De cumplirse el proyecto de presupuesto presentado por el gobierno nacional, el gasto primario como porcentaje del PBI de 2023 sería similar al de 2019. Así lo señala un trabajo realizado por los economistas Nadin Argañaraz y María José Nieto, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Los estudiosos analizaron la magnitud del ajuste previsto para 2023 al compararlo con la ejecución del presupuesto correspondiente al año previo a la pandemia. Es que, tras la irrupción del Covid 19, el gasto se incrementó en 5,5 puntos porcentuales del PBI, debido a la necesidad de hacer frente a la crisis sanitaria y a las políticas de contención económica y social que compensaron la cuarentena.
Luego, en 2021, dada la fuerte recuperación de la economía, el gasto cayó 2,8 puntos porcentuales del producto. Y en 2022, también por efecto del crecimiento económico y el ajuste de la segunda mitad del año, el ratio bajaría 1,2 punto porcentual. Para 2023 operaría otra disminución de 1,2 punto.
De este modo, señala el Iaraf, entre 2020 y 2023, el peso relativo del gasto habría bajado 5,2 puntos del PBI, “prácticamente todo lo que subió por la pandemia”.
Las prestaciones de la seguridad social son las que más sufren la caída de participación en el gasto primario, ya que pasarían del 46% en 2019 al 40% en 2023.
El estudio subraya que en 2023 el gasto público primario tendría su segunda caída real anual consecutiva, de 3,4%. El gasto total, que incluye los servicios de la deuda, bajaría menos, un 2%, debido a que Esto obedece que el gasto en intereses subiría un 16% en términos reales. Aun así, será menor que en 2019.
El gasto total previsto para el año próximo será, en términos reales, similar al del último año del gobierno de Mauricio Macri. El gasto primario, en cambio, terminaría registrando un aumento real del 8% respecto de aquel punto.
Si se analiza el peso relativo del gasto público primario en la economía, se aprecia que el gobierno espera para 2023 un nivel similar al de 2019. Del 18,5% del PBI que tuvo en 2019, pasaría al 18,8%. En el caso del gasto total, debido a la caída del peso relativo de los intereses de la deuda de casi 1,5 puntos, se pasaría desde el 21,8% del PBI en 2019 al 20,6% en 2023.
En este análisis, se aprecia que en la pandemia el gasto se incrementó en 5,5 puntos porcentuales del PBI. En 2021, dada la fuerte recuperación de la economía, cayó 2,8 puntos porcentuales. Dado un nuevo aumento del PBI en 2022 y una caída real del gasto, el ratio bajaría 1,2 punto porcentual. Para 2023, la nueva baja real proyectada y el aumento real del PBI del 2% que se espera, volvería a generar una baja de 1,2 punto porcentual. Entre 2020 y 2023, el peso relativo del gasto habría bajado 5,2 puntos del producto, es decir prácticamente todo lo que subió a raíz de la pandemia de Covid 19.
Hacia el interior del gasto, las prestaciones de la seguridad social serían las más castigadas, ya que terminarían resignando 1,1 punto porcentual frente a 2019. El consumo de bienes y servicios y la inversión financiera serían las otras dos erogaciones que caerían, sumando 0,2 punto porcentual del PBI.
Las transferencias corrientes, dentro de las cuales se incluyen las provincias y los subsidios, terminarían el 2023 con 0,5 punto porcentual del producto más que en 2019. La inversión real directa y el déficit operativo de las empresas públicas sumarían 0,3 punto porcentual cada una.
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