Marco Antonio Caponi, que personifica a Fabito Verón, el hijo del sindicalista "El Tigre Verón", la serie que se ve todos los miércoles a las 22.45 en El Trece, reconoció que "toda ficción tiene un guiño de actualidad", aunque señaló que los actores "tenemos que luchar contra la creencia de que hacemos política mediante la ficción".
La ficción, escrita por Germán Maggiori y Marcos Osorio Vidal y dirigida por Daniel Barone, cuenta la vida de Miguel "El Tigre" Verón, encarnado por Julio Chávez, un experimentado sindicalista, al frente de la UTCA (Unión de Trabajadores de la Carne), un gremio fuerte que ha consolidado su personería gracias a la capacidad de negociación de su líder. Se emite desde el miércoles 10 de julio a las 22.45 por El Trece (El Tres en Rosario) y está completa en Cablevisión Flow.
Entre los fieles laderos de Verón aparecen su hijo Fabito (Marco Antonio Caponi), su actual mujer, Marina Paniguini (Andrea Pietra), su hija Justina (Sofía Gala) y su segundo hijo Juando Verón (Esteban Masturini).
—¿Cómo abordaste el personaje?
—La idea era un poco crear un posible personaje que habite ese lugar. Me parecía que correrlo de la zona marginal era interesante. Primero que es una familia que tiene un buen pasar económico, entonces creo que es un chico que tenía ciertas coqueterías de cómo vestirse, como los aritos y su ropa. Fue una elección estética para ponerlo en un personaje. Son cosas que se van encontrando, porque siempre partíamos de hacerlo con joggineta y zapatillas y caíamos en un cliché. Me cerré el botoncito de la camisa y para mí ya era Fabito, aunque sea una tontería. El personaje tiene una adicción muy grande con la cocaína, es un sensible con una coraza gigante. Hay algo de esta cuestión cerrada que asfixia, que lo contiene, que lo hace muy contenido al personaje.
—¿Cómo trabajaste el vínculo entre padre e hijo?
—El Tigre Verón es el líder de la familia, el líder del sindicato y un tipo extremadamente inteligente. Hay algo de querer parecerse al padre y a la vez correrse. Me parece que Fabito tiene una personalidad muy marcada, es como "yo soy así. Yo acepto como sos, aceptame como soy". De alguna manera él está en ese lugar, tiene su peso específico y la historia se empieza a tejer desde ahí, como es el vínculo padre e hijo. Si bien hay algo en relación a su madre, creo que él claramente tiene a su padre como ídolo absoluto, lo admira y lo único que quiere es que su papá le dé el lugar que él quiere.
—¿Pensás que esta ficción tiene algún contacto imaginario con el mundo sindical? Esto está puesto en una familia que transita con una marginalidad extrema en su estética y el mundo sindical está retratado en el imaginario como un punto muy crítico...
—Es una pregunta que me hago siempre, ¿qué estamos contando? Uno va leyendo los libros y ve que hay una ficción. Toda ficción tiene guiño de actualidad y contra lo que nosotros tenemos que luchar es contra la creencia de que hacemos política haciendo ficción. Nosotros hacemos ficción, hacemos personajes y justamente creo que la ficción tiene la posibilidad de tener la impunidad de poder contar con libertad. Vuelvo a repetir, si bien acá hay una cuestión política, cuando te vas metiendo en los personajes y ves los conflictos que hay y cómo repercute en la familia las transas que tiene que haber o las mafias empieza a haber algo muy interesante, pero que es ficcionado. Después uno va a encontrar como espectador cosas, pero hoy no te podés escapar de eso con nada, hagas lo que hagas. A mí por hacer una novela en el año de las elecciones, "La Leona", era un actor K por haber trabajado ahí y me bardearon todos los años. Yo nunca recibí un peso de nadie y nunca hice política con mi laburo porque actúo y es mi trabajo actuar.
—¿Es una postura ética pensar que los delegados sirven a los trabajadores y no los demonizás?
—Acá claramente esta familia pelea por los derechos de los trabajadores. Después siempre uno lee desde su personaje, y entonces a mí me pasa algo con esto. El que tiene la trama más política de todos es Julio y yo soy su ladero que tengo mis dos laderos, respondemos a órdenes, somos desobedientes y estamos en otra frecuencia que es un poco más satelital. De verdad creo que Fabito no tiene mucha incidencia, no sabe qué es la política, está ahí porque está ahí. Es el reflejo de un nepotismo, está ahí porque es "el hijo de" y porque es fiel y no tiene otra. Me parece que hay algo de hacia dónde puede llegar a ir en la primera temporada, no sabemos para dónde puede ir. Quizás, tratando de responder, todo el tiempo tratamos de luchar para encontrar una historia que tenga un universo verosímil dentro de una ficción.
equipo. Marco Antonio Caponi, Julio Chávez y Daniel Barone durante la presentación del programa.