El debate está abierto: ¿El avance de la tecnología va hacer desaparecer puestos de trabajo? “Muchas cuestiones están cambiando y el mundo del trabajo es uno. Hay que analizar qué está pasando. No creo que los robots hagan desaparecer todos los puestos de trabajo, pero tampoco es que no está pasando nada”, advierte Sebastián Bortnik, especialista en tecnología y seguridad informática, para quien es clave descubrir la magnitud del impacto en cada profesión, disciplina, espacio laboral.
Luego de realizar un repaso sobre algunos trabajos que fueron desapareciendo con el tiempo, como por ejemplo las operadoras telefónicas, y contar que en la mayoría de las profesiones existen proyectos de reemplazo por inteligencia artificial -aunque aclaró que no significa que prosperen- el también autor del libro recientemente presentado “Guía para la crianza en un mundo digital” apuntó que “las tecnologías hacen desaparecer trabajos, modifican trabajos y crean trabajos” desde los tiempos más remotos y la discusión es “en qué magnitud se va a dar cada uno”.
Durante la charla “Nuevas tecnologías y el trabajo del futuro” que se realizó en el auditorio coworking The Block Office, un encuentro organizado por el Foro Santafesino y GPS Santa Fe con el apoyo de los diputado santafesino Juan Cruz Cándido y Sergio Basile, Bortnik remarcó que “no hay tantas certezas de que los puestos que desaparecerán tendrán como contrapartida la creación en la misma magnitud”. La calve será la “capacitación”.
Apasionado por la educación y la divulgación, Bortnik es uno de los fundadores y presidente de la ONG Argentina Cibersegura. Durante el encuentro, advirtió que la tensión no existe sólo en puestos de trabajos mecanizados sino en otras áreas ya que “un software puede reemplazar un trabajo intelectual”. Mencionó el caso de Deep Blue -la supercomputadora de 12,7 toneladas creada por IBM- que venció en 1997 a Garry Kasparov, el genio ruso considerado el mejor jugador de ajedrez de la historia.
Bortnik recomendó mirar el documental “Alfa Go”, que está disponible en Netflix. Si bien advierte que cada día que pasa estamos más rodeados de algorítmos, también dijo que hay que tener en cuenta que las máquinas son programadas por personas. En ese sentido, relató lo que pasó en Zoom cuando salieron los filtros de fondo para las videoconferencias. Sucedió que una persona salió sin cabeza, sólo se veía el fondo, y luego de un tiempo detectaron que era porque la programación sólo había tenido en cuenta a personas de color blanco y no de piel oscura, en tonces no lo reconocía. “Se habla mucho de inteligencia artificial pero no se habla de estupidez artificial. Detrás de todo están las personas”, disparó.
Bortnik nació en Bahía Blanca pero conoce muy de cerca la ciudad de Rosario ya que estudió ingeniería en sistemas en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). En su afán por mostrar ejemplos de cosas de la vida cotidiana, ik se lamentó por la insistencia de las empresas en armar malos chatboots que sólo alejan a los clientes. Pero también expuso la otra cara de la moneda, cuando las cosas funcionan bien, como por ejemplo en los aviones, ningún pasajero se da cuenta cuando está el piloto automático. “Es más, casi siempre está el piloto automático”, destacó.
“¿Qué podemos hacer para tener trabajos que la gente vaya a valorar? y no hablo sólo de programadores, considero que las habilidades blandas van a estar por encima de las duras”, resaltó.
En ese sentido, mostró unas placas comparativas en las que xpuso que enfermería es una actividad de pleno empleo, pero no se llenan los cupos para estudiar la carrera y seguramente todo el mundo “querrá ser atendido por un humano”. Mientras que para ser cajero o cajera de un supermercado hay alta demanda pero ya está a la vista de que será un puesto que se reemplazará y automatizará en el futuro.
Para cerrar Bortnik, apuntó al futuro que se viene en donde será clave poder abordar la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la creatividad, el liderazgo, el trabajo en equipo, la inteligencia emocional, la toma de decisiones, la orientación a servicios, la negociación y la flexibilidad cognitiva. “El mundo que se viene va a requerir más habilidades blandas que cualquier habilidad dura de conocimiento. Pero nuestras universidades, nuestras escuelas están orientadas a esto?. Vamos a requerir gente que pueda aprender toda su vida”, se preguntó y remató su charla con una cita de Alvin Toffler: “Los analfabetos del siglo XX eran los que no sabían leer y escribir, pero los analfabetos del siglo XXI serán los que no puedan desaprender y aprender de nuevo”.
Así, retomando el caso de Deep Blue y Kasparov resaltó: “No nos asustemos con la tecnología, enfrentemos los miedos y saquemos lo mejor de la tecnología y aprendamos para sacar lo mejor de la humanidad”.