Roban a clientes y dueños de un restobar en Alberdi
"Sólo 500 pesos tenés. ¿Sos el dueño y tenés 500 pesos? Si no me das más guita te tengo que
poner un tiro". Ese fue uno de los diálogos que a Mariano, dueño de un restaurante de Alberdi
asaltado el martes por la noche, le quedó rebotando en la cabeza. Cerca de las 22.30, dos hombres
bien vestidos, a cara descubierta y armados con...
9 de abril 2009 · 01:00hs
"Sólo 500 pesos tenés. ¿Sos el dueño y tenés 500 pesos? Si no me das más guita
te tengo que poner un tiro". Ese fue uno de los diálogos que a Mariano, dueño de un restaurante de
Alberdi asaltado el martes por la noche, le quedó rebotando en la cabeza. Cerca de las 22.30, dos
hombres bien vestidos, a cara descubierta y armados con revólveres ingresaron al local de Agrelo al
2700. En el lugar también estaban su esposa —con su bebé de dos años— y cuatro
clientes. "Además de la recaudación se llevaron además de la recaudación las billeteras y celulares
de todos", detalló Mariano. "A unos de los clientes, un hombre de unos 70 años, le pegaron un
culatazo en la cara y lo lastimaron", describió.
"Los tipos estacionaron su auto —un Chevrolet Corsa
gris, según testigos— a la vuelta del negocio por Matheu. Entraron, robaron y se fueron
caminando. Desde las 22.30 llamé 16 veces al 101 y nada. La policía me dice que hubo sólo dos
llamadas, las últimas, quedaron registradas. La primera patrulla llegó a las 23.15. Era un móvil de
Patrulla Urbana que estaba dando vueltas por la zona y no sabía nada. El primer Comando
Radioeléctrico llegó a las 0.05", recalcó Mariano serenamente indignado. "Uno de los policías que
llegó me mostró que su arma tenía sólo una bala para dos cargadores. ¿Cómo puede ser todo esto?",
se preguntó.
Mariano tiene 34 años y junto a Alejandra, su mujer, invirtieron hace cuatro
meses en un restaurante-café en Agrelo entre Vieytes y Matheu. Ambos llegaron desde la provincia de
Buenos Aires junto a su hijo de dos años y se afincaron en una de las zonas más coquetas de
Alberdi. El restobar tiene un salón de unos 10 metros por 6, decorado en tonos rojo y negro, con
una barra sobre uno de sus costados y frente vidriado.
Violentos. El martes a las 22.30, dentro del local, había dos mesas para dos
personas ocupadas. Cuando los maleantes —que vestían ropas nuevas, usaban gorritas y
empuñaban viejos revólveres calibre 38— ingresaron, se toparon con una pareja que se
retiraba. "Se metieron, cerraron la puerta y fueron al grano: Dijeron «Queremos la plata», mientras
caminaban entre las mesas", recordó Alejandra. " Uno quiso levantar a mi hijo y le dije que no lo
tocara. Después un cliente pidió que no le llevaran los documentos y le pegaron un culatazo que le
rompió la nariz", rememoró la mujer.
En diez minutos, los intrusos despojaron a Mariano de
dinero y a los clientes de celulares y billeteras. Entonces salieron y caminaron unos 40 metros
hasta Matheu, donde los esperaba el Corsa Gris. "Movían mucho las armas. Cuando le pegaron al
cliente pensé que le pegaban un tiro", dijo Mariano.
"La sensación que nos quedó es de querer irnos. Pensaba que
el robo fue terrible, pero lo que le siguió fue peor", indicó Mariano. "No somos de Rosario y nos
cuesta entender que esto suceda en un barrio tan lindo como es este. No sé si da más miedo que te
roben o todo lo que pasa después", reflexionó Alejandra. l