Liliana Herrero y Susy Shock, dos referentas de la música popular, comparten escenario en “Hay palabras”, un espectáculo en el que entrelazan canciones, poesías y relatos, junto a Pedro Rossi en guitarra. El concierto, que agotó tres fechas en Buenos Aires, llega por primera vez a Rosario el viernes 26 de septiembre, a las 21, en Sala Lavardén (Mendoza y Sarmiento).
La propuesta se afirma en una enunciación de resistencia ante un contexto hostil. “Lili canta, Susy lee, hay palabras, porque hay mucho que seguir diciendo, en ronda, en preguntas, rompiendo la desolación junto a Pedro Rossi, una celebración de a tres, una invitación a repasar lo poderosas que somos cuando sabemos desde dónde es ese decir”, anticipa la descripción del show.
Sin dudas, la combinación entre Liliana y Susy es de mucha potencia. Son dos voces indómitas, de esas que refuerzan en cada gesto lo indisoluble entre el arte y la política. En un presente de mucha actividad y novedad en sus carreras, apuestan a este proyecto en común para armar breves trincheras.
En paralelo a “Hay palabras”, Shock está de gira con su disco “Revuelo sur” y su libro “La loreta / Pibe roto” (en Rosario los presentó en junio de la mano del ciclo Brasa). Herrero, por su parte, acaba de lanzar el pasado 11 de septiembre “Fuera de lugar”, su nuevo trabajo discográfico en el que retoma obras de artistas legendarios como Atahualpa Yupanqui y de talentos contemporáneos como el cantautor uruguayo Mocchi.
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Antes de su visita a Rosario, Liliana Herrero dialogó con La Capital y habló de su vínculo con Susy, su nuevo disco, y las palabras para resistir al derrumbe:
- ¿Cómo empezó la relación con Susy? ¿Cómo se conocieron?
A Susy la conocí como se conocen casi todos los músicos y las músicas: en un festival. Me acuerdo que se había organizado un festival en Tecnópolis, cuando Tecnópolis era para la música y las actividades artísticas y de toda índole, no un mercado como ahora. Teníamos que cantar en el mismo escenario y ahí nos conocimos. Ella es una persona muy abierta, muy compañera, así que es muy fácil relacionarse con ella. Supongo que a ella le pasa lo mismo conmigo. Después ella propuso estos conciertos. Buscamos el título y a mí se me ocurrió este de “Hay palabras”. Creo que las dos tenemos palabras para decir en estos tiempos tan oscuros. Fue un lío bárbaro porque hicimos un concierto, se llenó, hicimos otro, se llenó, hicimos un tercero. Y salió la posibilidad de tocar en la emblemática Sala Lavarden. Es maravillosa esa sala y siempre que voy a cantar a Rosario voy ahí. Es histórica y tiene un recorrido con la historia de la música en Rosario. Pero con Susy fue un encuentro espontáneo, natural. Estaba claro que nos teníamos que encontrar. Las cosas se dan así, no solo con ella sino con muchos músicos y músicas que andamos dando vuelta por el país, como Luciana Jury o Juli Laso. Somos muchas y muchos los que estamos recorriendo el país y tocando para ver si nos sentimos un poco mejor.
- En los conciertos que dieron en Buenos Aires tuvieron a distintas personas invitadas, desde Teresa Parodi a Valen Bonetto. Se armó una especie de tribu de “Hay palabras”.
En el primer concierto que hicimos la invitamos a Teresa Parodi. Fue un poco un homenaje a ella también, a su escritura y sus músicas que son muy bellas. A otro de los conciertos fue Luciana Jury, y otros músicos como Valen Bonetto, un chico que canta hermoso y toca en el grupo Duratierra. Creo que se arma una tribu, sí. Una tribu que está atravesada por la poesía, por la música y por la política también, por la resistencia y la diversidad. Hay un texto que ponemos en las mesas que es muy interesante, que es una frase de Susy que dice: “No queremos ser más esta humanidad”. Es del libro de ella, “Hojarascas”, del 2017. Por eso insistimos en la expresión “Hay palabras”. Porque si no estaríamos totalmente derrumbadas y yo creo que hay que resistir a ese derrumbe. Es un escándalo si no la Argentina.
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- ¿Cómo fueron armando el repertorio de canciones y textos?
Susy vino a casa un día y elegimos los temas. Otro día vino Pedro y los empezamos a pasar. Pero los tres tratamos de evitar la correspondencia. Si ella lee un poema donde expresa algo sobre la niñez, yo no quiero cantar un tema que le corresponda a eso. Al contrario, me parece que la diversidad también se da en el repertorio, en lo que ella lee y lo que yo canto. Aunque Susy canta también, de hecho terminamos con un tema de ella. La pasamos bomba. Me divierto mucho, la paso bien y es muy relajado. Porque Susy es muy poderosa y muy firme en el escenario, y tiene una lucidez extraordinaria.
- Estuviste en Rosario el año pasado en el anfiteatro del Parque España como cierre del ciclo “En común”, y Susy estuvo hace poco presentando su disco “Revuelo sur”. En los dos conciertos se armó un ambiente muy luminoso, de cierta esperanza. ¿Ves algo de eso en este espectáculo?
Creo que eso está, pero lo que está pasando en Argentina es excesivamente cruel para que lo reduzcamos a la esperanza. Es un acto de resistencia. No quiero reducirlo a la esperanza o la ternura porque con eso no se combaten estos planes. Eso está porque nos sale naturalmente, pero acá hay palabras. Hay palabras de absoluta y clara oposición a estas políticas, a este proyecto de país que es depredador. Hay esperanza y ternura pero también está la dureza de las épocas a las que nos hemos visto sometidas.
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El nuevo disco de Liliana Herrero
- ¿Qué podés contar de “Fuera de lugar”?
El disco es breve. Son ocho temas, un poema y unas palabras de Horacio González. Yo quiero señalar lo de “Fuera de lugar”. No sólo la Argentina, este es un mundo cruel, virtual, y hay que crear, hay que fundar otro lugar. Un lugar donde la palabra no desaparezca, donde la lengua sea otra y no la del mercado, los mails y el capitalismo. Eso es lo que pienso. El mundo tiende a un horizonte virtual de relaciones. Con esa política, desaparecerán los cuerpos. Sin embargo, las guerras, los asesinatos y los genocidios existen. Ahí hay una paradoja enorme. Esto habría que explicarlo más largo. Pero el disco es un conjunto de canciones que hace mucho tiempo quería grabar. Hacía mucho que no grababa yo sola. El último disco que hice fue en el 2019, “Canción sobre canción”, que fueron un puñado de reescrituras sobre canciones de Fito. En este caso también hay reescritura. Es la primera vez que saco un disco sin un disco físico. Eso me incomoda bastante. Pero conseguí una ayuda y voy a sacar por lo menos unos 300 en físico, en CD. Hay mucha gente que ya ni tiene el aparato para escucharlos, pero yo lo quiero sacar en físico, porque si no no está la información, los autores, los músicos que participaron, los agradecimientos. Hay nombres y hay que nombrar a las personas.
- En el disco interpretás canciones de artistas legendarios pero también de talentos contemporáneos como Mocchi.
Hay dos canciones de Mocchi. Está “Compostaje”, que en el medio tiene una irrupción de Susy con un fragmento de un poema suyo. Y después de él también está “Ejercicio”. Es un disco muy variado. También están Yupanqui, Luis Alberto Spinetta. De Luis Alberto hago “Asilo en tu corazón”, con Lidia Borda como invitada, cosa que me place mucho. Está “Aguafuerte”, un tema hermoso de Teresa Parodi con el poeta paraguayo Elvio Romero, y está “Chipi Chipi”, de García, que le hicimos unas modificaciones de tiempo y quedó lindo. Creo que está lindo. Ojalá que les guste.
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- Llevás muchos años en este oficio, ¿qué te sorprende todavía?
Me sorprende que pese al cerrojo que es el mundo hoy, haya muchos músicos y muchas músicas, muy desconocidos para el mercado y para los medios, que siguen creando e inventando. Me sorprende y me place. Y que los músicos que admiro sigan componiendo. Eso me parece extraordinario. Después, todo lo otro es una lengua que responde a una jerarquía de lo mediático, del mercado. Eso no lo escucho así que no sabría decir mucho. Pero yo creo que la música es altísima, es un arte bellísimo y que hace bien al mundo y a las personas. Y tenemos un legado maravilloso que hay que volver a pensarlo.