Un preso de una cárcel cordobesa fue condenado a nueve años de prisión como líder de una asociación ilícita que cometió estafas bancarias por teléfono a víctimas de varias provincias, entre ellas de la ciudad de San Lorenzo que es donde se originó la investigación que originó la sentencia acordada en juicio abreviado. Se trata de Adrián Alberto Herrera, quien aceptó una pena unificada de 14 años ya que tenía pendiente una anterior por haberse fugado de una cárcel estando enfermo de Covid-19.
El acuerdo entre el fiscal Carlos Ortigoza y la defensa de “Nano” Herrera fue homologado este miércoles por el juez Eugenio Romanini en los Tribunales de San Lorenzo. Además del líder de la banda tres mujeres fueron condenadas a tres años de prisión condicional: Belén Satya Amaya y Mariana Elizabet Alvarez, como miembros de la asociación ilícita, y Nanci Mabel Farías, quien sumó además tres hechos de defraudación.
En tanto, otros tres sospechosos de integrar la misma banda siguen bajo la lupa en una investigación que todavía no se dio por terminada.
Premios y promos
En mayo de 2021 Ortigoza comenzó a investigar denuncias de vecinos sanlorencinos cuyas cuentas bancarias habían sido vaciadas a partir de engaños perpetrados por teléfono. Los estafadores fingían ser empleados de empresas o bancos e invocaban la existencia de premios o promociones para que las víctimas les terminaran aportando sus claves de homebanking. Con esos datos accedían por internet a la cuenta, extraían el dinero que había o sacaban préstamos que luego las víctimas debían cancelar en cuotas.
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La pesquisa de la Policía Federal estableció que esas llamadas se hacían desde la cárcel de la ciudad cordobesa de Cruz del Eje. En diciembre pasado hubo 16 allanamientos en Córdoba, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires, apresaron a 15 personas y secuestraron tarjetas bancarias, celulares, notebooks, chips de telefonía y dinero. También se halló, en una celda del penal de Cruz del Eje, documentación relacionada con la maniobra en San Lorenzo.
Según la investigación Herrera obtenía datos de las víctimas a partir de llamadas telefónicas en las que se hacía pasar por empleado de Personal, Arcor, Coto o el Banco Nación. Así desplegaba el ya clásico ardid de guiar a las víctimas hasta cajeros automáticos. La maniobra terminaba con el cliente creando o reseteando un usuario de homebanking que le permitía a Herrera operar esas cuentas desde su celda.
Así podía transferir el dinero de las víctimas a cuentas creadas u operadas por sus cómplices que también se encargaban de sacar dinero de los cajeros.
Entre los seis hechos de defraudación que admitió Herrera hay varios de julio de 2020. En uno llamaron a un cliente del Banco Nación y le dijeron que desde una telefónica pedían permiso para depositarle en su cuenta un premio que había ganado. El estafador pudo así entrar al homebanking de la víctima y transfirió 139 mil pesos de esa cuenta a la de otra persona, desde la cual pasaron 6.500 a una cuenta de Farías y el resto fue transferido a la tarjeta Ualá de otra mujer.
Otro hecho de julio de 2020 fue convencer a una persona de que había ganado un premio que sería acreditado en su cuenta bancaria. Pero para ello debía acercarse a un cajero automático sin cortar la comunicación. Así fue cómo Herrera gestionó un usuario y una clave de homebanking con los cuales pudo disponer del dinero de la víctima para transferir 6.500 pesos a la cuenta de Farías y realizaron otras dos por 70 mil y 200 mil pesos a otras personas.
También se le atribuyó a Nano Herrera un hecho similar del 12 de octubre de 2021 cuando se hizo pasar por un empleado de Arcor y convenció a una persona de que había ganado un premio y la hizo ir hasta un cajero automático. Allí siguió las instrucciones del falso empleado para generar un usuario de homebanking y sustraerle 89 mil pesos de la cuenta.
Días después engañó a otro hombre: le dijo que había sido premiado con 25 mil pesos en efectivo y una orden de compra por 15 mil pesos, para lo cual le pidió el token. Como la víctima se lo envió con un dato equivocado, Herrera lo convenció de que fuera hasta un cajero automático y también lo hizo generar un nuevo usuario de homebanking para disponer de su dinero, en ese caso 14 mil pesos.
Otro hecho que se le atribuyó junto a Farías y al menos otra persona fue operar la cuenta bancaria de un hombre para depositar en ella dinero proveniente de otras estafas además de transferir pequeñas sumas a otras cuentas.
Por esos hechos Nano Herrera, de 31 años, acordó una pena de nueve años que redondeará un total de 14 luego de unificarla con otra condena de cinco años y medio por haberse escapado de la cárcel mientras cursaba Covid-19. Una de las varias evasiones que también se le adjudican en su prontuario.