Susy Shock es artista, es travesti, y es una de las referentes ineludibles de la disidencia argentina. Portadora de una sensibilidad y una agudeza única, Susy hace converger en su música, en sus textos y en sus reflexiones, el abrazo y la puñalada. A lo largo de su carrera y su militancia, que en esta trayectoria vital son bastante la misma cosa, exploró distintos lenguajes poéticos.
Esta vez, Susy llega a Rosario en el marco de “Brasa”, un nuevo ciclo de las creadoras de Nación Trava, el festival que hace varios años sostiene en la ciudad una forma otra de hacer cultura local, que se corre de las lógicas normativas de producción y gestión. En este marco, y tras regresar de una gira por Europa, Susy se presentará junto a La Bandada de Colibríes el próximo sábado 21 de junio, a las 21, en Sala Lavardén (Mendoza 1085). Antes, dará un show Aye Beker.
Allí, además de repasar su repertorio, compartirá por primera vez en la ciudad las canciones de “Revuelo Sur”, su más reciente disco, lanzado en septiembre de 2024. La Shock, que en sus trabajos anteriores había explorado los ritmos folklóricos del noroeste argentino, honrando su linaje materno con bagualas, vidalas y chacareras, esta vez se sumerge en el tango y la milonga. Desde una mirada siempre decolonial, retoma estos géneros para devolverles su negritud, su orilla, su barro.
Susy vendrá con su banda, formada por Caro Bonillo (dirección musical, piano, guitarra y voz), Andrea Bazán (guitarra y voz), Sol Penelas (cuatro y voz), Vitto Troilo (bajo y coros) y Horacio Vázquez (Percusión).
Además, en su paso por la Rosario, presentará su libro “La Loreta / Pibe Roto” (publicado por la editorial cooperativa Muchas Nueces, ilustrado por Male Guerrero) el jueves 19 de junio, a las 18.30, en el bar de la sede de gobierno de la UNR (Maipú 1065). En esa ocasión, Susy estará acompañada por Morena García, poeta y referente travesti (y autora de la letra de “La capricho”, un tema de “Revuelo Sur”), y por Cristian Alberti, comunicador y activista LGTBIQ+. La entrada es libre y gratuita.
Antes de su llegada a Rosario, Susy dialogó con La Capital y habló del disco, la importancia de los haceres comunitarios en tiempos hostiles, y su vínculo con la ciudad.
El disco tiene desde su título una suerte de provocación. ¿Qué revuelos se andan tramando desde el sur?
Creo que es una incitación al revuelo. Somos generaciones que hemos tenido que ver con revuelos, que nos formamos al calorcito de una historia de enormes revuelos, una historia que nos constituye como sur. Entonces, creo que en lo que sí nos han ganado es en generar una apatía de pensar que no hay posibilidades de algo nuevo; que si todo ha fracasado, sólo tenemos que quedarnos en ese fracaso y ver cómo la resistimos ahí. Técnicamente, el revuelo también es el último giro que hace el gallo para pegar el espolón y atacar. Entonces es eso, una incitación a pensar por dónde vamos, por dónde viene lo nuevo, por dónde le hacemos un zigzagueo a este sistema. Los espacios de construcción por los bordes del sistema todo el tiempo van intentando buscar pillamente cuál es la próxima salida, para que no se den cuenta que estamos, que no se den cuenta que la estamos pasando bien inclusive; cuando nos conformamos en aldea, en grupo, en tribu, y funcionamos con nuestras propias lógicas desde el goce hasta la producción del arte hasta cómo nos las arreglamos para sobrevivir. Entonces creo que es eso, una incitación al próximo revuelo sur en esta época. Ojalá se sienta así.
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Hay a veces desde los sectores identificados con la resistencia a esta época una suerte de deseo de volver a un estado anterior de las cosas, antes de la destrucción y el retroceso, en vez imaginar salidas hacia adelante.
Sí, es como la tentación de la restauración, como si pudiéramos ir hacia atrás. Y hasta con cierta ingenuidad, porque es imposible. Yo soy de las que creen y se han formado en una idea de anti colonialismo muy fuerte, pero no desde la cosa ilusa de suponer que volvemos atrás y empezamos de cero, porque nos constituye también la mezcla de eso que ha entrado como rasgo super violento a borrar culturas. Sino desde un lugar de entender una memoria, de entender de cómo de esos abismos puede salir algo en serio mejor para todos y todas. Pensar que es posible pensarse desde las lógicas de acá, sin necesidad de copiar lo de afuera. Ojalá fuera una copia, es una imposición. Creo que estamos en un momento de mucha violencia institucionalizada, nuevamente, como en otras épocas. Lo horroroso de esta época es que muestran el goce de la crueldad, el goce de la destrucción. Nos miran por cadena nacional y dicen ‘mirá qué lindo lo que estamos haciendo’. Entonces creo que cierta apatía también responde a no poder creer semejante desenfreno de odio. Pero ya van a venir nuevos revuelos, te lo puedo asegurar.
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Te escuché decir que con este disco querías recuperar cierto origen travesti del tango. ¿Cómo es eso?
El tango se empezó a bailar entre varones, y hoy parece que eso es una gran audacia. En un punto tiene que ver con volver a la marginalidad, de las orillas de las que viene el tango, que represente una poética más cruda, más sucia, más revoltosa, inclusive incómoda para la época. El tango tuvo que triunfar en Europa para después venir convertido en una reliquia para los grandes salones. Hay algo de eso que a mí me gusta pensarlo en modo travesti. No porque todo el mundo transite una travestitud, sino claramente por esos bordes, por seguir discutiendo algo que seguramente la heteronorma lo tomó y lo apropió como ha hecho con casi todo. Ahora que tenemos libros, que nos pensamos, que hemos tenido que ver con la construcción de un país, ahora que también somos posibles sujetas de soñar junto con el resto, podemos pensar que también estuvimos ahí y que esos lugares también nos pertenecen, y darlo a entender cantando, bailando. A mí me sigue sorprendiendo la cantidad de lugares en los que se baila tango y folklore en nuestro país. Son lugares en general anónimos, donde está la gente del barrio, y en los que a la vez está la mariconería mezclada. Nuestros cuerpos están ahí bailando. En el folklore siempre hay un momento de ronda grande, de baile colectivo. Todo eso es político. No digo que todas las personas que están ahí lo sepan. Pero nuestros cuerpos están ahí contando otra cosa, bailando de otra manera, de otra forma que la que marcaba la academia de cómo se bailaba la zamba, con la sumisión de la mujer. Eso es lo rico. El travafeminismo, como me gusta nombrarlo a mí, es imperceptible, está en esos otros modos posibles de todo. Nos pueden sacar ministerios, nos pueden endilgar, pero todo eso es otro es cotidiano, es diario, está y sigue estando en las calles y en las casas.
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Siempre en tu quehacer artístico hay mucha colaboración, mucho teje. ¿Cómo se materializó eso en este tiempo?
No hay forma de pensar un hecho artístico que no sea en un teje con otros y con otras. Ni siquiera que algo que surje de una propuesta individual no se modifique, crezca, brille más en el encuentro con el resto. Ese arte no solamente es más rico sino que es urgente. Ese arte es el que nos enseña a constituirnos como personas. Es urgente incluso por los tiempos del mundo que corren, en este capitalismo que se está muriendo. No sé si tenemos otros modos de transitar la vida que no sea dentro de este capitalismo, así que es necesario que el arte se adelante a esta época y vaya murmurando que hay otras lógicas posibles, que son las comunitarias. Es como volver a ciertas fuentes que en este continente están, que hay que salir a buscar en la memoria de las piedras, de los árboles y de las pequeñas comunidades. Hay un teje que la naturaleza misma hace para que después alguien repose en ese árbol. La naturaleza nos enseña todo el tiempo a discutirnos el ego a la humanidad, nos está todo el tiempo para que retomemos algo de lo que está perdido, donde están las puertas posibles. Si es que nos merecemos seguir como planeta y como especie, serán desde esas otras lógicas, claramente.
¿Qué podés adelantar de la presentación en Rosario?
Estamos intentando, y por ahora estamos logrando, que cada presentación sea muy distinta y muy local, con talento local. En Rosario va a estar la Beker abriendo, que también participó en el disco como invitada. Y queremos pensar en un ritual. Va a haber un altarcito que armaron las locales, que será el que de alguna manera guíe espiritualmente esa noche. Yo estoy re contenta, me parece una joya estar en Lavardén. No nos podemos perder de estar en grupo, celebrar lo que tenemos, así que nosotras hacemos el esfuerzo de viajar, con la complicidad en este caso de Nación Trava, y tenemos que llenar la sala. En este disco en particular, Morena me ha dado la letra para una de las canciones más bellas, “La capricho”. Y ni hablar del libro, que lo dibujó la bombona de Male Guerrero, que también va a estar. Somos nido. Y vamos un rato a visitar aquella parte del nido.