En vísperas de una nueva licitación del Tesoro, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso una serie de medidas destinadas a aflojar el torniquete monetario que impuso antes de las elecciones. En ese sentido, bajó la tasa en la que absorbe pesos en la rueda simultáneas en Byma y flexibilizó los encajes bancarios. El Ministerio de Economía encarará desde la semana próxima las tres ultimas licitaciones de deuda en pesos dentro del cronograma del año. El miércoles deberá renovar casi $15 billones.
“La licitación podría terminar con una expansión, por lo que el foco estará en si el Tesoro, actuando indirectamente como autoridad monetaria, convalida tasas más altas o simplemente expande”, opinaron desde Max Capital. Del otro lado del mercado está el dólar, que subió por tercera rueda consecutiva y amplio el rebote por goteo.
El tipo de cambio mayorista trepó 1,3% a $ 1.425 para la venta, lo que implica un avance del 1,3% respecto del cierre del miércoles. En el segmento minorista, el dólar escaló a $ 1.450 para la venta en las ventanillas del Banco Nación (BNA). Los contratos de dólar futuro cerraron con subas generalizadas de hasta el 1,4%.
El mercado “pricea” que el tipo de cambio mayorista a finales de noviembre llegará a $ 1.430 y que en diciembre lo hará a los $ 1.469.
El Tesoro sigue con las compras de divisas. Según datos del BCRA, adquirió u$s 97 millones el viernes pasado. De esta forma, las compras totales en el mercado la semana pasada alcanzaron u$s 117 millones y, según fuentes del mercado, el Tesoro compró otros u$s 50 millones a comienzos de esta semana.”Mientras estas compras se realicen en el mercado, contabilizarán para la acumulación de reservas, las compras realizadas directamente al BCRA no contabilizarán”, expresaron desde Max Capital.
El Central afloja la cuerda
Mientras tanto, el Banco Central busca desarmar parte del “torniquete monetario” aplicado entre julio y octubre para moderar tensiones cambiarias e inflacionarias en la antesala electoral.
Por un lado, la autoridad monetaria redujo desde el 22% al 20% las tasas con las que opera en el Byma. Si bien hubo una reacción inicial de trasladar esa baja a las cauciones bursátiles y los Repos interbancarios, fuentes del mercado aseguraron que no se trasladó de lleno y volvieron a niveles de la jornada previa.
Por otro lado, volvió a ajustar el régimen de encajes y profundizó este jueves el proceso de normalización de la política monetaria iniciado a fines de octubre. La primera decisión del directorio de la BCRA fue reducir en 3,5% la exigencia de efectivo mínimo para los depósitos a la vista, incluyendo cuentas tradicionales, fondos money market, cauciones y pases pasivos. Para compensar esa baja, amplió en 3,5% la posibilidad de integrar encajes con bonos públicos.
Según operadores, este esquema le permite a los bancos administrar mejor su liquidez sin perder margen operativo, y al mismo tiempo sostiene la demanda por instrumentos del Tesoro, un factor clave en las próximas licitaciones de deuda.
La segunda medida apunta directamente a la operatoria cotidiana de las entidades financieras. A partir de diciembre, el piso mínimo diario de cumplimiento del efectivo mínimo se reduce del 95% al 75%, lo que habilita a una mayor maniobra de los bancos y un uso más eficiente de los saldos.
Finalmente, la autoridad monetaria extendió hasta el 31 de marzo la exigencia adicional de 5 puntos en los encajes de depósitos a la vista aplicable a los Bancos A, y amplió el menú de bonos disponibles para integrar esa porción del efectivo mínimo.
La licitación
Con esta decisión, el BCRA mantiene operativa una disposición que facilita la demanda de títulos públicos, reforzando el objetivo de sostener el rollover de la deuda en un contexto en el que el financiamiento neto será determinante para el cierre del año.
En el BCRA destacan que las flexibilizaciones forman parte de una estrategia orientada a acomodar la política monetaria a una fase de mayor normalización, con “demanda de dinero en recuperación y un mercado financiero que empieza a recomponer profundidad”. Para los bancos, la combinación de menores exigencias, mayor flexibilidad operativa y más espacio para integrar encajes con bonos implica un alivio en la administración.