Por la quinta edición del Festival Bandera, el sábado 26 de octubre del año 2024, Rosario estuvo en el centro de la escena musical de Argentina. En el ojo del huracán, como se siente en estos casos. Las plazas hoteleras con capacidad a tope. Todos los medios de comunicación hablando del festival. Las autopistas que conectan con Buenos Aires y Córdoba, con un flujo más cargado que lo habitual. Las microeconomías de los alrededores, trabajando sin parar. Sin duda, la atención absoluta de (casi) todo lo que ocurrió en materia de espectáculos, pasó por “el Bandera”.
Por supuesto que no es para menos. Año a año, este evento se afirma como uno de los espectáculos masivos más notorios de Argentina. Nació en Rosario, sí, aunque ya se destaca por recibir a personas de todo el país. Hace unos meses, la revelación de la grilla generó una expectativa excepcional, teniendo en cuenta que muchos clásicos de la música pop argentina se anunciaron junto a representantes de las nuevas camadas y bandas y solistas de generaciones intermedias. Combo efectivo, para que no falle. Esto llevó a que por primera vez las entradas se agotaran una semana previa al evento (existieron otros soldout, pero se dieron durante la jornada). Asimismo, cuando además el día amaneció soleado y con un clima extraordinario, se precipitaba una coyuntura ideal para atravesar muchas horas en una fiesta de la música.
Y eso fue lo que ocurrió. Apenas abrieron las puertas cerca de las 15.30 (a diferencia de lo que ocurre habitualmente), fue mucha la gente que ingresó temprano al predio, que lucía en buen estado, a pesar de la abrumadora cantidad de lluvia que cayó durante la semana. Se podía entrar con fluidez, y apenas pasadas las 16, cuando estaba tocando Zoe Gotusso, ya se ocupaba la capacidad en un 50%. En general no se asentaron grandes colas —con excepción de un momento de la tarde, con mucho calor, donde el expendio de agua gratuita tuvo mucha demanda—. Los sectores de comida y bebida, también fueron ágiles.
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Fotos: @festivalbanderaok
Desde el punto de vista artístico, la expectativa que hizo agotar las entradas, también tuvo saldo a favor. A saber, un festival, no es un recital. Es un evento protagonizado por la música, donde la mayoría de la gente va a ver un poco de todo. En ese contexto, los artistas en general plantean su momento como un entretenimiento apto para todo público, que le guste a todo el mundo, se la pase bien, se distraigan y se vuelvan felices a sus casas. En esa línea, no falló nada.
Sin retrasos en los horarios publicados, comenzaron las propuestas locales. Primero Barfeye y luego Mica Raciatti en el escenario bandera; Lucky Rivers y Caliope Family, en los escenarios Sur y Norte, respectivamente. Ambos movilizaron un público fiel. En el caso de Lucky, cerró con una versión bellísima del clásico ‘Ella vendrá’ con Nahuel Marquet (Degradé, Los Bardos) como invitado. Los Caliope, están para tocar en un horario más avanzado. Fue mucha la gente fiel que se acercó a verlos, y atraviesan un estado de gracia musical que les permite dar un paso más.
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Fotos: @festivalbanderaok
Mientras Luz Gaggi captaba la atención con una performance que tiene sus diferentes registros de voz como protagonista, en el escenario bandera (más alejado y más chico en estructura) se adivinaba que algo de lo más destacado iba a pasar por ahí. Si bien en estos eventos está todo más o menos probado, siempre se revelan cosas. Temprano, Agusfortnite2008 & STIFFY, la rompieron con un trap agresivo y lúdico. Y un rato más tarde, fue Blair quién dio uno de los shows más destacados del día. Su figura escénica es artística. Se luce caminando el escenario, interpelando al público con la mirada, con su vestimenta y sus canciones pop. Es esperable que la producción de su próximo disco, la destaque aún más.
La atención en el Escenario Norte estaba puesta en Dillom, que participaba en el festival por tercera vez consecutiva, y esta vez llegaba con ‘Por Cesárea’ su celebrado último disco. Como se esperaba, la capacidad ya alcanzaba casi el 100%. Todas las miradas estaban con él. La de las personas que lo fueron a ver, y la de aquellas que oyeron hablar de sus aptitudes artísticas, y desafiantes se acercan a ver si realmente es tan bueno como dicen. A él, esto parece no preocuparle. Claramente hace lo que se le canta, y esa es otra de sus virtudes. Gran y distintivo show. Es un animal teatral –fue el único que recorrió toda la pasarela que unía los dos escenarios principales, yendo desde el Norte hacia el Sur-; deportivamente hablando, se come la cancha. Agradeció mucho al público rosarino que pudo escuchar ‘Cirugía’, ‘Mi peor enemigo’ y ‘Ciudad de la paz’, últimas gemas, por ejemplo; pero que también se queda con ganas de que venga a presentar el disco entero solo.
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Fotos: @festivalbanderaok
En el mismo espacio, un rato más tarde subía Trueno, otro momento destacadísimo del día. Trueno seduce masas, las entretiene, y baja línea. Tiene un flow impactante, una manera de transitar la escena que encandila a los más chicos –mucho público menor de edad fue exclusivamente a verlo- y atrae a los más grandes. A eso le sumó canciones que suenan en el aire: ‘Tranky Funky’ fue monumental.
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Fotos: @festivalbanderaok
Dentro de ese marco, los más clásicos tuvieron momentos extraordinarios. Por un lado, en el escenario Bandera, primero Santiago Motorizado hipnotizó a todos los presentes con ‘La noche eterna’ y ‘El tesoro’, entre canciones de su factoría solista. Luego Turf movilizó muchísima gente que no paró de agitarla con ‘Cuatro Personalidades’, ‘Pasos al costado’ o ‘Loco un poco’. Y después, Estelares con catarata de hits: ‘Aire’, ‘Día perfecto’, ‘El corazón sobre todo’ y ‘Es el amor’, las más celebradas. Manuel Moreti (voz) tuvo palabras alusivas en defensa de la educación y la salud pública.
Cuando parecía que este espacio estaba lleno y, por ende, no debiera haber mucha gente en los escenarios Sur y Norte, allí Guasones, El Kuelgue y luego Babasónicos, desbordaban el predio. Espacio que existía, era un lugar con mucha gente. En ese momento –en realidad, durante toda la jornada- sacaron ventaja quienes vivieron la Experiencia Bandera, el exclusivo espacio dentro del predio, que se destaca por ser realmente privilegiado por su comodidad para ver los shows y atención más personalizada y distintiva.
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Fotos: @festivalbanderaok
Hacia el final, no se iba nadie. Mariano Mellino comenzó su dj set y el público entró en otro trance, con la electrónica como protagonista. Mientras tanto, del otro lado, Eruca Sativa terminaba su poderoso y gran show (fue hermosa la versión de ‘Sola en los bares’, clásico de Man Ray) y a Cielo Razzo lo esperaban muchísimas personas para agasajar a la banda en su tierra. El Festival Bandera si bien es de todos, abrió y cerró con bandas locales.
Alrededor de las 2 de la mañana del domingo, el flujo de personas que transitaba por el Parque Independencia saliendo de la ex rural, transformaba la escenografía urbana de la madrugada, es una acción digna de domingo a la tarde. Asombrosa la cantidad de gente conviviendo con tranquilidad, definiendo que en Rosario se pueden organizar eventos de esta magnitud y que funcionen bien. El boca en boca en los carritos del parque, mientras bajaba la adrenalina de lo vivido en una jornada bien larga, dejaba en el aire comentarios que revelaban la satisfacción de la propuesta en su quinta edición, y una pregunta que ya comienza a sonar: ¿quién tocará el año que viene?
La Capital en el Festival Bandera