En la búsqueda de combatir la ola de robo de cables y objetos metálicos que asola la ciudad, en el último año y medio la Municipalidad clausuró casi 50 chatarrerías clandestinas en distintos puntos de Rosario. Los operativos se realizan junto a la Policía de Santa Fe, en un trabajo coordinado entre el área de Control, la Fiscalía, el Ministerio de Seguridad y las empresas de servicios perjudicadas por el vandalismo. En total hubo siete detenidos.
Durante las clausuras, se incautaron múltiples piezas de metal robadas a vecinos, compañías telefónicas y de internet, Aguas Santafesinas, Litoral Gas y la Empresa Provincial de la Energía, situación que ha dejado a miles de personas sin servicios en el marco de una fiebre de delito predatorio que casi no ha dejado barrio sin hechos de estas características. Según Telecom, en los últimos 3 años se produjeron más de 5.900 robos solo en la red de líneas telefónicas en la ciudad.
Los datos aportados por la Secretaría de Control y Convivencia municipal indican que en los últimos 18 meses en los que se intensificaron los hechos de robo de cables, se clausuraron 49 chatarrerías vinculadas con estos hechos y se constataron 24 violaciones de clausuras en operativos conjuntos con el Ministerio Público de la Acusación y Seguridad. Además, se detuvo a siete personas por este tipo de hechos.
A partir de las denuncias reiteradas y las violaciones de clausura, en las últimas semanas se avanzó en los allanamientos, que derivaron además en la clausura de una docena de estos lugares con cuatro detenidos. En los operativos en chatarrerías y compraventa de materiales ferrosos y no ferrosos, ya hubo en total 49 cierres y 24 intervenciones por violación de clausura.
En cuanto a las detenciones de personas involucradas en el lugar, fueron siete: un detenido en Sorrento 1216, otro en Juan Pablo II 3060, dos detenidos en bulevar Seguí 3391 y tres en Junín y Francia. En total, se realizaron 24 denuncias penales en Fiscalía.
La última intervención se produjo el viernes de la semana pasada en un predio denunciado como centro de acopio y compraventa de elementos robados en la zona de Junín y Francia, en barrio Refinería. En el lugar se encontraron desde picaportes de bronce y rollos de cobre hasta mobiliario urbano y decenas de carritos de supermercado desmantelados, entre otros múltiples objetos de procedencia sospechosa. El personal de Control clausuró el negocio de compraventa.
Metodología
Por lo general, en la mayoría de los procedimientos los agentes trabajan en conjunto con la policía. Se concurre al lugar, en principio se busca si están habilitados o no, y si corresponde se genera la clausura. Después vuelven a ir, y si detectan que reabrió se hace la violación de clausura una y otra vez, ya que en algunos casos esto se produce varias veces.
“Obviamente no podemos dejar una persona fija en el lugar que esté controlando que no abran sus puertas y trabajen. Por eso se hace la denuncia penal, para que en este caso lo tome el fiscal de faltas. Todas las causas las tiene el fiscal (de la Unidad de Faltas y Contravenciones) Marcelo Vítola, para que tome alguna otra medida un poco más fuerte”, explicó la secretaria de Control, Carolina Labayru.
Pero no todo termina ahí. Luego, en la mesa de seguridad de la que participan en conjunto con Fiscalía, se hace llegar toda la planilla que confeccionaron con las correspondientes denuncias penales al fiscal provincial Matías Ocariz, que toma todos los casos de chatarrerías, para que ordene los allanamientos.
Al respecto, Labayru dijo que “muchos de esos allanamientos coincidieron con algunos de los lugares que ya teníamos intervenidos, y en algunos casos se hicieron detenciones. Es un trabajo que seguimos haciendo con la Policía. Todas las semanas tenemos alguna intervención en chatarrerías”, culminó la funcionaria.