El robo cotidiano de cables y piezas metálicas de todo tipo afecta a las redes de telefonía fija, internet, televisión por cable, energía eléctrica, agua potable y gas. Son miles los rosarinos perjudicados por una ola delictiva que parece incrementarse cada vez más y no tener fin. Los números son contundentes: desde octubre del 2020, sólo en Rosario se produjeron unos 5.900 hechos de robo de cable.
La cifra fue revelada por una de las principales empresas víctima de esta modalidad delictiva, Telecom. Según los datos aportados a La Capital, en promedio se producen unos 218 robos mensuales en la ciudad. En los últimos 30 meses, esto significó unos 271 mil metros de cable, unas 154 toneladas de cobre.
Para tener un comparativo, en la ciudad de Santa Fe la firma tuvo 330 hechos en el mismo período, unos 12 mensuales.
Las zonas de robos reiterados son Uriburu al 2900, donde se registraron 24 hechos; Juan José Paso al 7100, con otros 24 episodios de hurto; y Brown al 2700, zona donde los vecinos sufrieron 33 robos. Todos los incidentes tienen denuncia en el Ministerio Público de la Acusación.
En ese marco, desde el Concejo reclamaron a las autoridades “prevención y acción”. “A la Justicia, le solicitamos desarticular a los reducidores, porque sin compra no hay robos. Y a las empresas prestadoras, la pronta reposición de las redes y servicios”, dijo el edil Carlos Cardozo (Juntos por el Cambio).
“Sabemos que hay chatarrerías ilegales en Ludueña, Vía Honda y Empalme. Y todos los días, en San Martín entre Batlle y Ordóñez y Circunvalación están los camiones con los carteles que dicen a cuánto compran cada metal. El Ministerio Público de la Acusación y la policía miran”, apuntó.
Además, comentó Cardozo, mientras en los barrios sigue el fenómeno descontrolado del robo de cables, lo que se ha agravado en los últimos meses es la sustracción de elementos que no son cables en la zona del centro y macrocentro: “Se llevan porteros, picaportes, cerrojos de bronce, partes metálicas de medidores de gas y agua. Esto sucede en Lourdes, barrio Parque, Abasto y República de la Sexta”, enumeró.
Clausuras
Como forma de prevención de esta problemática, la Municipalidad realiza operativos de clausura de chatarrerías clandestinas en distintos puntos de la ciudad junto a la policía. La última intervención se produjo el viernes de la semana pasada en un predio denunciado como centro de acopio y compraventa de elementos robados en la zona de Junín y Francia, en barrio Refinería.
La policía acudió al lugar junto a los agentes municipales tras una denuncia de que allí se reducían carritos de supermercados robados en un negocio del shopping Alto Rosario, entre otros elementos provenientes de hurtos y daños al patrimonio público y privado.
Al llegar al asentamiento, encontraron desde picaportes de bronce y rollos de cobre hasta mobiliario urbano y decenas de carritos de supermercado desmantelados, entre otros múltiples objetos de procedencia sospechosa. El personal de Control procedió a clausurar el negocio de compraventa.
De acuerdo a información policial, se incautaron 32 ruedas de carritos de supermercado, partes de los mismos, bultos de cobres, picaportes y canillas de bronce, por lo que se demoró a tres adultos que quedaron a disposición de la Justicia acusados de robo, encubrimiento y amenazas. La denuncia que dio origen al allanamiento se radicó en la comisaría 9º del barrio de Arroyito, cuyo personal intervino en el operativo.
Adicionalmente, el mes pasado la Legislatura provincial sancionó una ley que crea el registro de tenedores y comercializadores de metales no ferrosos, como forma de combatir las actividades delictivas como el robo de cables. Actualmente, se está trabajando en la reglamentación.
El registro busca controlar a quienes compran y venden metales como bronce, aluminio y cobre, e incluye a desarmaderos, chatarrerías y depósitos. A partir de la ley, el Estado provincial puede realizar la inspección, control y clausura de los establecimientos que no estén inscriptos y no informen sus actividades.