De un campeón a otro. El jueves fue Colón, quien hasta las 23 de ese día era el último campeón del fútbol argentino. Hoy es River, que a esa hora se abrazó a ese galardón, luego de la goleada frente a Racing. Y Central en el medio, primero con uno, ahora con el otro. Un Central que busca de manera incesante esa clasificación a Copa Sudamericana 2022, con sus defectos y sus virtudes a cuestas, pero con convencimiento. Y para esta ocasión nada mejor que intentar otro batacazo tomando como punto de apoyo lo que fue la clara victoria en la capital de la provincia contra el sabalero. Es que si algo tendrá el equipo del Kily esta tarde en el Gigante es el aval de esta estocada que le permitió acomodarse en la tabla anual, ahí nomás del último clasificado, como dueño de la primera vacante en caso de que se abra un segundo cupo, dependiendo de quién sea el campeón de Copa Argentina. Desde las 17 y con arbitraje de Pablo Echavarría, el canalla estará frente al desafío de extender su buen momento frente al equipo sensación del fútbol argentino.
¿Central podría o debería estar un poco más arriba en la tabla? Quizá. Pero la realidad que le toca vivir es esta y el simple hecho de ser hoy uno de los equipos que está a tiro de la clasificación ya es, cuanto menos, algo importante, para no menospreciar. Pero de aquí en más le será necesario un esfuerzo más, que contará con un grado de dificultad propio de saber que enfrente estará River, pero que debe intentarlo.
Históricamente a Central le resultó complejo enfrentar a River. De hecho, las últimas tres veces que se midieron, todas bajo el mando del Kily González, el canalla perdió. Pero encima ahora en el medio está el ingrediente, para nada menor, que el conjunto millonario llega en su esplendor futbolístico, a horas de haberse coronado campeón. Claro, eso puede ser una enorme contra o quizá un punto a favor, teniendo en cuenta que podría jugar con cierta relajación. Lo que sea, a Central sólo debe preocuparle lo que pueda hacer Central.
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Central necesita que Vecchio esté en su mejor nivel.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
A este Central le puede faltar de todo, pero si hay algo que tiene es motivación. El objetivo copero es algo que ya de por sí lo empuja, pero es imposible obviar lo que es el buen estado de ánimo que se vive en Arroyito después de lo que fue la resonante victoria frente a Colón, amén de la sensación de amargura que provocó la lesión (ruptura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha) de Fatura Broun.
El alivio que había encontrado el equipo y el oxígeno que adquirió el Kily contra Atlético Tucumán ameritaba un golpe de efecto de otras proporciones y con esa idea fue al Brigadier López, a jugar contra el equipo que por esas horas era el último campeón del fútbol argentino. El recuerdo de lo que ocurrió en la tarde-noche de Santa Fe está tan fresco que no hace falta caer en los detalles de lo que fue un partido que tuvo mucha inteligencia de parte del canalla, una contracción al trabajo acorde, pero sobre todo una efectividad llamativa, que se hizo carne en la humanidad de su máximo referente: Marco Ruben, autor de tres de los cuatro tantos.
La ubicación de Central en la tabla acumulada es lo relativamente expectante como para detenerse en el rival que enfrentará. Porque es cierto que en caso de poder elegir todos en Arroyito hubieran preferido toparse con un rival de menor fuste, pero así como el margen de relajación es cero, tampoco hay tiempo para amedrentarse por tener que demostrar frente al River del Muñeco Gallardo.
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El Kily quedó muy conforme con lo que hizo su equipo en Santa Fe.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
En los 90 minutos de hoy tampoco se definirá nada, pero está claro que un resultado positivo implicaría recibir el amparo de los números, pero fundamentalmente una inyección anímica de envergadura de cara a los dos últimos partidos del torneo, ante Lanús, de visitante, y frente a Huracán, en el Gigante.
El cupo que ya liberó River hoy es propiedad de Gimnasia (está un punto por encima de Central), por eso lo fundamental para el canalla será, como mínimo, mantenerse en la 11ª posición, a la espera de que se abra esa segunda puerta, si Boca (finalista) o Talleres (debe jugar la semifinal ante Godoy Cruz) se consagran campeón de la Copa Argentina.
Este Colón no es el mismo que hace unos pocos meses daba la vuelta olímpica, pero era el último campeón. Es una incógnita qué será de este River a horas de haber gritado campeón. Lo que sea, la obligación está en manos de Central, que sin dudas deberá mantener el nivel y seguramente mejorarlo para tener alguna chance. Si hace tres días rompió con todos los pronósticos, nadie puede al menos quitar al canalla las esperanzar de meter otro pleno, que tendría el impacto lógico, pero que representaría un salto importante de cara al gran objetivo.