Rusia aumentó este martes su campaña para tomar el corazón industrial en el este de Ucrania con nuevos ataques sobre ciudades y pueblos a lo largo de un frente de cientos de kilómetros, en lo que ambos bandos describieron como una nueva fase de la guerra.
Después de que la ofensiva rusa sobre la capital no lograra rendir la ciudad, el Kremlin declaró que su principal objetivo era capturar la región oriental del Donbás.
Si tiene éxito, la ofensiva le daría al presidente, Vladimir Putin, una pieza vital de Ucrania y una necesitada victoria que podría esgrimir ante el pueblo ruso en momentos en que crecen las bajas de la guerra y las penurias económicas derivadas de las sanciones occidentales.
También dividiría de forma efectiva a Ucrania en dos y la privaría de sus principales bienes industriales concentrados en el este, incluidas minas de carbón, plantas metalúrgicas y fábricas de máquinas.
El ejército ucraniano dijo que una “nueva fase de la guerra” había comenzado cuando “los ocupantes hicieron un intento de romper nuestras defensas a lo largo de casi toda la línea del frente. El ministro de Exteriores de Rusia, Sergéi Lavrov, dijo que “ahora está empezando una nueva fase”.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo que un número masivo de soldados rusos estaban comprometidos con la campaña, aunque algunos observadores señalaron que desde hace jun tiempo ya se intensifica la campaña ahí y se cuestionaron si realmente era el inicio de una nueva ofensiva.
Justin Crump, un excomandante de tanque británico ahora con la firma de asesoría estratégica Sibylline, dijo que los comentarios ucranianos podrían, en parte, ser un intento para persuadir a los aliados a enviar más armas.
Las armas europeas y estadounidenses han sido clave para impulsar la defensa de Ucrania, al ayudar al país con pocas armas de fuego a frenar a los rusos. El primer ministro holandés, Mark Rutte, dijo el martes a Zelenskyy que Holanda enviaría ``material más pesado’’, incluidos vehículos blindados.
En lo que parecía un recrudecimiento de los ataques, el teniente general Igor Konashenkov, vocero del Ministerio de Defensa de Rusia, dijo que misiles aéreos habían destruido 13 blancos de tropas y armas ucranianas, mientras que la fuerza aérea había alcanzado otras 60 instalaciones militares ucranianas, incluidos depósitos de cabezas de misil. La artillería rusa alcanzó 1.260 dependencias militares ucranianas y 1.214 concentraciones de tropas en las 24 horas previas, añadió. No fue posible verificar las afirmaciones de forma independiente.
El Pentágono describió la escalada como ``operaciones de conformación’’ que planteaban el escenario para una ofensiva más amplia en la región del Donbás, de mayoría rusófona.
Estados Unidos cree que las fuerzas rusas ``siguen fijando las condiciones para lo que creen será un éxito futuro sobre el terreno al poner más fuerzas, poner más facilitadores, poner más mando y capacidad de control para operaciones aún por venir’’, dijo el lunes el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby.
Los ataques comenzaron ese día a lo largo de un frente con forma de arco que se extiende más de 300 kilómetros (480 millas) desde el nordeste de Ucrania y hacia el sureste del país.
Rusia dijo haber alcanzado varios lugares con misiles, como la ciudad nororiental de Járkiv, así como zonas en torno a Zaporiyia y Dnipro, al oeste del Donbás. Cinco civiles murieron en un ataque sobre Járkiv, dijo el martes el gobernador de Járkiv, Oleh Synyehubov.
Las tropas de Moscú tomaron una localidad del Donbás el lunes, según el gobernador de Luhansk, Serhiy Haidai. La captura de Kremennaya acerca a los rusos a su objetivo aparente de rodear a las tropas ucranianas en la zona al avanzar sobre ellas desde el norte y el sur y arrinconarlas contra territorio que controlan tropas rusas en el este.
Oleksiy Danilov, secretario del consejo de seguridad nacional de Ucrania, dijo a medios ucranianos que la línea de defensa había resistido en otros lugares.
La toma de Kremennaya también acerca a Moscú a la ciudad de Sloviansk. Sloviansk fue tomada por combatientes prorrusos en 2014, sólo para ser retomada después por fuerzas ucranianas meses más tarde tras intensos combates, lo que supuso un revés humillante para Moscú.
Un factor clave para la campaña rusa es capturar Mariúpol, una ciudad portuaria en la región que las fuerzas de Moscú tienen sitiada desde los primeros días de la guerra.
Los ataques continuaban allí y Rusia hizo un nuevo ultimátum para reclamar la rendición de las tropas ucranianas atrincheradas en la ciudad, en el que aseguró que los que capitulasen saldrían con vida. Los ucranianos han ignorado ofertas anteriores.
Si conquista la ciudad, Rusia liberará tropas para utilizarlas en otra parte del Donbás, privará a Ucrania de un puerto crucial y establecerá una conexión terrestre entre Rusia y la península de Crimea, anexionada de Ucrania en 2014.
Denys Prokopenko, comandante del Regimiento Azov de la Guardia Nacional de Ucrania, dijo en un mensaje que Rusia ha comenzado a arrojar bombas antibúnker en la planta siderúrgica de Azovstal, en donde el regimiento se encuentra atrincherado.
Se cree que también hay civiles refugiados en la planta.