Este jueves las temperaturas llegarán a los 42 grados y será el pico de calor del fenómeno climatológico que está sacudiendo a la región. Con una mínima de 24 grados, el termómetro volverá a rozar los 40 durante el viernes. Mientras algunos afortunados pueden disfrutar de una pileta o trabajar bajo el aire acondicionado, muchos otros están expuestos al calor: canillitas, repartidores, parrilleros de rotiserías, taxistas y empleadas de comercios gastronómicos son algunos de los que le ponen el cuerpo a las altas temperaturas.
Daniel Berón tiene a cargo el kiosko de diarios y revistas de peatonal Córdoba casi llegando a Sarmiento. Abre alrededor de las 9 de la mañana y, en días de temperaturas más agradables, se queda hasta las 19 horas. "Normalmente me quedo hasta las siete, pero estos días a las tres y algo ya me voy; pasa que acá dentro hace mucho calor y no había nada de gente en la peatonal. Si hoy está un poco mejor me quedaré como siempre, si no me iré antes. Normalmente salgo un momento a tomar algo frío, algún jugo; aparte los kioskos están hechos de chapa y recalienta bastante, algunos tienen aire pero son los menos. El calor está bastante violento", remató el canillita.
Micaela García está detrás del mostrador de una panchería céntrica y cuenta que "desde que abrimos los hornos están prendidos, de 10 a las 6 de la tarde, pero gracias al aire se puede estar; sofoca el calor del horno cuando lo abrís y no se puede estar al lado, también la cafetera y la plancha dan bastante calor, en las planchas hacemos hamburguesas y lomitos, y al horno van los panchos y pizzas. La plancha la tenemos a 300 grados y el horno debe estar en 180".
Por su parte, la reconocida rotisería ubicada en Pellegrini y Roca tiene las parrillas a la vista, con Vicente como asador y Griselda al teléfono, levantando pedidos, también a centímetros del fuego. "Estamos acostumbrados al calor porque hace 16 años trabajamos acá. Como todo trabajo en verano no es bueno, como el albañil y el panadero, que están en nuestra misma situación. Tenemos aire y ventilador pero el calor se siente igual, son dos horas al lado de la parrilla entre que la preparan y que cocinan, para las doce del mediodía ya está la parrilla completa", explica la mujer.
Kevin Pérez es técnico en fibra óptica y trabaja para una empresa de telefonía móvil. "La jornada va de 8 a 16 y es mayormente en la calle o en terrazas, así que si, trabajamos a pleno rayo del sol; en el auto llevamos botellas de hielo y vamos parando para cargar agua. Lo que hacemos es instalar fibra óptica en edificios, instalación vertical se llama. Encima los cables queman cuando los agarramos, toman mucha temperatura", cuenta Kevin. Además, por estos días les tocaron instalaciones en terrazas. "Estamos flechados, a veces tenemos que hacer una pausa porque trabajamos justo en el horario en que no está bueno exponerse al sol y podemos llegar a estar casi dos horas reparando cables en terrazas", agrega.
Para los cadetes la situación también se pone complicada. Nicolás trabaja de 9 a 8 de la noche y está todo el día en la calle. "Calor hace un montón, tomo mucha agua y cuando puedo parar un rato me voy a mi casa, justo ahora que está un poco más tranquilo por las vacaciones descanso un rato en el aire o me pego una ducha, y después a arrancar de vuelta. Aparte con el casco, el barbijo, no doy más, la moto también se recalienta", cuenta en el ingreso de la galería Rosario, mientras realiza una entrega.
En condiciones similares está Gabriel Espinosa, taxista hace 12 años y con conocimiento del calor de las calles rosarinas. "Se sufre mucho porque no solamente nosotros los conductores sufrimos sino también el coche; hay autos que entran en la línea de los diez años y con estos calores y temperaturas revientan mangueras o radiadores, empiezan a fallar los aires y eso conlleva a gastar mucha guita en arreglos que no tenías planeada. En realidad, los taxistas sabemos que arranca el verano y lo padecemos, también hay que cambiar cubiertas y mantener el taxi como exige Servicios Públicos". Ya arriba de la unidad, no faltan las discusiones con los pasajeros sobre aire si o aire no, y el mantener las ventanillas bajas como medida preventiva ante el covid. "Siempre respetamos el pedido del pasajero, pero deberían saber que un compresor nuevo de aire sale 20 mil pesos además de la reparación y que los repuestos tuvieron un aumento del 60 por ciento; de todas maneras, cuando hay mucho calor o mucho frío, el taxi trabaja porque la gente lo toma ante la adversidad climática", concluye Gabriel.
El turno de jubilados y pensionados
No solo quienes realizan sus tareas en la calle sufren el calor, sino también jubilados y jubiladas a quienes corresponde cobrar por estos días, haciendo fila bajo el sol en la zona bancaria del microcentro rosarino.
Dora y Ricardo Sánchez se encuentran en el Banco Industrial, en Santa Fe y Mitre. "Estamos siempre con complicaciones para venir al banco a cobrar, pero dentro de todo hoy fue rápido; a veces traemos agua y solemos venir lo más temprano posible; cuando la pasamos mal fue ayer en el hospital Provincial, demoraron mucho en atender a mi marido, él sufre de las piernas", cuenta la mujer. "¡Agua y una cerveza también!", agrega Ricardo, imprimiendo una cuota de humor a la mañana un tanto fresca que ya va dejando lugar a la ola de calor.
En la entidad ubicada en San Lorenzo y Sarmiento está Yolanda Fernández, que vino acompañada por su nieta desde la zona sur, en Marco Polo y Buenos Aires. "Estoy con mucho cansancio porque no solo se sufre el calor en el ingreso al banco, sino que también esperamos mucho tiempo el colectivo. Nos traemos una botellita de agua y vengo en compañía de mi nieta porque mis hijas trabajan; así que acá estamos, pidiéndole a Dios que nos cuide a todos, se sufre en enero sí, hoy la mañana estuvo más fresca pero si me tocaba venir ayer me moría, aunque la atención del banco dentro de todo tengo que decir está bien", expresó la jubilada.
Este jueves les tocará cobrar a jubilados y pensionados con haberes inferiores a $32.664, con DNI terminados en 2, y mañana viernes con DNI terminados en 3.