La Riviera Maya es un lugar único que se destaca por su espectacular belleza natural, por sus vestigios arqueológicos y por la amabilidad de su gente. En esta zona del estado mexicano de Quintana Ro se pueden disfrutar las impresionantes ciudades mayas que permanecen como monumentos de la gran civilización que los construyó, y que aún hoy, con sus imponentes estructuras y su arte exquisito, cautivan a quienes las visitan.
De los 32 estados mexicanos sólo en cinco hubo influencia maya, en la parte sureste del país, y también en cuatro países de Centroamérica: Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador. Si juntamos los cinco estados de México y los otros cuatro países tendríamos un área que abarca los 400 mil kilómetros cuadrados, donde los mayas llegaron a construir más de 1.200 ciudades, alrededor de 900 de ellas en tierra mexicana.
A diferencia de los aztecas, que sí crearon un gran imperio, los mayas se organizaban en ciudades estados. Algunas de esas ciudades se pueden visitar, pero la gran mayoría está sepultada por la espesa selva. En México, se cree que en ese país viven 1,5 millones de mayas en cinco estados: Yucatán, Chiapas, Quintana Roo, Campeche y parte de Tabasco.
Entre lo paradisíaco y lo histórico, Tulum sorprende a los visitantes con sus hermosas playas de agua azul turquesa y sus monumentos minuciosamente alineados de oriente a poniente, lo que sumado a su ubicación en la costa oeste, hizo que en tiempos remotos tuviera el nombre de Zamá, “amanecer” o el “día de mañana”.
Los vestigios de esta zona arqueológica hablan de una ciudad próspera gracias a su inmejorable ubicación dentro de las rutas comerciales, ya que cultivaban maíz, calabazas, frijoles y chiles. Destaca la construcción llamada “El Castillo”, edificación que funcionó como faro para indicar a los navegantes el camino entre los arrecifes.
Con una gran muralla que encerraba la ciudad contra los acantilados, el grupo arqueológico data de los siglos XIII, XIV, y temprano en el XV, y conserva restos de casas y monumentos muy bien cuidados de lo que fue un gran centro ceremonial y un puerto. Se cree que la ciudad llegó a albergar entre tres mil y cuatro mil habitantes, pero sólo un diez por ciento eran personas que se les permitía estar dentro del centro ceremonial, entre ellos sacerdotes, comerciantes, matemáticos, astrónomos y líderes guerreros.
De las casas, llamadas palapas, sólo se conservan los cimientos de piedra caliza y un estuco que preparaban con piedras, conchas y resinas de algunos árboles. Como las paredes eran de troncos pintados de rojo y azul, y los techos hechos de una palmera de la zona, no se conservan; en cambio los templos y monumentos sí eran construidos en piedra.
Si bien las partes superiores de los templos de Tulum datan del siglo XIII y XIV, las bases de esas construcciones son más antiguas, probablemente del año 560 d.C, ya que se han encontrado en excavaciones piedras con fechas. Cabe aclarar que la cultura maya tiene más de cuatro mil años.
Cobá
Abandonada en medio de la selva desde antes de la llegada de los españoles, la grandeza de Cobá fue redescubierta recién en el siglo XIX por los viajeros John Floid y Frederik Catherwood. Sorprende su enorme red de caminos (sacbés) que la comunicaba con otros importantes como Tikal, Kounilich, Calakmul, entre otros. Entre los sacbés que se han conservado el que más se destaca es el que unía Cobá con Yaxuná, con una longitud de 100 kilómetros.
Cobá es un yacimiento arqueológico que albrega más de 6.500 estructuras, pero el área ha sido poco estudiada. Está a unos 90 kilómetros al este de Chichén Itzá y unos 40 al noroeste de Tulum. El posible significado de Cobá podría ser de cob (“lo que tiene humedad, o musgo) y á, o há (agua), es decir “agua con musgo”, o “humedad de agua”. Otra posibilidad que no se descarta, es que signifique “agua turbia”, por la proximidad a unos pequeños lagos con un color muy turbio.
En su apogeo, Cobá tuvo una población de unos 50 000 habitantes y una extensión de 80 kilómetros cuadrados. La mayor parte de la ciudad fue construida a mediados del período Clásico de la civilización maya, entre los años 500 y 900 de nuestra era, y poseía varios templos, entre los cuales sobrevive la pirámide del Nohoch Mul, de 42 metros de altura, y la única a la que se puede subir para contemplar la inmensidad de la selva.
La mayor parte de las inscripciones datan del siglo VII y numerosas evidencias indican que la construcción y reparación de los edificios continuó, hasta el siglo XIV. Las investigaciones realizadas permiten saber que Cobá tiene una larga historia de ocupación prehispánica, que se habría iniciado hacia 200 o 100 a. C., cuando en el lugar existió un asentamiento de plataformas bajas y construcciones de madera y palma, de las que no queda más evidencia que algunos fragmentos de cerámica. Es a partir del 100 d. C., cuando el área de Cobá experimenta un notable crecimiento demográfico, social y político, que habrían de llevarla a convertirse en una de las ciudades más grandes y poderosas del norte de Yucatán.
Entre 200 y 600 d. C., la ciudad de Cobá parece haber ejercido un amplio control territorial, que le habría llevado a dominar todo el norte del actual estado de Quintana Roo y aún ciertas porciones del oriente de Yucatán.
Río Secreto
Estar en la Riviera Maya también es sinónimo de aventura. Río Secreto, a sólo cinco minutos de Playa del Carmen, forma parte de las nuevas maravillas naturales del mundo. Su creación y formación es milenaria, dentro del río subterráneo se podrá comprender parte de la historia de la humanidad, al mismo tiempo se puede apreciar el impresionante espectáculo visual que miles de estalactitas y estalagmitas le otorgan a este misterioso y enigmático lugar.
Aquí se puede recorrer un mágico espacio de un kilómetro nadando y caminando a través de sus bellas cavernas y galerías. Un mundo subterráneo donde se puede experimentar el silencio y descubrir increíbles formaciones. Río Secreto fue conocido como Pool Tunich, hoy en día representa un hito en la historia del estado de Quintana Roo, lo que la hace especial por tener la cueva no inundada más larga de Quintana Roo y de la Península de Yucatán, pero más que la longitud, lo que la hace tan especial es el hecho de que sea una cueva semihúmeda ya que la gran mayoría de cuevas en la Península son inundadas.
La cueva es de cristal, y un mal paso puede provocar que la maravilla desaparezca, parece un poco exagerado pero esta es la realidad. Se debe tomar en cuenta que cada formación geologica tomó cientos, tal vez miles de años en formarse. La experiencia de una travesía por esta maravillosa cueva es el principio de una iniciación mística, un evento único que quedará grabado en la memoria como un sueño fantástico e increíble.
Jungla Maya
Otro atrativo imperdible por estas latitudes es una visita a la jungla propiamente dicha. A pocos kilómetros de Cobá hay una comunidad maya de unas 20 familias que explotan un predio con atractivos de ecoturismo como tirolesas, navegación en kayaks, descensos a las profundidades de los cenotes en rappel para nadar en aguas cristalinas y puras; y delitarse con un almuerzo típico. Antes de adentrarse en la selva, un aténtico chamán maya encabeza una ancestral ceremonia “para pedir permiso a la naturaleza y protección a los dioses”.
La Riviera Maya es el principal destino de buceo en cavernas del planeta, y resguarda grandes misterios del mundo prehistórico. Es una buena excusa para volver a este paraíso de la Península de Yucatán.