Jerusalén- El presidente estadounidense, George W. Bush, culminó hoy su
visita a Tierra Santa con una recorrida por el memorial del Holocausto en Jerusalén y los
sitios donde Jesucristo comenzó su predicación, y, antes de partir hacia países árabes,
prometió regresar a la región en tres meses.
“Hay una gran posibilidad de paz y quiero ayudarlos”, dijo
Bush al primer ministro y presidente israelíes, Ehud Olmert y Shimon Peres, en el aeropuerto
de Tel Aviv, donde abordó su avión Air Force One y puso punto final a su primera visita a
Israel y los territorios palestinos de Cisjordania como mandatario.
“Señor primer ministro y señor presidente, muchas gracias por su
invitación para regresar. La acepto ya”, dijo Bush sobre la pista del aeropuerto, en
una señal de su intención de ponerle una estampa personal a los esfuerzos de paz que podrían
coronar su último año en el poder.
De Israel, Bush voló hacia Kuwait, la pequeña nación petrolera cuya
invasión en 1991 llevó a su padre a lanzar la Guerra del Golfo contra Irak y uno de los dos
países árabes, junto con Irak, que no asistió a la conferencia de Annapolis, Estados
Unidos, donde Bush relanzó el proceso de paz palestino-israelí.
Durante dos días de conversaciones con Olmert y con el presidente
palestino, Mahmud Abbas, Bush dijo que era necesario que ambas partes comiencen negociaciones
serias de inmediato.
El mandatario predijo ayer que el tratado de paz definitivo será firmado
en el lapso del corriente año y urgió a ambas partes a tomar “decisiones
difíciles” para permitir la creación de un Estado palestino y poner fin a 40 años de
ocupación israelí.
Antes de llegar al aeropuerto para partir hacia Kuwait y los demás estados
árabes que visitará -Bahrein, Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudita-, Bush llamó a los
árabes a “extender la mano a Israel, un paso que se necesita hace mucho tiempo”,
señaló.
El mandatario reiteró el llamado en el aeropuerto. "L
levo conmigo un mensaje de optimismo sobre las posibilidades de un acuerdo
de paz. Compartiré con ellos mis pensamientos sobre usted y el presidente Abbas”, dijo
Bush con Olmert y Peres a su lado.
Más temprano, el presidente estadounidense visitó el memorial del
Holocausto Yad Vashem en Jerusalén.
Con lágrimas en los ojos, el presidente dijo que el memorial, que
conmemora a los millones de judíos asesinados por la Alemania nazi, era un
“recordatorio aleccionador de que el mal existe” y debe ser resistido.
El director del memorial, Avner Shalev, quien guió a Bush por el lugar,
dijo que el mandatario estaba visiblemnete emocionado y dijo que su país debería haber
bombardeado el campo de exterminio nazi de Auschwitz.
Con la tradicinal kipá judía, Bush colocó una corona colorada, blanca y
azul sibre un bloque de piedra que cubre cenizas de víctimas del Holcausto traídas de seis
campos de exterminio nazis. También encendió una antorcha para recordar a los muertos.
En un momento, Bush vió fotografías aéreas del campo de Auschwitz tomadas
durante la guerra y llamó a su secretaria de Estado Condoleezza Rice para preguntarle por qué
su país decidió no atacar el campo para detener las matanzas, según Shalev.
“Deberíamos haberlo bombardeado”, dijo Bush, siempre de
acuerdo al relato de Shalev, informó la edición digital del diario israelí Haaretz.
Se trató de la primera visita de Bush a Israel y a los territorios
palestinos ocupados de Cisjordania desde que asumió el cargo, en 2001, y su objetivo es
lograr un triunfo de su política exterior en el último año de mandato forjando un acuerdo de
paz.
Las negociaciones de paz se reanudaron con gran fanfarria en noviembre en
Annapolis tras siete años de estancamiento, pero desde entonces se empantanaron por la
expansión de las colonias judías y una escalada de violencia palestino-israelí.
También complica el proceso el hecho de que el presidente palestino,
Mahmud Abbas, controla sólo parte del futuro Estado palestino, ya que sus rivales del
movimiento Hamas le arrebataron el control de la Franja de Gaza, en junio pasado.
Bush, un cristiano devoto, también seguió las huellas de Jesucristo en la
norteña región israelí de Galilea.
El mandatario, que una vez dijo que Jesús era su filósofo preferido,
recorrerió la zona del Mar de Galilea, donde Cristo dio su Sermón del monte, en el que dijo
“felices los que trabajan por la paz”, según el Evangelio de San Mateo.
(Télam)