La legendaria banda de rock británica The Rolling Stones tocó anoche por primera en la Cuba socialista ante un público multitudinario.
La legendaria banda de rock británica The Rolling Stones tocó anoche por primera en la Cuba socialista ante un público multitudinario.
La veterana agrupación liderada por Mick Jagger abrió con "Jumping jack flash" para calentar su primera visita a la isla caribeña elegida para cerrar su gira latinoamericana Olé Tour que comenzaron en Argentina y luego siguió a Uruguay, Perú, Colombia, Brasil y México.
Jagger abrió el concierto gratuito con unas palabras en español frente a decenas de miles de fans, en un país donde oír géneros musicales como el rock estuvo durante mucho tiempo mal visto tras la revolución de 1959.
"Hola Habana, buenas noches mi gente de Cuba", dijo Jagger en el espectacular escenario montado al aire libre en la Ciudad Deportiva de La Habana. Según datos oficiales, la enorme área ubicada a pocos kilómetros de la Plaza de la Revolución tiene espacio para hasta 200 mil personas, pero se estima que se reunieron el doble o más.
A diferencia de en otros países, los Stones se presentaron ayer de forma gratuita en un país donde el sueldo promedio del sector estatal, en el que sigue trabajando la gran mayoría de cubanos, ronda los 25 dólares al mes.
El grupo inglés, apenas a comienzos de mes, anunció que agregaba la parada en La Habana para ser partícipe de la actual apertura cubana. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cerró sólo tres días antes una histórica visita a la isla comunista.
El deshielo con el país vecino y antiguo enemigo ideológico ha catapultado a Cuba a primera plana del escenario internacional. El país está sumido además desde hace años en un proceso de reformas económicas de mercado.
El concierto de los Stones generaba desde hace días interés por el enorme simbolismo en plena "primavera" política cubana.
El rock estuvo mal visto durante años tras el triunfo de la revolución de 1959.
El género musical que revolucionó al mundo en la segunda mitad del siglo XX por su estilo contestatario e irreverente llegó a ser vetado en la radio y la televisión cubanas, tras ser calificado como la "punta de lanza" del estilo de vida capitalista.
Desde hace varios años el rock ya es aceptado sin embargo ampliamente en la isla.
Varios cientos de miles de cubanos comenzaron a entrar a las 14 a la ciudad deportiva para un show que ya recibió toda clase de superlativos: "histórico", "desmesurado", "único"... y una certeza: se trató del concierto más complejo jamás visto en la isla.
Grupos de fanáticos con camisetas negras estampadas con la imagen de la banda británica pasaron la noche del jueves en carpas o durmiendo en las aceras a la espera del sonido de los primeros acordes.
"Hemos esperado este momento por mucho tiempo y la emoción nos desborda, es algo extraordinario, histórico, para que otras bandas de la envergadura de los Stones vengan a Cuba", dijo a la AFP José Albero Espinosa, de 30 años, contento de tener ya un buen lugar para el espectáculo.
"No pudimos ser de los primeros, pero desde este lugar no nos vamos a perder ningún detalle", decía por su parte antes del show Swnien Morera, 27 años, de pelo y uñas azules. Morera se aseguró un lugar cercano al escenario, detrás del área reservada a los invitados. "Esperamos muchas sensaciones nuevas", añadió.
Un fuerte dispositivo de seguridad policial garantizó la tranquilidad del concierto, donde rigió una prohibición de ingerir alcohol.
Tres días después de la también histórica visita a Cuba del presidente Obama, la banda británica, que cerró su gira "América Latina Olé", hizo vibrar la ciudad deportiva inaugurada antes de la revolución de Fidel Castro en 1959.
Pese a la ausencia de promoción publicitaria, salvo por su mención en la prensa estatal, se estimó que medio millón de personas desbordó el complejo.
El país de la salsa, la trova y el son se preparó durante semanas para que sus "majestades satánicas" tocaran el Viernes Santo con un escenario de 80 metros de largo y 10 pantallas gigantes. Los Rolling Stones sellaron a lo grande la reconciliación de Cuba con el rock.
"Este concierto va a ser bueno porque se va a comprender definitivamente que el rock no era la música del enemigo. Las revoluciones no tienen que ser cerradas", comentó a la AFP Marco Antonio Morales, un profesor universitario de México, de 42 años.
Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood aterrizaron el jueves en la isla y prometieron un espectáculo especial. "Hola Cuba", escribieron en su cuenta de Twitter.
Historia. Nunca hubo un decreto que prohibiera explícitamente el rock, pero la música "del enemigo" fue prohibida durante años por el régimen de Fidel Castro.
Imitar la vestimenta o la melena de los ídolos era considerado un "problema ideológico".
Los cubanos recuerdan cómo en esa época escuchaban a Los Beatles o a Los Rolling Stones en la intimidad de sus cuartos en placas metálicas en forma de vinilos o cintas magnetofónicas que intercambiaban a escondidas.
"El rock and roll se asociaba al pelo largo, a las drogas, a ese tipo de ropa, era mal visto. Y se vinculaba con Estados Unidos, no importaba si la música venía de Gran Bretaña o de Australia, era en inglés y por tanto era malo", recuerda Eddie Escobar, de 45 años y fundador del Submarino Amarillo, uno de los pocos bares de la capital cubana dedicados al rock.
A partir de los años 80, este género musical comenzó a ser tolerado hasta que logró imponerse en los medios del Estado.
Algunos artistas estadounidenses fueron entonces autorizados a pasarse en la isla. Pero el arribo de los Rolling Stones supera con creces cualquier precedente, por la importancia de la banda y la concurrencia.
En 1979, después de la distensión orquestada por los presidentes Fidel Castro y Jimmy Carter, Billy Joel y Kris Kristofferson hicieron historia en el Festival Havana Jam, pero aquellos tres días de conciertos quedaron reservados a lo interiores del teatro Karl Marx (5.000 butacas) y fueron por invitación.
En 2005, el grupo estadounidense Audioslave, compuesto por miembros de las bandas "grunge" Soundgarden y Rage Against The Machine, congregaron a varias decenas de miles de personas en la "Tribuna Antiimperialista", ubicada al lado de la actual embajada de Estados Unidos en La Habana.
Cuatro años después, en esa misma plaza, Kool and The Gang puso a bailar a cientos de miles de cubanos con un concierto también excepcional.