equipo. Adam Driver (izquierda) y John David Washington, quien interpreta a Ron Stallworth, que llegó al corazón del grupo supremacista blanco.
equipo. Adam Driver (izquierda) y John David Washington, quien interpreta a Ron Stallworth, que llegó al corazón del grupo supremacista blanco.
El director afroamericano Spike Lee, famoso por reflejar diversas formas de conflictos raciales, vuelve en plena forma con "Infiltrado del KKKlan", que se estrena el jueves. El filme, basado en una historia real, parte de la delirante premisa de un policía negro que logra infiltrarse en el Ku Klux Klan. Aunque la historia sucede en los 70, Lee deja en claro el paralelismo con el actual rebrote del racismo y el fascismo, no sólo en Estados Unidos.
"El fascismo es global y espero que la gente vea esta película como un fenómeno global, no sólo a unos locos con capirotes en América", advirtió el director de "Malcolm X".
"Infiltrado del KKKlan" se basa en las memorias de Ron Stallworth: John David Washington se pone en la piel del primer policía negro de Colorado Springs, y Adam Driver ("Girls", "Star Wars: The Force Awakens"), en la del compañero que le ayuda a infiltrarse en la red de extrema derecha liderada en aquellos años por David Duke.
Ron Stallworth, perteneciente al Departamento de Policía de Colorado Springs, una pequeña localidad cercana a El Paso, se hizo pasar por teléfono por un blanco que odiaba "a negros, judíos, mexicanos y asiáticos" y logró infiltrarse dentro de la organización racista Ku Klux Klan y terminó asignado también como guardaespaldas de David Duke, cabecilla y "gran mago" del Klan.
Por si las reiteradas alusiones a lemas como "America First" (Primero Estados Unidos) no fueran suficientes, Lee incluye al final del filme imágenes de la violencia desatada hace más de un año en las protestas contra las marchas ultranacionalistas de Charlottesville (Virginia), en las que murió una activista.
"No sé si esta película es propaganda", manifestó el cineasta al ser preguntado al respecto. "¿Es propaganda «El nacimiento de una nación» o «Lo que el viento se llevó»? El término propaganda se usa muy alegremente. No sé, supongo que todo depende de qué lado estés".
"El nacimiento de una nación", película de D.W. Griffith estrenada en 1915, considerada piedra fundacional del cine moderno, aparece explícitamente en "Infiltrado del KKKlan", que cuenta además con una aparición de Harry Belafonte recordando las atrocidades cometidas en su época. "El Klan estaba dormido y esa película le dio alas, le hizo renacer, fue la causante directa de que gente muriera linchada y asesinada", recordó Lee.
El cineasta defendió la combinación de humor y denuncia en el filme. "Cuando Jordan Peele -productor del filme y director de «Get out» (2017)- me llamó y me contó la premisa de la película, me eché a reír, pensé que era una broma, un policía negro infiltrado en el KKK; es absurdo, el humor parte de esa premisa", explicó. Pero aclaró que no se trata de una comedia: "No es la primera vez que el cine usa el humor para tratar de temas serios", afirmó.
El abordaje del racismo y una mirada crítica aún sobre la comunidad afroamericana es central en la obra de Spike Lee. Lee saltó a la fama en 1989 con "Haz lo correcto", nominada a dos Oscar, transcurría durante el día más caluroso del año en una calle de Brooklyn en el que el odio y el fanatismo de todos se acumula hasta que explota en violencia.
Luego hizo algunas películas memorables como "Fiebre de amor y locura" (1991) sobre las reacciones de la familia de un arquitecto negro que comienza un romance con su secretaria de origen italiano; "Malcolm X", un biopic sobre el polémico e influyente líder nacionalista negro, desde sus primeros años de vida hasta su ministerio como miembro de la Nación del Islam.
También rodó "Crooklyn" (1994), una película semiautobiográfica sobre una familia en Brookly de los 70, y "Clockers" (Camellos, 1995) que refleja la vida de jóvenes narcotraficantes de Brooklyn atrapados entre sus jefes de la droga y la policía.
Lee es considerado un cineasta político, pero aunque no concibe la existencia de un cine que no sea político, reniega de esta calificación. "Si sos un artista, ya sea músico, poeta o cineasta, cuando decidís que tu trabajo no tenga una carga política, ya estás tomando una decisión política", explicó.
"Si decidís no incluir cuestiones políticas, ya sea en tu película, en tu libro o en tu canción, ya hay una decisión política ahí. ¿Cómo podría el arte no ser político? Pero también el artista tiene derecho a contar la historia que quiera. Voy a cumplir casi cuatro décadas como director de cine y he dirigido alrededor de una treintena de largometrajes. Y no me considero un cineasta político, sino un contador de historias", afirmó.