Soy docente de la provincia hace casi 30 años y por consiguiente afiliada al Iapos junto con mi grupo familiar de esposo y dos hijos. Aporto mensualmente a la obra social provincial 700 pesos por mes. Gracias a la buena salud que hemos disfrutado con mi familia, poco solicitamos al Iapos sus servicios. Las pocas veces que lo hemos hecho nos encontramos con una serie de inconvenientes que ante la urgencia decimos abonar en forma particular, ya sea consultas profesionales a alguno de los muchos médicos que por razones económicas no forman parte del padrón de la obra social o abonando los medicamentos, en otros casos. Pero escribo esta carta porque mi indignación es muy grande: hace pocos días solicito autorización de un análisis recetado por mi endocrinólaga, pero Iapos no lo autoriza: su valor es 60 pesos. Me presenté en la obra social, y las explicaciones fueron que los médicos auditores consideraban que tenía que realizarme otros estudios previos a pesar del diagnóstico del profesional. Ahora bien, ¿Es posible que el Iapos no me autorice una practica de 60 pesos? Moraleja: tendré que pagarlo, como miles de afiliados, los cuales consideran que su tiempo, su dignidad, su sentido común y fundamentalmente su salud, valen mucho más que una autorización del Iapos.