Río de Janeiro (Brasil).— A la voz de "Sin amnistía", una multitud de cariocas de reunió este lunes en la plaza céntrica de Cinelandia, en Río de Janeiro, para repudiar el intento de golpe de Estado en Brasil el último domingo, luego de que seguidores del ex presidente Jair Bolsonaro tomaran por asalto y generaran incontables destrozos en el Palacio del Supremo Tribunal Federal (STF), el Palacio de Planalto —sede de gobierno— y el Congreso Nacional.
Bajo una lluvia impiadosa que hace más de una semana no da tregua a la “Cidade Maravilhosa”, los brasileños decidieron limar diferencias políticas y se unieron bajo un reclamo común: la defensa de la democracia. Una consigna que resonó en todo el mundo, en las últimas horas.
Poco después de las 18, referentes de distintas organizaciones sociales y políticas, agrupaciones estudiantiles y sindicales, y ciudadanos de distintas edades y grupos sociales, se fueron concentrando en la intersección de rua Araújo Porto Alegre y avenida Río Branco, en el centro carioca, donde se montó un palco en Cinelandia, de espaldas al imponente edificio del Teatro Municipal. Una multitud que fue creciendo conforme la lluvia se hacía más copiosa y el ambiente se enfervorizaba al canto de “Bolsonaro tenés que temer, porque no habrá amnistía para vos...”.
“Vamos a estar aquí, con sol o lluvia, para defender la democracia brasileña”, arrancó arengando uno de los referentes del Partido de los Trabajadores (PT), el espacio político del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, al comienzo del acto, que tuvo entre los oradores a dirigentes de los partidos que conforman la ecléctica coalición gobernante, algunos muy identificados con el actual mandatario y otros críticos por la conformación de su gabinete.
“Lo qué pasó en Brasil fue muy serio. La sociedad brasileña no puede permitir esas acciones fascistas”, señalaron los oradores, entre los que se encontraban representantes de Unidad Popular por el Socialismo (UP), del Partido Socialista de los Trabajadores Unificados (PSTU), la Central Única de Trabajadores (CUT), referentes de Mujeres en Lucha, Movimiento de Lucha de Barrios y Favelas y el Sindicato de los Trabajadores de la Educación de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
“Nosotros, los sectores progresistas de la sociedad, necesitamos levantar nuestra voz, estar de pie y defender la democracia popular representada por el presidente Lula”, arengaron desde el palco a medida que la gente seguía llegando desde todos los puntos a la céntrica esquina carioca con paraguas, capas o dispuestos a entregarse a una cálida lluvia.
“Este acto es muy simbólico, pero nosotros necesitamos continuar movilizados porque la extrema derecha demostró que a medida que pasan los días continúan con estas acciones”, afirmaron a viva voz desde el palco.
2023-01-09 rio de janeiro by_SCicare.jpg
El asalto a la sede de los tres poderes fue un cachetazo a la recién estrenada gestión de Lula, pero también el resultado de una "crónica de una muerte anunciada", como dijo el dirigente del PSTU y ex candidato a gobernador de Río, Cyro Garcia, al comparar este hecho con el asalto al Capitolio en Estados Unidos el 6 de enero de 2021 y definirlo como “ataques terroristas”.
El dirigente responsabilizó al gobierno del Distrito Federal Brasilia por la “connivencia” que permitió llegar a los manifestantes hasta la sede de los tres niveles de gobierno, y le apuntó al gobernador Ibaneis Rocha por nombrar como secretario de Seguridad al ex funcionario bolsonarista Anderson Torres, hoy exonerado y quien el día de la invasión de manifestantes se encontraba en Miami.
Pero, además, Cyro Garcia disparó al interior del gabinete lulista. “No podemos pasar por alto la ineficiencia del gobierno federal a través de la postura del ministro de Defensa”, dijo al referirse a la actitud del José Múcio Monteiro, quien según referencias de algunos medios locales tuvo un enfoque bastante concesivo con los grupos bolsonaristas que vienen acampando frente a cuarteles militares desde las elecciones presidenciales en rechazo al resultado electoral.
La marcha en respaldo al gobierno de Lula fue homogénea en lo político y heterogénea en la participación. Jóvenes y viejos, militantes y ciudadanos preocupados por el futuro del país, estudiantes, trabajadores y algunos turistas también fueron parte del repudio.
Cuando la tarde se despedía, la popular estación de metro de las líneas 1 y 4 de Cinelandia amalgamó la vida de esta ciudad cosmopolita. Mientras algunos hombres y mujeres con remeras rojas —color identitario del PT— portando banderas y consignas bajaban en el andén camino a la marcha en defensa de la democracia, otros cientos de brasileños subían al tren, en sentido inverso, camino a sus casas, para continuar sin sobresaltos con su vida cotidiana.