Gran Hermano atravesó una noche emotiva este jueves con el ingreso de tres familiares mediante el “congelados” y con la competencia por una casa. De los once jugadores, nueve de ellos clasificaron a la instancia decisiva por el gran premio, pero primero debieron superar una extensa y agobiante prueba.
El pasado martes, los participantes comenzaron con la primera instancia de prueba para ganarse una vivienda de las que promociona el reality y también convertirse en el líder de la semana. Esta primera etapa consistía en permanecer durante nueve horas parados alrededor de una casa, lo que les daría el pase a la ronda final. La única participante fuera de competencia fue Rosina, debido a una sanción, y le siguió Emmanuel, que fue el único en desistir durante las extensas horas de resistencia.
Tras la clasificación, el miércoles inició la definición del premio, donde los jugadores debería elegir la llave correcta que abra la puerta entre 200 disponibles. De esa manera, mientras que el resto aguardaba su turno en un costado de la habitación, los participantes pasaron uno por uno para intentar quedarse con la casa. Ante la lentitud del proceso y la demora de la aparición de la llave decisiva, la definición se postergó al día siguiente.
Ya en la noche del jueves, se repitió el mismo proceso en el orden correspondiente, hasta que finalmente apareció la llave ganadora tras la decisión de Martín Ku, quien optó por tomar la llave número 83 y se quedó con el gran premio. “Esta vez no pensé en nada. Simplemente fue un número que me salió en la cabeza, no pensé en nada”, anticipó antes de abrir la puerta. Luego, cayó al piso de la emoción y exclamó: “Amor, tenemos nuestra casa”.
“Lo pensé ayer a la noche porque estaba pensando en el 47 que es “Gran Hermano”, cuatro y siete letras, pero antes de dormirme, dije: “Voy a pensar en dos números más y no me voy a enroscar más porque sino sigo pensando” y ahí se me ocurrió, 83 y 91”, aseguró.
Los festejos de Martín junto a sus compañeros, quienes lo alzaron con emoción, no sería lo único de la noche, ya que tanto al Chino como a Juliana y Zoe aún les quedaba un fuerte reencuentro a través del “congelados”.
La primera en ingresar fue María del Rosario Sosa Unzaga, novia de Martín, a quien las redes sociales bautizaron como Marisol. Con gran energía y emocionada por la casa, festejó junto a su pareja, le demostró todo su cariño y lanzó fuertes esperanzas a futuro. La joven apuntó a la posibilidad de tener hijos y nuevas mascotas juntos en su nueva casa, así como un posible compromiso tras el final del reality.
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A ella le siguió Georgina Scaglione, conocida como Coy, hermana de Juliana, quien entró a la casa para darle mayores fuerzas y cariño a Furia, que debió aguantar la emoción mientras se le escapaban algunas lágrimas. Además del afecto familiar, Coy aprovechó para bromear dentro de la casa con los participantes que debían permanecer inmóviles.
El último turno antes del final de la gala fue para Aixa Abasto, madre de Zoe. Tras su ingreso fue directamente hacia su hija para contenerla y apoyarla en lo que resta de juego. “Relaja la cabeza, disfruta. Estoy desbordada de orgullo de vos”, afirmó mientras acariciaba a la jugadora de menor edad del reality. “Gracias, porque sos la más chiquita y todos de alguna manera te cuidan. Veo que todos te quieren”, expresó con gran emoción hacia los participantes antes de su salida.
Por otro lado, en los próximos días se definirá el repechaje, por el cual dos o tres participantes que abandonaron la casa previamente tendrán su segunda oportunidad y podrán regresar al juego este domingo, pero también habrá algunos ingresos de nuevos jugadores.