París.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su novia, la cantante Carla Bruni, quieren casarse el próximo 8 ó 9 de febrero, según informó hoy el dominical parisino Journal du Dimanche citando fuentes anónimas.
París.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su novia, la cantante Carla Bruni, quieren casarse el próximo 8 ó 9 de febrero, según informó hoy el dominical parisino Journal du Dimanche citando fuentes anónimas.
La ex top model Bruni, de 39 años, conoció al presidente galo hace algunas semanas y desde entonces sus apariciones han provocado numerosos titulares y fotos de portada.
Según el diario, menos de un mes tras conocerse, Sarkozy entregó a Bruni un anillo de compromiso diseñado por Victoire de Castellane de Dior, mientras Bruni le entregó al mandatario un reloj de pulsera de Patek Philippe.
Además, la madre de Bruni, Marisa Borsini, dijo a medios italianos que Sarkozy le pidió la mano de su hija. “Señor Presidente”, respondió Borsini, según contó, “no tengo razón para negársela”.
En caso de realizarse este matrimonio, sería el tercero de Sarkozy y se produciría a menos de que se cumplan cuatro meses del divorcio del mandatario francés, de 52 años, de su segunda esposa Cécilia el pasado octubre. Bruni también ha estado casada una vez con el filósofo Raphael Enthoven, el padre de su hijo Aurelio.
El diario que publicó hoy la noticia pertenece a Arnaud Lagardère, amigo personal de Sarkozy, de ahí la credibilidad que se otorga al a información.
Sin embargo, aún no se sabe qué efecto tendría la boda en la opinión pública francesa. Elegido como presidente en una ola de popularidad casi sin precedentes, Sarkozy vio caer su apoyo últimamente pese a su constante presencia mediática.
Las encuestas más recientes realizadas por el instituto CSA para el diario Le Parisien mostraron que el 48 por ciento de los franceses confía en la capacidad de Sarkozy para hacer frente a los problemas de Francia, lo que supone una caída de siete puntos respecto al mes pasado.
Se especula que un motivo de esa caída de popularidad podrían ser las continuas
informaciones sobre su lujoso tren de vida, mientras entre los franceses crece el pesimismo sobre
la economía privada y el estado de la economía nacional. (DPA)