En la última presentación por televisión, la señora presidente hizo un llamado al pueblo para que todos cuiden los “precios cuidados”, es decir, todos los ciudadanos deberían trabajar por día una hora o más para recorrer los supermecados de su barrio para verificar los precios. Es evidente, que esto es un enorme y absurdo despropósito, pues esta función le corresponde en forma total, exclusiva y absoluta a los funcionarios que fueron nombrados para esa función y además cobran suculentos sueldos. Esta es una chicaneada presidencial, meter al pueblo para salvar al país en bancarrota ocacionada por los fracasos de una política errática y perversa que por culpa de una soberbia política negó, sistematicamente, la inflación durante más de seis años a través del intencionado fraude de los índices de Indec. Además, en su alocución, la presidente dijo “no se dejen meter la mano en el bolsillo”. Esta frase sonó muy mal, pues encierra ironía y cinismo porque todos sabemos que es el gobierno que hace diez años que nos mete la mano en el bolsillo a través de la escandalosa corrupción (bóvedas, lavado de dinero, negociados, coimas, enriquecimientos ilícitos, subsidios a empresarios amigos, a organizaciones truchas). Y ni hablar de los jubilados, con el veto del 82% como un decreto de condena de muerte prematura, o el miserable aumento del 11,31% como una gran burla nacional contra nuestros jubilados.