Estamos en estos días, y por vía televisiva, presenciando una vergonzosa postal de las condiciones calamitosas que en nuestra querida patria tiene que soportar una muy importante cantidad de hermanos nuestros ante la carencia de vivienda decorosa para vivir al menos con cierta dignidad. Mucho se podrá decir, la prensa oral nos muestra en forma reiterada y descarnada la desesperación de los sin techo, muchos de los cuales fueron estafados por sujetos inescrupulosos que, mercando con su necesidad, les vendían parcelas que tenían otros destinos u otros potenciales adjudicatarios a viviendas populares. Así vemos a mujeres con hijos pequeños y en una arremetida feroz enfrentar al poder policial y hasta poniendo como escudo a sus pequeños vástagos. Desde ya, muchos años la clase política sistemáticamente en sus campañas proselitistas ha puesto el acento en una impensada impronta. Así cautivaron por años y hasta no hace mucho tiempo a muchos ciudadanos. Subsidios de toda naturaleza y con distinto rubro fueron y son repartidos, retirando el dinero de cajas que están destinadas a otros fines. Antes de un reciente acto eleccionario, se amparó el ingreso al país de ciudadanos de paupérrima condición social, provenientes de países limítrofes, los que fueron documentados para el libre tránsito y actividades razonables. Pero lamentablemente esos inmigrantes llegaron para conformar una enorme masa de gente carente de toda capacidad, como no sea la de procrear hijos (quizás no todos). Por una razón forzada se constituyen en arquetipos del ocio, el alcohol, las drogas, el sexo descontrolado de jóvenes, casi niñas aún. Se han unido a gran parte de los excluidos sociales ya existentes. A qué queremos arribar. En Europa, los africanos no residen en chabolas como en su país, trabajan en lo que pueden, viven con decoro, no generan violencia ni inseguridad, salvo excepciones. Y lo que es más significativo, hacen honor al penoso viaje en pateras o cayucos, desafiando la mar helada y tempestuosa en horas nocturnas, en viajes que muchos no completarán y quedarán en aquélla para festín de los chacales. A nadie escapa que es gravísima la situación, que pasa incuestionablemente por la cuestión económica. El dinero devaluado inescrupulosamente no alcanza, en este caso, para cumplir como funcionario público responsable, para respetar la Carta Magna… artículo 14 bis. Han jurado con una mano sobre los Santos Evangelios, el tomador del juramento les dirá finalmente... que Dios y la patria se lo demanden. Que yo sepa, a muy escasos personajes les cupo el sayo, unos se han ido, otros han cambiado de lugar, burlándose literalmente de un pueblo como el del cuento aquél… En el país de los ciegos… Y muchos carentes de memoria los siguen apoyando para convertirlos en elementos privilegiados. Creo y pido perdón sobre la imperiosa necesidad de que nuestro Señor fije residencia un tiempo en nuestra querida patria, ya que la teoría religiosa con respetable opinión dice que está en todas partes. Para finalizar, recuerdo el contenido de la obra literaria: "La tourneé de Dios", de Enrique Jardiel Poncela, donde cuenta la desazón de Él, cuando visita la Tierra. El genial autor no menciona que el Altísimo haya estado en la Argentina y creo que, de haber sido así, hubiera acudido al patriarca Noé.



























