El presidente electo de Colombia dio una señal clara de que hará un gobierno de cambio moderado, al nombrar a un economista del "establishment" pero con preocupación por los problemas sociales. Petro eligió a José Antonio Ocampo, de 69 años, como ministro de Hacienda. Ocampo, profesor de las universidades de Columbia y Yale y ex secretario de la Cepal, promete ocuparse de las desigualdades que afligen a Colombia, pero su designación claramente no coincide con el radicalismo de izquierda que mostró Petro durante la campaña electoral. Ocampo, que había asesorado la campaña del candidato de centro Sergio Fajardo, coincide con el futuro mandatario en la necesidad de superar el modelo extractivista que es la base de la economía colombiana.
“El mayor reto del nuevo gobierno, e incluso la razón de ser de su apoyo político, es la superación de las desigualdades sociales”, escribió Ocampo, quien ya fue ministro de Hacienda en los años 90 del liberal Ernesto Samper, en un reciente análisis publicado en el diario El Espectador. “Los retos son esencialmente de largo plazo y exigen lograr mayor gasto público social y mayor eficiencia en todos los ámbitos de gobierno, así como un aumento de los ingresos tributarios”, escribió.
Las expectativas sobre el nombre del encargado de llevar las riendas de la economía eran muy altas. “Hay un equipo de economistas muy importante que se ha construido a lo largo de esta campaña”, había dicho Petro luego de su victoria. “El equipo inicial empezó con Ricardo Bonilla y ahora, en el proceso de crecimiento, hemos hablado con José Antonio Ocampo, se integró Rudolf Hommes, que también fue ministro de Hacienda, y uno de los mejores economistas del país, que es Alejandro Gaviria. Es un equipo muy fuerte, con escuelas de pensamiento económico muy diferentes, una gran potencia en la política económica pública”.
En medio de una notoria reactivación posterior a la pandemia, Colombia es la economía latinoamericana que más crecerá este año, de acuerdo con la Organización para la cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), impulsada, en gran parte, por el alza del precio del petróleo. “Petro se ha comprometido a romper con algunos elementos clave de la política económica de Colombia, en particular poniendo fin a la dependencia del petróleo deteniendo la exploración y centrándose en las energías renovables en un esfuerzo por diversificar la economía”, apuntaba un análisis de la calificadora de riesgo crediticio Fitch Ratings. La propuesta de reducir la dependencia del crudo cuando su precio es tan alto ha provocado críticas.
El nombre de Ocampo genera tranquilidad en sectores económicos y políticos, y fue recibido con alivio. ”Es un acierto”, reaccionó el ex candidato centrista Sergio Fajardo. “He trabajado con él y tiene un conocimiento amplio y profundo del país, que combinado con su sensibilidad social, experiencia y capacidad de liderazgo, lo convierten en la persona ideal para estos tiempos difíciles”, valoró.
El senador electo Humberto de la Calle, también de la Coalición Centro Esperanza que lideró Fajardo, calificó de “gran noticia” la designación. “Oportuna y acertada. Suficientemente progresista para este momento de crisis social y suficientemente ortodoxo para no hacer locuras”, opinó este ex negociador de paz. “Es una persona seria, con experiencia y confiable, conoce el país, sus finanzas y los mercados internacionales. Es una muy buena señal su designación”, coincidió Bruce Mac Master, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI).
“El gobierno entrante debe nombrar urgentemente a miembros del gabinete que brinden credibilidad en tres temas: la economía, la seguridad y las relaciones exteriores. Durante la campaña, Petro habló mucho sobre medidas de política económica poco ortodoxas”, advertía el análisis poselectoral de la consultora Colombia Risk Analysis. Ocampo se convierte en el segundo ministro que confirma el presidente electo, después de anunciar al conservador Alvaro Leyva Durán como futuro canciller.