Un hombre con voz de mando cuyo tono imperativo deja en claro que cuando habla está impartiendo órdenes, en general bien precisas y meticulosas. Que además se manifiesta con solvencia en todos los temas que trata con quienes trabajan para él, ya sea sobre la faz económica de su negocio como la planificación de acciones violentas. Esas impresiones quedaron flotando en el ambiente luego de escucharse una serie de audios expuestos ayer en el juicio contra la banda de Esteban Lindor Alvarado. La voz del principal acusado refiriéndose al homicidio del prestamista Lucio Maldonado, cuya instigación le imputan, o a las maniobras que pergeñó para implicar a rivales en atentados que diseñó para desviar investigaciones, constituyen para los fiscales las pruebas definitivas que sustentan las acusaciones.
La 10ª jornada del juicio a la banda de Alvarado tuvo como eje al perito informático que realizó la apertura del celular del principal acusado. Franco Gonzalo Arana, jefe del Departamento de Análisis Digital Forense del Organismo de Investigaciones (OI), comenzó a declarar el lunes ante los jueces Patricia Bilotta, María Isabel Más Varela y Alejandro Negroni. Antes de su declaración, un representante de la empresa Cellebrite explicó desde Nueva York cómo se desencriptó el iPhone 8 que, segundos antes de ser detenido, Alvarado arrojó a un lago antes de ser detenido en Embalse Río Tercero el 1º de febrero de 2019. Tras desbloquear el aparato, la compañía realizó una extracción del contenido del teléfono y lo remitió a la Fiscalía en un disco externo.
Fotos y búsquedas
Con varias horas de retraso por problemas de conexión con la cárcel de Ezeiza, donde Alvarado sigue el juicio por videoconferencia, Arana detalló este martes el contenido del celular que, para la acusación, contiene la evidencia más sensible contra el empresario. Así, ante preguntas de los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, repasó primero algunos contactos de la agenda del teléfono entre los que figuran otros implicados en la causa. Luego dio cuentas de búsquedas de internet.
“Dispararon ocho balazos contra la casa de una empleada de la Fiscalía”, es una de las noticias que consultó Alvarado en la web de este diario el 1º de febrero de 2019. Refiere al ataque que sufrió la madrugada del día anterior en su casa de barrio Martin una empleada técnica del Ministerio Público Fiscal a quien dos semanas antes le habían dejado una cabeza de perro en la puerta. La misma noticia fue consultada en los portales de Rosario 3 y Vía Rosario.
Luego, al experto en informática le exhibieron algunas de las imágenes recuperadas del iPhone: una puerta con “agujeros o manchas”, según declaró, y varias fotos desde distintos ángulos del Volkswagen Up gris plata de Rodrigo Ortigala, un ex colaborador de Alvarado que tras una diferencia personal con el líder narco declaró en su contra. Según se acreditó en la investigación, este hombre fue seguido por un asistente de Alvarado para obtener fotos de su auto y luego “clonarlo” para ser usado en el atentado contra la funcionaria de Fiscalía a fin de que el vehículo quedara filmado e incriminar a Ortigala en la balacera.
Atentados y distracciones
Durante la audiencia se expuso ante los jueces una serie de archivos de audio de la aplicación Telegram extraídos del iPhone de Alvarado analizados en la pericia y que constituyeron la base de la evidencia para el juicio. Varios de esos archivos tienen que ver con la desaparición y muerte del prestamista Lucio Maldonado y la preocupación de Alvarado a medida que se iba enterando de que la investigación de ese suceso lo ponía en la mira (el 30 de noviembre de 2018 se ordenó su captura) a pesar de las maniobras que él pergeñaba para desviar la pesquisa.
Una serie de mensajes a uno de los acusados como miembros de su banda, Facundo “Lapo” Almada, dan cuenta de esa preocupación. “No, que voy a acomodar Lapo. Sí, por ahí más adelante. Ahora no se puede hacer nada. Porque tienen todo ¿entendés? Juntan todo esto a ver: la Amarok, la agencia de Leandro, vos, los antecedentes tuyos también. ¿Y cómo salís? No se puede. Y ojalá, Lapo, ojalá no salte el teléfono tuyo con Mauri (por el acusado Mauricio Laferrara) porque ahí va a haber mucho más problemas”. Ese mensaje fue para los fiscales un indicio de su vínculo con ese crimen.
También se expusieron mensajes en los que Alvarado intenta que sus cómplices tomen recaudos para no dejar rastros. “Escuchá Lapo, el pibe ese tiene un broncón bárbaro y vos hablás por whatsapp boludo, queda tu teléfono, este no borra ¿me entendés? Y vos mandás audio ¿entendés? Boludo, cuidate de esas cosas porque te va a seguir trayendo problemas”, le dijo a Almada el 5 de enero de 2019.
También se reprodujeron audios de otra operación, la maniobra por la cual Alvarado quiso involucrar a Rodrigo Ortigala y al miembro de Los Monos Leandro “Chulo” Olivera en ataques a tiros contra objetivos del Poder Judicial desviando la pesquisa hacia la banda de Las Flores. Para ello se fraguaron celulares de ambos con falsos mensajes entre ellos que luego serían plantados como pruebas por los policías que trabajaban para la organización. De igual manera, se expusieron instrucciones que les daba a sus empleados para poner en escena un auto idéntico al de Ortigala para que sea culpado de esos ataques.
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“Es así... tenés que llamar de zona sur, mandarle un mensaje al número de Rodrigo, poniéndole «comunicate urgente». Esperamos unos minutos, cuando te pregunte «quién sos» lo llamás por WhatsApp y le decís «escuchá Martín, mirá que chocó Juan», algo así, «fijate si le podés avisar a Laura»”, dicen la instrucciones y cuando Rodrigo contestara que no sabía de qué le hablaban, responder: “Ah, bueno, disculpá”.