- “Si no traen los dólares no cumplen el acuerdo, Maxi”.

Tras la exitosa colocación de Santa Fe, la Nación le reclamó que ingrese las divisas para poder pagar la deuda a bonistas. Discusión por una liquidación que se estira
Por Facundo Borrego
Foto: Archivo / La Capital.
El gobernador Pullaro en una antigua reunión con Caputo, jefe del Palacio de Hacienda nacional.
- “Si no traen los dólares no cumplen el acuerdo, Maxi”.
- “¿Qué acuerdo? No hubo ningún acuerdo”.
Maxi es el gobernador Pullaro y quien lo presiona al teléfono es el ministro de Economía de la Nación, Luis "Toto" Caputo. Palabras más, palabras menos, esa conversación se dio al cierre de la segunda semana de diciembre, una vez que Santa Fe había obtenido una colocación exitosa en Nueva York por 800 millones de dólares para obra pública.
800 millones, crocantes, verdes, uno encima de otro, eran para Caputo una tentación para su cruzada por juntar los billetes norteamericanos que le faltan para pagar del vencimiento de deuda por 4.200 millones de dólares.
El 9 de enero próximo es el plazo para el pago y, un mes antes, el ministro ya estaba alborotado entendiendo que la autorización para colocar los bonos endosaba un acuerdo tácito para una liquidación inmediata.
“Hace tres días nos pedían que liquidemos rápido los dólares. Y ahora el Banco Central acaba de sacar este cambio de regla cambiaria”, revelaron a este diario en el gobierno provincial durante la noche en que se conoció el nuevo esquema de actualización por inflación de las bandas de flotación. Con el anuncio del BCRA, le terminaba de cerrar porqué el apuro del gobierno para que se desprendan de los dólares.
En el mercado entienden que ese esquema empujará el precio del dólar, por lo tanto, para Santa Fe la liquidación temprana de esos 800 millones sería desventajosa. Es decir: recibiría menos pesos al momento de entrar los dólares del exterior al Banco Central. En criollo, perdería plata.
De hecho, el pequeño salto de los últimos días ya hubiese hecho una diferencia perjudicial si se hubiera liquidado; al contrario, ahora se puede beneficiar para cubrir intereses y amortización de capital por más mínimo que sea.
Sin embargo, el foco está puesto en lo que pueda aumentar el viernes con el debut de la actualización de las bandas cambiarias. Un dato de referencia: el martes la tasa de cauciones (costo del interés en un préstamo de corto plazo) volaba.
Ahora, el gobierno de Santa Fe tiene seis meses, hasta junio, para pasarse a pesos e ingresar los dólares. ¿Qué hará? Irá trayendo a medida de necesidades y de conveniencias cambiarias. Juran que no para gastos corrientes.
Si Pullaro le daba los dólares fresquitos, Caputo hubiese estado más cerca de reducir los 2.350 millones que le faltan para hacer frente a los vencimientos y que ahora intenta diferentes alternativas para alcanzarlos. Podría haberle dado una mano al gobierno nacional, pero hubiese tenido costos para Santa Fe y, al fin y al cabo, se trata de velar por los intereses provinciales, no de otros.
Además, toda la novela de la salida al mercado de parte de Santa Fe estuvo siempre recelada por la Nación. En primer lugar, porque se buscaba financiamiento en pleno proceso de ordenamiento nacional. Por eso se pisó solapadamente en algún momento la autorización.
Finalmente, Santa Fe tomó a una tasa de 8,1% con vencimiento en 2034, que contrasta con el 9,2% que consiguió luego el Estado nacional con plazo a 2029. Después llegó la discusión por la liquidación. No creen en el gobierno provincial que haya algún tipo de vuelto político por eso sino que lo enmarcan en conveniencias por defender cada uno los intereses propios.


