Al comenzar un nuevo ciclo lectivo, quisiera compartir con la sociedad algunas reflexiones que pueden ayudarnos a comprender la difícil, pero gratificante, tarea de formar a nuestros niños y jóvenes para hacer frente a los desafíos que les tocará afrontar en el futuro. Sabemos que educar, no es solamente transmitir conocimientos de determinadas disciplinas, sino que es mucho más profundo y apunta a la formación integral como personas, estando esto muy relacionados con la formación de aptitudes, principios de vida y valores. Por esta razón quisiera mencionar los tres contenidos de la enseñanza en la escuela que son el fundamento para la educación. En primer lugar Contenidos Conceptuales, que están relacionados con los temas de cada disciplina. En segundo lugar Contenidos Procedimentales, que están relacionados con el saber hacer. En tercer lugar Contenidos Actitudinales, que están relacionados con el ser como personas, y aquí juega un rol protagónico la formación de valores y aptitudes para la vida, para completar una formación integral del alumno. Estos valores están relacionados con la cultura del esfuerzo, del trabajo, de la responsabilidad, del cumplimiento de las tareas asignadas, del respeto, del cumplimiento de normas establecidas, de actuar con honradez, solidaridad, con ética, responsables y honestos en quienes se puedan dejar confiados los destinos de las familias que formen, de la sociedad que representen y del país que les tocará actuar en un futuro. Por esta razón, si como padres no formamos estos valores, y nuestros alumnos no adquieren estas aptitudes en la escuela, no habremos cumplido con nuestro rol, y no podríamos decir “misión cumplida”, porque estos valores y aptitudes no se improvisan de la noche a la mañana, y repercutirá cuando se enfrenten a los requerimientos y exigencias de vida actual. Por eso, la responsabilidad de educar en primer lugar está en manos de la familia, después en la escuela y por supuesto de la sociedad toda. ¿Dónde encontrar esos valores? Encuentro el único fundamento sólido en las enseñanzas dejadas por Dios y que están registradas en la Biblia, que muchos la llamamos “El manual del fabricante”, donde encontramos el plan de Dios para todas la áreas del ser humano.