Es en este marco que la V Conferencia Internacional de Biocombustibles, organizada por Fedebiocombustibles y celebrada en Santa Marta, Colombia, se consolidó como un espacio clave para discutir el papel de los biocombustibles frente a la crisis climática global.
Con más de 500 participantes de distintos países entre ellos representantes de gobiernos, empresas, gremios agrícolas y centros de investigación, el evento dejó un mensaje claro: los biocombustibles ya no son una promesa futura, sino una herramienta inmediata, escalable y con alto impacto ambiental y social.
En las últimas dos décadas, Colombia ha incorporado biocombustibles de forma sostenida en su matriz energética. Actualmente, el país utiliza mezclas obligatorias del 10%: el biodiésel, producido a partir de aceite de palma, se mezcla en esa proporción con el diésel fósil; y el bioetanol, derivado de la caña de azúcar, se mezcla en un 10% con la gasolina convencional.
Gracias a esta política de integración, el país ha evitado la emisión de 41 millones de toneladas de CO, cifra equivalente al 84% de todas las emisiones anuales del sector transporte colombiano. Además, se han reducido 8.000 toneladas de material particulado, con impactos positivos sobre la calidad del aire urbano.
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La experiencia colombiana fue presentada en la conferencia como evidencia de que los países del Sur Global pueden implementar soluciones climáticas de forma inmediata, utilizando materias primas locales y fortaleciendo sus economías rurales.
La presidenta ejecutiva de Fedebiocombustibles, Carolina Rojas Hayes, destacó: “Cada gota de biocombustible que utilizan los colombianos contribuye a reducir emisiones, generar empleo y fortalecer la producción nacional. Esto demuestra claramente que el sector agroindustrial puede ser un motor fundamental en la transición energética del país”.
Carolina Rojas Hayes – Fedebiocombustibles - Presidenta Ejecutiva
Carolina Rojas Hayes, Presidenta Ejecutiva de Fedebiocombustibles, lidera la promoción de los biocombustibles en Colombia como clave para la movilidad sostenible. Con 20 años de experiencia en relaciones público-privadas, ha trabajado en políticas públicas, sostenibilidad y el sector minero-energético. Fue Viceministra de Minas (2018-2020) y ha ocupado cargos de liderazgo en la Agencia Nacional de Minería y el Ministerio de Hacienda. Además, ha colaborado con organismos como el Banco Mundial y BID. Es economista de la Universidad de los Andes, con Maestría en Políticas Públicas de la Universidad de Chicago y miembro de la Comunidad de Mujeres en Juntas Directivas (CESA).
Nuevas metas: expansión multimodal y segunda generación
Uno de los anuncios centrales fue la meta de evitar 5 millones de toneladas adicionales de CO hacia 2030, lo que representa un incremento del 32% en la contribución actual del sector a la reducción de emisiones. Para lograrlo, Colombia ampliará el uso de biocombustibles a nuevos modos de transporte:
- Transporte marítimo: Producción proyectada de 15 millones de galones de biocombustible marítimo al año, con capacidad de reducir hasta un 40% de las emisiones del sector náutico.
- Aviación: En 2029 entraría en operación la primera planta de SAF (combustible sostenible de aviación) del país, con una capacidad estimada de 50 millones de galones anuales y potencial de reducir entre 65% y 70% las emisiones del transporte aéreo.
La conferencia se consolidó como un espacio clave para el diálogo regional, reuniendo delegaciones de Brasil, Paraguay, Estados Unidos, la Unión Europea y Argentina. Entre los participantes destacó Luis Zubizarreta, presidente de CARBIO, quien analizó, junto a otros expertos, los principales desafíos regulatorios, las oportunidades tecnológicas, el crecimiento de los biocombustibles en la región y la amplia disponibilidad de materias primas que Latinoamérica posee para impulsar la producción sostenible de este sector.
Una transición energética con rostro rural
Además del impacto ambiental, el modelo colombiano destaca por su alto componente social. La industria de biocombustibles genera más de 90.000 empleos directos y beneficia a 470.000 trabajadores rurales, articulando la transición energética con el desarrollo territorial y la economía local.
La V Conferencia Internacional de Biocombustibles reafirmó que América Latina tiene una oportunidad concreta y disponible para enfrentar la crisis climática. Con voluntad política, cooperación regional y visión de largo plazo, los biocombustibles pueden ser el puente hacia una movilidad más limpia y un desarrollo más justo.