Franco Colapinto seguirá siendo parte del paisaje de la Fórmula 1 y en Alpine, tal como se confirmó en su paso por Interlagos. Lo aguarda un 2026 donde la vara la elevó y deberá responder en un mundo vertiginoso, esforzado y sobre todo sin corazón.

El argentino elevó la vara con la confirmación de su continuidad en la Fórmula 1 en 2026 y se vienen nuevos desafíos, con mayores responsabilidades en Alpine
Andrés Mancini - Enviado especial a San Pablo
En el 2026 Franco Colapinto tendrá otras metas en Alpine. Lo encontrará con más experiencia al lado de Pierre Gasly. Y se espera que con un auto mejor al actual, que por cierto no es el Alpinito de la imagen.
Franco Colapinto seguirá siendo parte del paisaje de la Fórmula 1 y en Alpine, tal como se confirmó en su paso por Interlagos. Lo aguarda un 2026 donde la vara la elevó y deberá responder en un mundo vertiginoso, esforzado y sobre todo sin corazón.
Cuando se apagaron los motores, los mismos mecánicos que preparan los autos y los arreglan si hace falta, los mismos que hacen los cambios de neumáticos en carrera, son los que se ponen a desarmar todo para llenar los containers que emprenden el regreso a Europa. Son los que más ponen el lomo, en esfuerzo y horas. Son los que cierran los boxes cuando quedan vacíos.
Tremendo verlos en acción ya entrada la noche en Interlagos, después de llevar trabajando todo el día y con máxima tensión. De hecho, se piensa poco en todo lo que hacen cuando, por ejemplo, se los apuntan con dedo acusador cuando demoran la parada de Franco Colapinto en carrera. De hecho, así fue en la segunda ena que tardaron unos 2,5 a 3 segundos más de lo aconsejable.
Así de fascinante y de cruel es este mundo de la Formula 1. Cómo por ejemplo lo es con Jack Doohan, cuando se lo ve deambulando en el hospitality de Alpine sin ton ni son, sin nada para hacer, sin que nadie le preste mucha atención. Es el piloto que reemplazó Colapinto en mayo, después de los errores del australiano y su falta de respuestas ante la máxima tensión que soportó, sabiendo que si no daba la talla sería reemplazado por el argentino.
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dicho sea de paso, a la inversa de Doohan, hizo su carrera de abajo hacia arriba, con escaso apoyo financiero familiar pero mucho talento que le fue abriendo puertas y sumándo indispensables respaldos económicos. Sin ellos, tampoco le sería posible llegar adónde llegó, solo que se los fue ganando, no vinieron en la billetera de papá.
Ese Colapinto enorme, argentino y como tal en desventaja con los que provienen del primer mundo, apuntaló en Brasil su carrera deportiva. Hizo del fin de semana de Interlagos el más importante de los 23 que ya disputó en F-1. Remó, peleó, mostró y se aseguró la butaca para el 2026. Nada será igual a partir de ahora.
Y no será igual porque, más allá de lo que pase en estos tres últimos grandes premios, la vara se elevó. Tendrá al fin la pretemporada, que inclusive será extendida porque la FIA precisa probar mucho los autos nuevos que archivarán completamente los de este año.
Y con ella la posibilidad de conocer su nueva herramienta con tiempo de sacarle el máximo jugo posible. Además de hacerlo ya con una relación con los ingenieros aceitada, sobre todo con Stuart Barlow, que también este 2025 fue el de su debut en la función vital de acompañar al piloto, de ser su mano derecha y la izquierda también.
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Se le deberá tener más contemplacion en los primeros 6 circuitos que visitará en 2026, dónde nunca corrió: el callejero de Melbourne, el del desierto de Bahréin, los urbanos de Jeddah y Miami, el de la vieja escuela de Suzuka y el de Shangai.
Pero ya iniciará la temporada con las bases sólidas que nunca tuvo y aunque seguirá por un tiempo existiendo la diferencia de experiencia con Pierre Gasly, se irá achicando su incidencia.
Se vendrá más un Colapinto contra Colapinto, se le exigirán resultados a la par mínimamente de su compañero de equipo, habrá un plano de más igualdad que por supuesto lo pondrá a prueba.
Pero para eso vino a la Fórmula 1. Para hacer ruido en serio. Por eso no busca excusas y se amarga cuando las cosas no salen como pretende. Cómo pasó el sábado en Interlagos, que terminó condicionando un domingo que pudo ser mejor.
Las últimas tres citas del año, en dos semanas en Las Vegas y luego las consecutivas de Qatar y Abu Dabi serán como jugar luego de evitar un descenso en el futbol, aunque seguramente Colapinto no sé relajará ni bajará la guardia. No está en su sangre y eso lo ha llevado hasta acá. Muy, muy lejos de lo que ni él ni nadie hubiera imaginado.
Colapinto le dijo a La Capital en la conferencia de prensa de la confirmación, que no se fijaba en los números que lo están llevando a acercarse al podio histórico argentino en la Fórmula 1. Pero tiene todo dado para que así sea. Falta mucho camino por recorrer. Aunque ya corrió mucha agua bajo el puente en estos dos años freneticos, es como que todo recién empieza. Ese efecto dejó Brasil. El crédito abierto para que haya Colapinto para rato en la Fórmula 1.