La cadena de errores en el Congreso
Desde temprano, jefes de distintos bloques dialoguistas advirtieron a los emisarios del gobierno que no tenían los números. “Se confiaron, fueron sin estrategia”, dicen en un despacho importante del Congreso.
Los negociadores del oficialismo llegaban a las reuniones sin el kit básico de la negociación parlamentaria, como un mapa, una planilla de Excel o un tablero para porotear los votos a favor, en contra y en duda.
El gobierno ganó las elecciones del 26 de octubre, pero no aprendió las lecciones de la racha de derrotas en el Congreso. Se maneja con la misma displicencia y amateurismo, y alimenta su fama de mal pagador a los aliados.
Los hermanos Milei y el clan Menem están convencidos de que el acompañamiento de la sociedad en las urnas alcanzará para someter a otros espacios hostiles al kirchnerismo —como el PRO, la UCR y bloques provinciales— con poco o nada a cambio.
Además de caer en esa posición voluntarista, la Casa Rosada armó un esquema de negociación disfuncional. Identificó tres bloques —Provincias Unidas, el Juntos por el Cambio residual de macristas y radicales y los gobernadores peronistas alejados del cristinismo— y según el tema acuerda con unos y no con otros.
Embed - https://publish.x.com/oembed?url=https://x.com/GiScaglia/status/2001527850537558119&partner=&hide_thread=false
Esa dinámica de rotación de alianzas resquebraja las relaciones políticas y personales y complica los acuerdos. “Los vínculos están muy dañados. Hoy lo que prima es la desconfianza”, dice un viejo conocedor de la Cámara baja.
Esa ruptura se escenificó con la designación de los tres directores de la Auditoría General de la Nación. Con esa jura, literalmente entre gallos y medianoche, el gobierno pretendió abrochar al salteño Gustavo Sáenz y los tigres del norte, pero detonó la relación con el PRO.
Una movida extraña en términos de costos y beneficios políticos, con vistas a la agenda de reformas que el gobierno tiene en carpeta. Es como si en Santa Fe Maximiliano Pullaro hubiera dinamitado el acuerdo con Omar Perotti para reformar la Constitución y renovar la Corte Suprema por un cargo en el Tribunal de Cuentas de la provincia.
El peronismo y Provincias Unidas hacen su juego
El bloque de Unión por la Patria, presidido por el rosarino Germán Martínez, aprovechó el río revuelto y la desesperación de Martín Menem por juntar votos para ubicar a un auditor propio (Juan Ignacio Forlón) y habilitar una representante amigable, como la salteña Pamela Calletti, quien integró el bloque de UP.
La paradoja es que a la hora de hacer acuerdos los libertarios se inclinan por los gobernadores peronistas, los sectores más alejados ideológicamente y que son los primeros en darle la espalda cuando la lógica transaccional de votos a cambio de fondos deja de rendirles.
Provincias Unidas jugó a marcar una postura opositora, pero cooperativa. Dio quórum cuando la sesión se caía y se abstuvo en la votación en general. En el bloque de los gobernadores creen que es mejor tener un mal presupuesto antes que no tener ninguno, y que hubiera sido una mala señal para los mercados que la ley de leyes saliera con una diferencia exigua. “La lección para ellos es que nos necesitan”, avisan desde el bloque.
Otro herido en la batalla legislativa es Diego Santilli. El ministro del Interior hizo su tour federal, se sacó fotos con casi todos los gobernadores, repartió ATN a un puñado de gobernadores pero no consiguió los votos para que saliera el presupuesto que el gobierno quería. Con el correr de las horas, el exlarretista y reconvertido al mileísmo pasó de la autosuficiencia a la desesperación y pedía ayuda en los pasillos del Congreso. “Es tarde, ya no se puede hacer nada”, le respondían.
En distintos bloques van más allá y deslizan que Santilli está en una posición de mayor debilidad que Guillermo Francos, otro funcionario que tuvo que negociar con una billetera liviana. “Francos al menos hablaba con Milei”, azuzan.
Si bien el gobierno se empantanó más por errores no forzados que por virtudes de sus rivales, el peronismo salió relativamente bien parado de la sesión. No sufrió más fugas, reforzó su lugar de principal opositor a Milei y presentó dictámenes propios para los distintos temas. “Mostramos capacidad de reconstitución”, dice un jugador de peso en el bloque.
Embed - https://publish.x.com/oembed?url=https://x.com/gerpmartinez/status/2001660700414849282&partner=&hide_thread=false
Dada la crisis del PJ y que pasado el Mundial la política se pondrá en modo 2027, parece difícil que el peronismo logre articular una mayoría opositora para arrinconar al gobierno. Sí parece más probable que LLA no pueda reunir el número para imponer los proyectos propios.
Más allá de la rabieta inicial y la tentación de la Casa Rosada por vetar su propio presupuesto, la realidad es que el FMI y los mercados exigen una hoja de ruta económica. No hay margen para otro año de presupuesto prorrogado. Los aliados olfatean la necesidad del gobierno y para los Milei las mayorías serán más caras.
Así, se encamina a conformarse con aprobar el presupuesto que salió de Diputados y sólo dictaminar la reforma laboral. De ir por la goleada a conformarse con un empate.
A la bronca de los aliados se sumó el ruido de la calle. Atravesada por la misma crisis de representación que afecta a otras dirigencias, con su representatividad socavada por el avance de la informalidad y una unidad atada con alambres, la CGT tuvo que salir a mostrar los dientes.
Con la reforma laboral no está en juego un punto más o un punto menos de la paritaria sino las normas básicas que regulan el mundo del trabajo. Para los sindicatos es casi una pelea por la supervivencia.
De todos modos, el gobierno quiso evitar un nuevo diciembre de 2017, que marcó el comienzo del fin del gobierno de Mauricio Macri. Ese pragmatismo que mostró en la política también lo exhibió en el terreno económico.
Después de negarlo durante meses, Milei y Toto Caputo modificaron el esquema de bandas cambiarias. Con una respuesta tibia del mercado en la última colocación de deuda y sin nuevas señales de Donald Trump, la medida apunta a acumular reservas pero podría generar un efecto dominó en la inflación, que ya recorre un camino ascendente.
Números ajustados en Santa Fe
En ese escenario económico complejo, la Legislatura santafesina aprobó el presupuesto y la ley tributaria. En la conducción de la alianza que tiene al radicalismo, el socialismo, el PRO y el javkinismo como accionistas principales reconocen que el gasto crece más rápido que los ingresos. La deuda que tomó la provincia a una tasa menor que la Nación permite sostener la gestión, en especial la obra pública, pero en el oficialismo ven un 2026 difícil.
Más cuando Bertie Benegas Lynch comitió un sincericidio en el recinto de Diputados y blanqueó que la intención final de los libertarios es reventar el régimen de coparticipación federal y cortar el cordón umbilical de las provincias con la Nación. “Los 24 gobernadores se van a tener que juntar, esos muchachos están en un viaje cósmico”, dice un dirigente de Unidos.
Embed - https://publish.x.com/oembed?url=https://x.com/maxipullaro/status/2001312230248194276&partner=&hide_thread=false
Por lo pronto, Pullaro cerró un frente de conflicto. Firmó el decreto con sus tres candidatos para integrarse a la Corte Suprema, entre septiembre y noviembre de 2026. La jugada anticipada ratifica la renovación del máximo tribunal, evita el desgaste de la danza de nombres y refuerza el acuerdo entre sectores del radicalismo.
Completado el recambio, la nueva Corte tendrá la marca de esta etapa política, aunque no habrá ningún pullarista paladar negro. En esta segunda tanda tampoco aparecieron nombres ligados al peronismo territorial, la UNL o la Intendencia de Rosario. Habrá que esperar al retiro de Daniel Erbetta, pero recién le tocaría en el próximo período político, con otra composición de la Legislatura. Cualquier especulación es ciencia ficción.