para
exterminarlas.
Por otra parte, una de las hijas del diplomático, Frida García Castellanos,
considera que el origen de esta historia fue la relación entre dos amigos, uno en peligro y el otro
ayudándolo. Además recordó que "cuando supe de la historia después de la visita de León Uris, le
dije a papá, «¿por qué nunca lo contaste?». El me dijo que cualquiera en su lugar habría hecho lo
mismo. Para él no fue nada heroico ni espectacular". l
Oskar Schindler
La gestión solidaria del coronel Castellanos recordó las acciones heroicas de
Oskar Schindler (1908-1974), el industrial alemán que también rescató de la muerte a unos 1.200
judíos que eran perseguidos por los nazis. La vida del alemán fue recreada en la película "La lista
de Schindler", de Steven Spielberg.