Soy discapacitado motriz y en las últimas elecciones concurrí junto a mi madre a cumplir con mi obligación de ciudadano, que es votar. Al llegar a la escuela Mariano Moreno vimos que la mesa donde nos correspondía sufragar se encontraba en el primer piso, por lo que solicitamos a la presidente de mesa si podía bajar la urna, ya que tanto mi madre, que usa bastón, y yo no podíamos subir las escaleras. La respuesta fue que no hacía falta que votáramos, que estábamos eximidos. Ante nuestra insistencia, la autoridad de la mesa tuvo la "amabilidad" de bajar la urna y finalmente pudimos votar. Cuento esto para que la sociedad sepa y tome conciencia que el hecho de que no podamos caminar normalmente y subir una escalera no nos impide pensar y hacer valer nuestros derechos, como es elegir a quienes nos gobiernan. Ojalá que esto en las próximas elecciones no vuelva a pasar.