Casilda Benegas de Gallegos, la mujer más longeva de la Argentina que le había ganado la batalla al coronavirus, murió a los 115 años en la ciudad de Mar del Plata, adonde estaba radicada desde hacía varios años. A la Argentina había llegado en 1945 procedente de su Paraguay natal.
La triste información fue brindada por una de sus bisnietas, Mayra, en su perfil de Facebook: "Yo te voy a recordar siempre de esta manera, riéndote. Es difícil no sentir un dolor enorme por saber que ya no te vamos a tener entre nosotros y a la vez me pone feliz saber que te amamos y disfrutamos muchísimo", dijo la joven.
"Somos la familia más afortunada del planeta porque te tuvimos en nuestras vidas mucho más de lo que podíamos imaginar. Casildita, te amaré el resto de mi vida y mucho más", cerró Mayra.
Casilda había nacido en Paraguay un 8 de abril de 1907 y contrajo matrimonio con Benigno Gallego, junto a quien se radicó en 1945 en la Argentina. El matrimonio tuvo dos hijos y, con ellos, llegaron luego ocho nietos, ocho bisnietos y tres tataranietos.
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La triste información fue brindada por una de sus bisnietas, Mayra, en su perfil de Facebook.
Tras residir en algunas provincias del norte del país, Casilda y Benigno llegaron a Mar del Plata, ciudad en la que vivió hasta 2001. A los 94 años emprendió una nueva aventura esta vez lejos de su segunda patria, ya que se instaló en España hasta 2013.
Sin embargo, La Feliz pareció haber sido su lugar en el mundo porque Casilda retornó a esa ciudad, donde quedó alojada en un residencial para adultos mayores de la zona norte de esa ciudad.
Sus días transcurrían de manera apacible rodeada del afecto de sus seres queridos hasta que la pandemia de coronavirus también la golpeó y en 2020 se contagió. Sin embargo, la fortaleza de esta mujer paraguaya pudo más y atravesó la enfermedad sin presentar síntomas.
Por su longevidad, registró el récord de haber sido la segunda persona de mayor edad en todo el mundo en recuperarse del coronavirus.
También Casilda se había convertido en la cuarta persona más longeva del mundo en ser vacunada, cuando médicos del PAMI la inocularon en marzo de 2021, apenas unos días antes de su cumpleaños.
Según comentaron algunos miembros de si familia, Casilda no era una mujer de hablar mucho, pero desde su entorno aseguraron que entendía todo. Solía sonreír mucho, y cada tanto decía respuesta en guaraní, para dejar en claro cuáles eran sus orígenes.