Frente a un hecho aún no esclarecido de inseguridad y presionado por un grupo de autoconvocados, el titular del Sindicato de Peones de Taxi (SPT), Horacio Boix, adhirió a una huelga que ayer se anunció por 24 horas pero que fue levantada cerca de las 18, cuando el gremio acató el llamado a conciliación del Ministerio de Trabajo provincial. Las negociaciones desandaron una jornada cargada de versiones, en la que no faltó un ataque incendiario contra una agencia de radiotaxi. Rumores que patentizaron una interna en ebullición. La medida, que duró unas 18 horas, tuvo un alto acatamiento. Pero cosechó el malestar de los rosarinos por lo intempestiva.
El hecho que detonó la huelga se produjo sobre las 22.50 del domingo en Felipe Moré y Deán Funes, cuando un taxista y otro colega se encontraban en un coche de alquiler y, según denunciaron, fueron interceptados por dos desconocidos a bordo de una moto con fines de robo. Entonces, Marcelo García, de 45 años, resultó herido de bala en una rodilla, por lo que fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). donde permanece internado.
El ataque activó la alarma entre un grupo de "nocheros" que, rápidamente, se autoconvocaron en torno a la Terminal de Omnibus Mariano Moreno para decretar un paro, que luego el SPT haría suyo.
En principio se tejieron varias versiones. Y un comunicado de la Secretaría de Servicios Públicos municipal señaló que, "de acuerdo a las declaraciones hechas por el chofer a la policía, surge que en el momento del hecho éste no prestaba un servicio público sino que circulaba en la unidad junto a un compañero de trabajo".
El informe del GPS del taxi atacado en los últimos 30 días, cuya copia obra en poder del municipio y que irá a la Justicia, refiere a un trayecto muy particular desarrollado por el chofer en sólo una hora y media y por zonas "inseguras", identificadas por sus pares.
El conductor inició su recorrido a las 21.30 en Francia y Deán Funes y luego tomó 27 de Febrero, Presidente Perón y Rivarola, hasta Camino Límite. Y volvió por Rivarola, tomó Provincias Unidas, Seguí y encaró hacia el sur. Ingresó al barrio La Lagunita, tomó Seguí nuevamente, se desvió en Felipé Moré y terminó en esa calle entre Deán Funes y Amenábar. El auto se detuvo, al igual que su motor.
"Es un hecho de violencia todavía no esclarecido, confuso. Eran dos choferes que viajaban en el taxi. No es un hecho muy claro de robo", dijo el secretario de Servicios Públicos municipal, Pablo Seghezzo.
Luego, el funcionario advirtió que ya no suelen ocurrir asaltos adentro de los vehículos "desde la instalación del GPS". Y agregó: "Los hechos se registran abajo de la unidad".
Sobre el mediodía confluyeron en la sede de la Gobernación los mismos actores que el viernes pasado habían consensuado los corredores con custodia policial para los taxistas. En un ambiente caldeado, Boix confirmó el paro.
"No interesa si (el taxista) estaba circulando o no. Fue asaltado y el viernes dijimos que frente a un nuevo caso lanzábamos un paro", declaró.
Boix aceptó la implementación de la tarjeta inteligente en los taxis para evitar el uso del efectivo, aunque aclaró: "Seguro que la patronal se opondrá porque blanquea la recaudación y termina con la evasión y el trabajo en negro".
En tanto, la intendenta Mónica Fein enfatizó: "Si frente a cada hecho vamos a cortar el servicio, afectaremos el traslado de toda la ciudad".
Al atardecer, la terminal era un hervidero de remises truchos, incluso sobre las dársenas donde habitualmente paran los taxis.
Fuego y preguntas que siempre incomodan
En medio de la confusión de los pasajeros frente a lo intempestivo del paro, otro hecho sacudió la madrugada de ayer. Cerca de las 2, la puerta de la agencia de radiotaxi 380 mil (Pueyrredón al 300) fue incendiada con una cubierta impregnada de nafta, lo que causó importantes daños materiales. El móvil del atentado apuntó directamente a las peleas entre el Sindicato Peones de Taxis (SPT) y otros desprendimientos de autonconvocados que desatan las internas en la calle, incluso poniendo en juego la prestación del servicio.
“Al no acatar el paro de un grupito de exaltados pasó esto, incluso de parte de gente que estaría dentro de la empresa. Es como una traición. Pero acatamos lo que dice el SPT en defensa del taxista. De lo contrario, tendríamos que hacer lo que dicen veinte personas”, explicó el titular de la agencia, Rogelio Mazza, quien agregó: “Hay un enfrentamiento del gremio con otro sector, pero lo tienen que resolver ellos”.
El empresario prometió una denuncia penal por el atentado (el segundo en poco tiempo) e instalar cámaras de seguridad en la puerta de la agencia.
Al despuntar el sol, la medida ya era generalizada. Algunos por temor, otros por solidaridad, fueron sacando los taxis de servicio, hasta que el foco se centró en la sede de la Gobernación, hasta donde llegaron referentes sindicales, empresarios y funcionarios municipales y provinciales.
Hasta el lugar fue la periodista de La Ocho Beatriz Priotti, quien denunció agresiones verbales y físicas de un grupo que escoltaba al titular del SPT, Horacio Boix, a los que no les gustaron las preguntas de la movilera.
Priotti terminó cercada por taxistas y retirada con custodia policial. Por el incidente, el Sindicato de Prensa Rosario (SPR) emitió un comunicado repudiando las agresiones.