El documental “Che, memorias de un año secreto”, ópera prima de la cubana radicada en Brasil Margarita Hernández, que narra aspectos desconocidos de la desaparición de Ernesto Guevara de la esfera pública en el año 1965, será estrenado hoy en Argentina a través de la plataforma Cine.ar.play.
De la mano de un riguroso trabajo de investigación que incluye revelaciones de tres exagentes del servicio de inteligencia cubano acerca del Guevara dispuesto a ponerle el cuerpo a guerrillas revolucionarias, la documentalista echa nueva luz sobre un período poco explorado en la vida personal y política del legendario combatiente argentino-cubano.
Che, memorias de un año secreto
"Ya era sabido que el Che había estado en Tanzania y en Praga y luego había entrado clandestino a Cuba, pero este capítulo de su vida no había sido hilvanado en detalle, ni en sus biografías, ni en forma de documental”, señala Hernández desde Ceará, Brasil, donde dirige el Festival Iberoamericano de Cinema que desde el sábado cumplirá su 30º edición.
Hernández detalla que para el filme “reuní a los protagonistas de la operación, viajé a Praga e investigué en los archivos del STB, antigua policía secreta checa, donde encontré documentos muy interesantes sobre la historia de la casa en que estuvo escondido, lugar que también sirvió de refugio a muchos guerrilleros latinoamericanos durante la guerra fría”.
Además, la película en que tomó parte la productora argentina Cinema 7 Films, recurre a testimonios de Jon Lee Anderson, Oscar Fernández Mel, Ulises Estrada, Víctor Dreke, Juan Carretero Ibáñez, Harry Villegas, Orlando Borrego, Luis Carlos García Gutiérrez, Abel Posse, Jitka Bílková, Tomek Propop, Juan Braun, Vlastimil Kalcky y Leonardo Tamayo Núñez.
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La película de Margarita Hernández fue prohibida en la televisión de Cuba y no fue autorizada su exhibición en cines.
Tras su abrupta salida de la plana principal de la conducción política en Cuba en donde ejercía el Ministerio de Industria y luego de una trunca experiencia en Congo, Guevara, con identidad falsa y rostro transformado burla la vigilancia de la CIA y la curiosidad de la KGB y se esconde en Dar es Salaam, Tanzania, y después en Praga, esperando que el servicio de inteligencia cubano le prepare su próximo destino.
¿Qué fue en lo personal lo que más le llamó la atención del descubrimiento acerca de ese momento en la vida del Che?
Lo que más me atrajo de este momento de su vida fue la inmovilidad a la que fue sometido. El hecho de pasar de una figura pública, de una celebridad mediática, a un clandestino, a un hombre encerrado en un cuarto sin perspectivas de volver a su casa, a su familia. A partir de este momento y hasta su muerte fue como diría su biógrafo Jon Lee Anderson “una larga despedida”.
Se trata de un pasaje en la vida política de Guevara realmente sorprendente. ¿Cómo resuena en usted como cubana?
Este pasaje de la vida del Che era prácticamente desconocido para mí. No podemos olvidar que la guerra del Congo fue una información clasificada en Cuba hasta los años 80, de forma que en los libros de historia de mi generación el Che salió de Cuba directo a Bolivia. Y la historia del cirujano dentista Luis Carlos “Fisín” García Gutiérrez también estuvo clasificada y vio la luz en 2004, cuando él pidió autorización para publicar su libro. Todo lo relacionado con la lectura de la carta que el Che le deja a Fidel antes de partir al Congo era algo que me interesaba mucho contar. Creo que la película, tal vez de forma inconsciente, revisita los libros de historia de mi infancia y les hace algunas rectificaciones.
¿Considera que esas actitudes del Che son un lugar en el que deben abrevar quienes militan hoy en cualquier lugar del mundo o son parte de otro tiempo y otro mundo?
El Che sin dudas continúa siendo fuente de inspiración para las izquierdas, en especial las latinoamericanas, pero yo diría que no solo para las izquierdas, su imagen trasciende sus ideales. El Che se ha convertido en sinónimo de rebeldía y su foto puede ser encontrada en contextos bien diferentes. El Che fue un hombre de su época, un hombre de acción, un guerrillero de los años 60. No creo que ese sea el camino que debamos tomar hoy.
¿Con qué expectativas llega a este estreno virtual en la Argentina?
Estoy muy feliz de que la película se estrene en Argentina y muy curiosa por saber cómo será recibida por el público. Después de pasar por festivales en más de diez países hizo su estreno en Brasil en agosto. Yo tenía mucha ilusión de estrenarla en Cuba pero no tuve autorización por parte del gobierno. La Televisión Cubana llegó a programarla pero a última hora fue prohibida su exhibición.
¿Puede ser el inicio de un mayor diálogo entre su cine y el país?
Mi diálogo con el cine argentino comenzó con este documental, que fue una coproducción con la productora Cinema 7 Films y debe continuar. Ya estamos trabajando juntos en otro proyecto sobre un tema bien diferente. Espero que la situación en Brasil se estabilice, pues la Agencia Nacional de Cine está totalmente paralizada hace casi dos años, desde el inicio del gobierno de Jair Bolsonaro.